AJEDREZ

El Mundial de ajedrez, entre la propaganda de Putin y la espantada de Carlsen

El ruso Nepomniachtchi y el chino Ding se disputan el título ante la renuncia del vigente campeón, el noruego Magnus Carlsen

El ruso Ian Nepomniachtchi, en una imagen de archivo

El ruso Ian Nepomniachtchi, en una imagen de archivo / EFE

Fermín de la Calle

Geopolíticamente, la final del Mundial de ajedrez que se jugará entre este viernes y el próximo 1 de mayo en Astaná, Azerbayán, es la soñada por Vladímir PutinUn ruso, Ian Aleksandrovich Nepomniachtchi , frente al chino Ding Liren (discípulo de su socio afín Xi Jinping). El mejor escenario soñado propagandísticamente en plena guerra de Ucrania y con Rusia excluida de todas la competiciones posibles.

En realidad poco o nada le importa al ex agente de la KGB que Nepomniachtchi, un estudiante de periodismo que es una estrella de los videojuegos, haya sido uno de los deportistas más beligerantes contra la invasión de Ucrania llegando a firmar una carta en contra de la maniobra de Putin y liderando un movimiento de oposición pública de los ajedrecistas rusos.

La realidad es que el Mundial, que servirá para que Rusia se estrene como federación asiática abandonando la corporación europea, está descafeinado por la renuncia de Magnus Carlsen a defender su corona de campeón del mundo ante Nepomniachtchi por tedio, aburrimiento, desmotivación... El noruego advirtió que solo defendería la corona de la FIDE, la federación internacional que preside el ruso Arkadi Vladímirovich Dvorkóvich, economista ruso y viceprimer ministro en el gabinete de Dmitri Medvédev, si el desafiante era el franco-iraní Alireza Firouzja. Pero el joven prodigio acusó en Madrid su estreno en una gran competición como el Torneo de Candidatos, cometiendo groseros errores ante la exigencia de los rivales y el cansancio acumulado.

Renuncia de Carlsen

Nepomniachtchi ganó el torneo, y el derecho a discutirle la corona a Carlsen, que realizó una visita relámpago al Palacio de Santoña, en el corazón del barrio de las Letras, para confirmar lo que todo el mundo sospechaba: su renuncia a defender el título mundial. Por eso la relevancia de este Mundial está cuestionado por el mundo del ajedrez, empezando por el enemigo más feroz de Vladimir Putin, el legendario Gary Kasparov, que advertía lo siguiente al respecto: “Es difícil llamar campeonato del mundo a esto porque debería incluir al jugador más fuerte del planeta, y esta partida no lo hace. No voy a comentar la decisión de Magnus, pero es un evento amputado”.

Enfrente de 'Nepo', en el lujoso Hotel St. Regis de Astaná, capital de Kazajistán, estará Ding Liren. El número 2 del ránking contra el 3. Este abogado chino, que desembarcó en Madrid en solitario y horas antes del inicio del torneo de Candidatos, capeó su soledad y el 'jet lag' sumergiéndose en restaurantes chinos del Barrio de las Letras, entre tablas flamencos y gastrolocales modernos atiborrados de gente. Sin entrenador ni compañía alguna, el chino se desfondó en el inicio de torneo, para ir remontando en la segunda fase del campeonato. Ding se adaptó al calor madrileño y cambió su gesto de aturdimiento por una sonrisa discreta que le acabó llevando al segundo puesto del Candidatos en una remontada muy destacada.

Rusia y el ministerio de ajedrez

Ahora Liren se mide a un Nepomniachtchi que parte como favorito para recuperar el cetro mundial para una Rusia que ha perdido el dominio incontestable en el tablero. Lejos están los años en los que el Kremlin disponía de un ministerio de ajedrez para perpetuar su superioridad mental sobre los estadounidenses y el resto de potencias. De hecho, en este siglo XXI solo un ruso ha sido campeón del mundo, Vladimir Kramnik, entre 2006 y 2007.

Nepomniachtchi es favorito para coronarse el 1 de mayo campeón del mundo en un torneo que se juega a 14 partidas y con una bolsa de dos millones de euros. El ruso es más imprevisible y genial, mientras el asiático es más estable y consistente. De las 13 partidas de ajedrez clásico que han jugado, ‘Nepo’ ganó tres, perdió dos y empataron ocho.

Gane quien gane, será la primera vez desde 2013 que Carlsen no ostenta la corona mundial. Solo hay un precedente histórico de un campeón del mundo que se negó a defender su corona, en el Mundial de 1975. Cuando Bobby Fischer se negó a poner en juego su corona ante Anatoly Karpov, el candidato del Kremlin, después de que el estadounidense ganase en 1972 a Boris Spasski el legendario ‘The Match of the Century’. Nada que ver con la trascendencia de esta final entre Nepomniachtchi y Ding, por más que Putin la publicite y Zelensky la desprestigie.  

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