El Barça alza su décima Copa del Rey seguida con una exhibición

El Barça sacó el rodillo en la recta final de la primera parte con un parcial de 7-0 para dejar sentenciada la final de la Copa del Rey este domingo en Santander ante el BM Logroño La Rioja (34-23) y conquistar el título por décima edición consecutiva y 27ª en el total, completando una espectacular racha de diez años sin perder un cetro doméstico en ninguna competición.

A tan solo cuatro días de la ida de los cuartos de final de la Champions en la pista del GOG danés, el equipo que dirige Carlos Ortega suma un nuevo título en una temporada en la que ya ha conquistado la Liga Plenitude ASOBAL, la Copa ASOBAL, la Supercopa Ibérica y la Supercopa de Cataluña.

Tras su regreso efímero en la semifinal frente al ABANCA Ademar, el brasileño Haniel Langaro se cayó de la lista (fue el encargado de levantar la Copa en un precioso gesto de sus compañeros) junto a Artur Parera, mientras que se vistieron el central catalán Pol Valera y el pivote portugués Luís Frade, un jugador cuyo rol se multiplicará la próxima temporada sin Ludovic Fàbregas (ha fichado por el Veszprém húngaro).

Y al Barça le costó un cuarto de partido empezar a imponer su ley tal y como había sucedido el viernes en los cuartos de final contra el Bathco Torrelavega y el sábado en las semifinales frente al ABANCA Ademar. Además, el cuadro riojano empezó atacando siete contra seis y su buena circulación con mención especial para el cedido Juan Palomino les permitió mantener la igualdad al borde del 10' (6-6).

La defensa azulgrana se hundía en exceso ante la superioridad atacante hasta que un penalti transformado por David Cadarso (11-9, min. 15:06) dio paso a un espectacular parcial de 7-0 que lideró un inmenso Fàbregas y que se basó también en las paradas de Emil Nielsen y en un pétreo 'centro' defensivo con el galo, Jonathan Carlsbogard y el 'mariscal' Thuagus Petrus.

En los más de siete minutos que estuvo sin marcar el BM Logroño se encontró con un 18-9 adverso con un tanto de Carlsbogard que obligó a Miguel Ángel Velasco a parar el partido tras recibir hasta ese momento seis goles a puerta vacía y su equipo logró capear un poco el temporal para irse 20-13 abajo.

El Barça recuperó su mejor línea en la primera fase de la reanudación con un sensacional Blaz Janc al que solo le falta jugar de portero y se situó por primera vez 11 goles arriba (28-17, min. 43:23) tras dos tantos de Aleix Gómez, el primero de ellos en un dos para dos que montó junto al esloveno en una acción preciosa más propia del baloncesto.

A partir de ahí, Carlos Ortega tiró de inteligencia y dio descanso a algunas de sus piezas más importantes como Dika Mem, el renacido Luka Cindric, Hampus Wanne y en la recta final Carlsbogard en defensa pensando en que este jueves hay que dar el do de pecho en la pista del GOG en la ida de los cuartos de final de la Champions con la vuelta siete días después en el Palau.

Con esas premisas, los últimos minutos fueron más una fiesta en las gradas mientras el Barça se acercaba a un título copero que acabó conquistando con enorme autoridad por 34-23 con Emil Nielsen como MVP.