Fútbol

La final de Vinicius: sin saludo a los árbitros, asistencia de fantasía con vivas a España y enganchón con Chimy

El delantero brasileño tuvo una participación decisiva en los dos goles del Real Madrid, pero volvió a enredarse en guerras con colegiados y rivales... y hasta discutió con Ancelotti

Vinicius se encara con Sergio Herrera y David García durante la final de Copa entre el Real Madrid y Osasuna.

Vinicius se encara con Sergio Herrera y David García durante la final de Copa entre el Real Madrid y Osasuna. / EFE

Fermín de la Calle

El quiebro de Vinicius a Moncayola en el minuto 2 de la final de Copa, que acabó con el tempranero gol de Rodrygo, anticipó una noche de penurias para Jon Moncayola. Es el navarro el chico para todo de Jagoba Arrasate, la solución para el lateral derecho de Osasuna que ha encontrado para sobrellevar las lesiones de Nacho Vidal y la escasa confianza en las virtudes defensivas de Rubén Peña, que jugó la final como extremo.

Y Moncayola cumple donde le pongan, pero no es lateral derecho nato. Algo que aprovechó Vinicius para darle vuelo al ataque del Real Madrid por el costado izquierdo, mientras desde las gradas de La Cartuja, ya con el equipo blanco en ventaja, se escuchaban cánticos de "¡Viva España!". Era la manera de la afición madridista de contestar a los osasunistas que pitaron al himno y al rey antes del partido.

Vinicius se desquicia

La cosa se le complicó aún más a Osasuna con la tarjeta que vio Moncayola a los 20 minutos. Pero entonces pasó lo que tantas veces le pasa a Vinicius: que las faltas rivales le desquician (sean castigadas por el árbitro o no) y le hacen perder el foco en lo futbolístico.

El brasileño ya había exhibido su enfado con el estamento arbitral al comienzo del partido. Completó el pasamanos con los futbolistas de Osasuna, pero cuando sus compañeros se dirigieron a cumplir ese trámite con Sánchez Martínez y el resto de colegiados del partido, Vinicius decidió dirigirse a su banquillo para quitarse la sudadera con la que había posado durante el himno.

Su enfado se elevó al borde del descanso, se encaró con David García y este le tocó el pelo a modo de burla. Fue Vinicius quien vio la amarilla y no se lo tomó bien. Hasta el punto de que, cambio al túnel de vestuarios, se encaró con el banquillo osasunista. Chimy Ávila, de sangre hirviente, saltó a buscarle, pero Rüdiger y Lucas Vázquez salieron rápidamente al quite para evitar que se montara un lío.

La discusión con Ancelotti

"¿Por qué hablas?", pareció decirle Carlo Ancelotti entre un momento y otro, entre la tarjeta y su desafío al banquillo de Osasuna. Se volvió a enfadar el italiano, que, aunque siempre protector, ya le ha mandado algún recado público al respecto y que ha tratado de hablar con él para que controle su ira. Discutieron jugador y entrenador brevemente sobre el césped de La Cartuja y es algo que empieza a ser recurrente.

Aficionados de Osasuna en el Estadio de La Cartuja para la final de la Copa del Rey

Fermín de la Calle

El caso es que, entre unas cosas y otras, Vinicius pareció salir del partido. Su gran rendimiento de la primera mitad, en la que el Real Madrid perdonó, se diluyó por completo tras el descanso.

Participó en los dos goles

Pero justo cuando salió el Chimy al campo, casualidad o no, el brasileño se reactivó. Como si solo se hubiera puesto en pausa, volvió a ganar la línea de fondo, regate va, regate viene, para enviar la pelota al corazón del área. Fue la jugada que, tras un primer intento de Kroos, acabó con el segundo gol del Real Madrid, el segundo también de su socio Rodrygo.

Ya con Osasuna volcado, protagonizó varios ataques prometedores. Incluso pudo marcar, ya en el minuto 90, en un contragolpe en el que se pasó de generoso, cediendo el balón a Benzema (y muy mal, además) cuando tenía ocasión franca para el remate.

No hizo falta. El Real Madrid soportó las acometidas finales de los navarro y levantó su 20º título de Copa. El primero para Vinicius, que tuvo una noche (casi) completa.