Carrera de la Mujer 2023

"Hace dos años tuve que dejar de competir porque me saturé y necesitaba descansar del atletismo"

La murciana María Martínez Alburquerque, ganadora de la Carrera de la Mujer, se alejó de la alta competición tras ser campeona de España de cross y trail y de batir varios récords regionales

María Martínez Albuquerque.

María Martínez Albuquerque. / Juan Carlos Caval

Dioni García

Dioni García

María Martínez Alburquerque (Murcia, 30 de enero de 2001) fue durante varios años una destacada atleta de la Región. Pero hace dos años, esta estudiante de Medicina dijo basta. El atletismo dejó de ser un hobby y se convirtió en una carga pesada. Este año ha vuelto a competir y se proclamó ganadora de la Carrera de la Mujer que organizó La Opinión, triunfo que le ha hecho recuperar la ilusión.

¿Cómo llegaste al deporte?

Desde muy pequeña. Yo era muy nerviosa y mis padres no sabían dónde meterme. Siempre he estado vinculada desde enana al deporte y probé natación, tenis, baile, gimnasia rítmica y triatlón. Pero a los seis años, mis vecinos, que entrenaban en el parque, le dijeron a mis padres que probara el atletismo y un día, por sorpresa, me llevó.

¿Tus padres hacían atletismo?

Nada, nadie de la familia, fue una casualidad. La cuestión es que fui y como era tan pequeña, no me dejaron apuntarme a la escuela de atletismo y tuve que probar con los mayores. Al año siguiente fue cuando entré y se convirtió en mi segunda casa. Iba todas las semanas, lo compaginaba con otras actividades extraescolares, pero era una prioridad para mí, como una vía de escape.

Además, conseguiste resultados destacados desde muy joven.

Sí, pero eso ya fue a la larga. De pequeña no tenía físico atlético ni nada. Conforme fueron pasando los años me enganché y se convirtió en mi estilo de vida. Sin quererlo, llegaron los resultados porque lo tomaba como una actividad extraescolar más, pero al final se convirtió en algo que era mi vida.

Destacaste en fondo.

Sí, hacía 3.000 obstáculos, 5.000 y cross hasta que hace dos años, que fue cuando destaqué a tope y estuve a punto de ser internacional, me saturé. El nivel de exigencia que me metía provocó que mi cabeza me pidiera un descanso. Al mismo tiempo mi madre me hizo ver que tenía el título de deportista de alto nivel y que podía entrar en Medicina, lo que siempre había querido hacer. Me dijo que por qué no lo intentaba y se me iluminó la cara. Necesitaba desconectar un poco del deporte y me centré al cien por cien en la carrera universitaria.

¿Por qué Medicina?

A mí no me dio la nota para entrar en Murcia y me tenía que ir fuera, pero en ese momento yo estaba con el atletismo a tope, soy muy familiar y por eso decidí quedarme aquí estudiando Enfermería. Hice los dos primeros años y vi la puerta de entrada a Medicina. En mi familia no había nadie que se dedicara a esto, pero yo tenía claro desde hace mucho que quería ser sanitaria porque me encanta el trato con el paciente y la gente.

Entonces te querrás dedicar a la Atención Primaria.

No tengo nada claro todavía, la verdad.

¿Y has dejado totalmente el atletismo?

No he dejado de entrenar en este tiempo, pero sí de competir porque estaba saturada. Yo podría seguir y compaginar los estudios con el atletismo porque hay mucha gente que lo hace, pero necesitaba un descanso.

¿Entonces no descartas volver?

No he dejado de entrenar, pero este año me ha picado el gusanillo. Me veo corriendo sola en el monte y estoy fuerte, no he perdido esa forma física que he tenido siempre. No es lo mismo entrenar en la pista, con series de calidad y un entrenador, que hacer lo que te apetece. Y como el cuerpo y la cabeza me lo piden, sigo entrenando, pero sin seguir un plan como antes. Por eso este año me ha picado el gusanillo y cuando vi la Carrera de la Mujer, que encima se hacía al lado de mi casa, mi padre me animó. Y después de ganar la carrera he vuelto a ir a la pista de atletismo porque tenía muchas ganas de ver a mi antiguo entrenador y a la gente, y también para ayudar a una amiga que es como mi hermana. Ahora lo echo de menos.

Vamos, que te veo volviendo a competir en breve.

A competir no lo sé, pero haciendo carreras populares, sí. De hecho, en el futuro no descarto dedicarme a hacer maratones, que es lo que quiero.

Pero eso es muy duro.

Pero me gustaría hacerlo también para viajar. Yo siempre lo digo, donde fuiste feliz, siempre volverás, y el atletismo ha sido mi vida.

¿Dedicarte al atletismo en cuerpo y alma nunca te lo has planteado?

No, para nada. Esto no te va a dar nunca de comer. Haré en el futuro lo que me permita mi trabajo, pero nunca dejaré de entrenar.

¿Tu problema es que dejaste de ver el atletismo como un hobby?

Dejé de disfrutarlo, se convirtió en una presión. Tenía que pasar un tiempo para que volviera a ver que es un hobby.

¿Y te gustan los trail de montaña?

Me gustan y quiero apuntarme a alguno, pero no de distancia muy larga.

Hay gente que está obsesionada con correr.

Eso es lo que quiero evitar que me pase, porque sabiendo como soy, una vez que empiezo algo lo quiero hacer demasiado bien, soy muy perfeccionista. Por eso me da un poco de miedo volver a engancharme como antes, no porque sea malo, sino porque al final es demasiada presión añadida si quieres llevar muchas cosas a la vez perfectas.

Por lo que veo, no eres de llevar solo una cosa para adelante.

No, tengo que hacer muchas cosas para sentirme bien y es un problema porque al final lo vivo con ansiedad. Por eso estallé con el atletismo, porque tienes que seleccionar.

¿Qué síntomas notaste que te llevaron a dejar el atletismo?

Mucha ansiedad. Tuve que ir al psicólogo porque tenía mucha ansiedad. Dejé de disfrutar, estaba muy triste, agobiada, perdí la ilusión… Fue por todos esos factores. Iba a la pista sin ganas, como una obligación. Y si no disfrutas, no haces nada. Llegué a hablar con mi entrenador, Jaime Pardo, y le escribí una carta diciéndole que no estaba bien y necesitaba un cambio. Pensé en buscar otro entrenador y otro método distinto de trabajo, pero lo hice y no funcionó. El problema no era Jaime, el método ni nada. El problema era yo porque necesitaba parar y cortar.

Conozco muchos casos como el tuyo.

Un amigo mío, el propio hijo de Jaime Pardo, le pasó lo mismo y ahora ha vuelto. Pero sobre todo pasa cuando empiezas la Universidad.

¿Crees que si quisieras volver podrías compaginarlo con una carrera tan exigente como Medicina?

No. Se puede si te planteas la carrera con vista a terminarla dentro de muchos años, pero yo no quiero eso, no estoy dispuesta a ponerme a trabajar con 40 años. Ahora estoy en tercero y me convalidaron un año. Me ha costado mucho adaptarme porque en Enfermería me dedicaba casi en cuerpo y alma al atletismo y fue un cambio radical, porque pasé a estar doce horas sentada en una silla estudiando. De hecho, el año pasado me fue regular porque tenía que estudiar mucho, pero el cuerpo me pedía entrenar. Mis padres me decían que fuera poco a poco, que hiciera lo que me pidiera el cuerpo porque es una carrera de fondo.

¿Conoces mucha gente que le haya pasado lo mismo?

Claro que conozco y gente que hacía atletismo como yo.

¿Y por qué se dan más abandonos entre las mujeres que entre los hombres?

Bueno, en Medicina todos abandonan el deporte, no te voy a mentir. La gente que conozco que ha entrado en la Universidad por el cupo de deportistas, ha tenido que centrarse en los estudios. Hay gente con una capacidad increíble de estudio y que con tres horas al día lo saca, pero yo no los conozco.

Pero tú también debes tener capacidad.

Sí, pero me cuesta, tengo que dedicarle muchas horas. No soy de las que se ponen y en tres horas ha acabado. Tengo que sacrificar muchas cosas para estudiar.

Hablabas antes de hacer maratones. ¿Te gustan las largas distancias?

Me gustan mucho, pero ahora mismo no me veo. Sí que voy a hacer más carreras de 10 kilómetros. Después, cuando tenga mi trabajo y mi familia, quiero ser la madre deportista que va por ahí a viajar y a hacer maratones y medias maratones, y eso es lo que voy a hacer.

¿Pero también eres capaz de ser competitiva en una carrera popular, por ejemplo?

Nunca ha sido mi obsesión ganar una carrera, pero sí me fijo en las marcas. Cuando competía siempre buscaba mejorarlas. No era competitiva con los demás, sino conmigo misma. Yo no iba buscando ganar la Carrera de la Mujer, sino el ritmo al que podía correr, ya que en los entrenamientos no eres capaz de ver eso. Salí a ver cómo estaba físicamente porque llevaba casi dos años sin competir. Durante este tiempo he hecho dos medias maratones que me salieron bien, porque la primera me salió a 4:30 el kilómetro, pero sufrí mucho. Por eso sé que me va a gustar la larga distancia.

¿Y diariamente llevas pulsómetro?

Ahora no porque mi objetivo cuando entreno es acabar cansada, desfogarme. Sí que es verdad que intento ponerme un mínimo de tiempo corriendo. Suelo hacer un mínimo de 10 kilómetros, pero no miro el ritmo, aunque me da gusto ver el reloj cuando estoy fuerte.

Yo es que no llevo ni reloj cuando salgo a correr.

Eso es lo que me pasa a mí, que corro por sensaciones porque no tengo ninguna necesidad, no tengo objetivos. Así se disfruta más. Yo sí me pongo el reloj, pero solo para ver la distancia que hago.