Todos tenemos sueños recurrentes. Algunos más que sueños podrían ser pesadillas. Yo concretamente me puedo pasar toda la noche con el toletole de que me quedan asignaturas pendientes. Pero hay gente que sueña que se le caen los dientes o que alguien les persigue. No sé qué pasará por la cabeza de Mario Simón mientras duerme. Pero puestos a imaginar, me imagino al técnico del Real Murcia dando vueltas en la cama, medio sudando, y soñando con partidos en los que juega con muchos delanteros y sin ningún defensa y cae goleado.
A lo mejor no sueña con eso, pero estoy segura que lo piensa estando despierto. Ya lo dijo hace unos días en una rueda de prensa cuando le preguntaron por un once con dos delanteros. Hablaba en ese momento Mario Simón de que doblar las posiciones de ataque generaba inestabilidad en el centro del campo, perdiéndose esa seriedad que tanto le gusta al técnico grana y que siempre pone por delante de la agitación ofensiva.
Esa obsesión con lo que muchos entrenadores denominan como la sábana corta, que desnivela la defensa si se refuerza el ataque y que debilita el ataque si se incide en la defensa, afecta más a Mario Simón que a sus jugadores, porque los futbolistas del Real Murcia demostraron ayer a su técnico que pueden ser capaces de hacer las dos cosas a la vez y de forma notable. Pueden mantener el nivel defensivo, sumando una nueva portería a cero, y pueden hacer disfrutar a los aficionados con la mayor goleada del curso.
Porque el Real Murcia que venía de sumar cinco empates consecutivos y que sentía el miedo de verse fuera del play off fue el Real Murcia que espabila cuando ve las orejas al lobo. Sucedió varias veces la pasada temporada, se vio en la primera vuelta y se ha vuelto a repetir cuando la liga en Primera RFEF entra en su recta final.
Cuando las cosas se ponen tensas en Nueva Condomina, el Real Murcia de Mario Simón reacciona a lo grande. Solo hay que ver ahora si la goleada ante el Cornellá es flor de un día o se convierte en una realidad.
Pues sí, con el esquema ofensivo que viene utilizando Simón, aunque sin necesidad de poner dos delanteros, el Real Murcia no sufrió en defensa, donde Manu Pedre le demostró a su técnico que si de vez en cuando da descanso a sus jugadores habituales no pasa nada y donde Arnau Solá dio la razón a aquellos que entienden su suplencia como un capricho del técnico. Y sin sufrir en defensa, el Real Murcia tiró de eficacia y disfrutó de lo lindo, quitándose un peso de encima.
Penalti fallado por Pedro León
Un peso, el de la necesidad de ganar tras cinco empates consecutivos, que se echó a la espalda Pedro León. Y eso que el muleño falló un penalti en el minuto 20. No le pasó factura, demostrando que es un jugador de otra categoría, demostrando lo equivocado que estaba Manolo Molina cuando intentó tirar para atrás su fichaje. Le sacó el lanzamiento Anacker con el pie, pero en vez de hundirse el extremo, Pedro León se creció.
No sabemos dónde estaría el Real Murcia si Agustín Ramos no se hubiera empeñado en fichar al ‘14’ en verano. Pero, visto lo visto, imaginamos que los granas estarían muy lejos de poder luchar por el play off. Solo hay que ver la importancia del muleño en los resultados. Leía hace unos día que participa en el 70% de los goles. Una estadística que ayer engordó, inventándose las dos jugadas que encarrilaron el marcador.
En el minuto 37, cuando el Real Murcia vivía un quiero y no puedo, Pedro León asistía a un Dani Vega que por fin está de vuelta. Y, para que nadie temiese por un gol del Cornellá en la segunda parte, engordó el marcador metiendo otro balón al área que cazó Aguza para poner el 2-0.
Hablando de Aguza. Ayer el futbolista catalán repitió titularidad y ayer el centro del campo grana volvió a no resentirse, demostrándole a Simón que a lo mejor no está sacando todo el pringue a la plantilla, que a lo mejor por sus manías el Real Murcia ha jugado muchos partidos con futbolistas agotados cuando había recursos en el banquillo para más.
Habrá que ver qué pasa la semana que viene, una vez recuperado Ale Galindo, habrá que ver si el preparador grana condena a los que le han salvado la cabeza o si les regala una oportunidad, pero mientras que llega el duelo en Irún, de momento ayer el Real Murcia se quitó un peso de encima. La victoria que parecía que nunca iba a llegar, llegó.
Lideró Pedro León el ataque de un conjunto grana que, a diferencia de otros partidos, tuvo mucha más claridad a la hora de rematar. La tuvo sobre todo Dani Vega, que hizo doblete. No la tuvo Dani Romera, que sigue en modo off, confirmando que ser el ‘9’ del Real Murcia de Mario Simón es una pesadilla.
Aunque faltó dominio, consiguieron los murcianistas solucionar su problema con los partidos con marcador abierto. Los dos goles en la primera parte dejaron más que tocado a un Cornellá que empezó valiente en Nueva Condomina, pero que se vio superado por la movilidad de los atacantes granas. Con Dani Vega, Arnau Ortiz y Pedro León saltando de una posición a otra, los de Gonzalo Riutort eran incapaces de atar a los granas, superiores cada vez que pisaban el área.
Ni el descanso hizo venirse abajo al cuadro murcianista. Sabían que cualquier pinchazo iba a llevarles a recibir la bronca de la grada, y nadie quiso arriesgarse a eso. Aunque no fueron capaces de tener el control de balón, sí se manejaron bien buscando espacios. Así llegó el tercer gol. Dani Vega se lo guisó y se lo comió en una contra. Metiendo la quinta, regateó a un Ackerman que prácticamente estaba en el centro del campo y luego a placer pudo meterse con el balón hasta la portería.
Celebración con rabia
Lo agradeció la afición, siempre dispuesta a abrazar al equipo como esos padres que perdonan las travesuras a sus hijos, y se quitaron un peso de encima unos futbolistas que celebraban cada gol con más rabia que el anterior.
Con 3-0 la mañana primaveral ya era perfecta. Todo eran buenas caras en las gradas del estadio. Volvía la esperanza, especialmente en una jornada en la que en pinchazo del Amorebieta permitía regresar al play off. Muchos hubieran preferido que todo quedase así y guardar algún gol para las semanas siguientes, pero Ganet no pensó lo mismo. El costamarfileño, que regresaba del parón de selecciones, se sabe perdedor en el nuevo esquema de Mario Simón, de ahí que no desaprovechase la oportunidad para sumarse a la lista de los que llaman a la puerta.
Cuando el partido ya llegaba a su fin, cuando el colegiado miraba el reloj para pitar el final, Ganet fue Ganet y se sacó uno de sus disparos desde fuera del área para redondear una mañana primaveral perfecta. Ahora solo falta saber si el Real Murcia de ayer es el Real Murcia que veremos de aquí al final de temporada o simplemente la goleada fue flor de un día.
Cambió ayer el gesto de Mario Simón, técnico del Real Murcia. Después de cinco empates consecutivos, el técnico grana pudo comparecer en rueda de prensa para hablar de un triunfo. La victoria ante el Cornellá abre una nueva ventana en el conjunto grana, que entra en la recta final otra vez metido en la zona de play off.
Se mostraba Mario Simón contento por lo visto en Nueva Condomina. Destacaba el técnico «el dominio» de su equipo en un partido en el que «hemos sido superiores». Además, el madrileño aprovechaba la ocasión para lanzar un guiño a los futbolistas con menos minutos que dieron el nivel. «Estoy precisamente contento sobre todo por jugadores que han entrado, que venían con menos tiempo jugando y lo han hecho con una nota bastante alta como en el caso de Manu Pedreño», explicaba, recalcando el nivel de la plantilla.
Preguntado por la diferencia entre este partido y los anteriores, en los que no se había pasado del empate, Mario Simón comentaba la importancia del triunfo. «Creo que romper con esta solvencia y esta seguridad la dinámica de empates es importante con vistas al futuro».
Por último, Mario Simón volvió a tener palabras para los aficionados. «Siempre he dicho que estamos en deuda con ellos, porque en casa nos ayudan, nos animan», dijo, dedicándoles la victoria. «Con trabajo, con esfuerzo llegan victorias como la de hoy, para llevar al Real Murcia lo más arriba posible», comentaba el madrileño.