Pasando la Cadena

El estilo es ganar

José Luis Ortín

Y el fin del fútbol, como en cualquier otro deporte. Lo demás son explicaciones retóricas y oportunistas. Lo de que la meta es el camino se queda para la vida humana, que es bastante más compleja, seria y trascendente. El otro día lo comentaba con una amiga entrañable.

Por supuesto que ha habido equipos históricos que basaron su estrategia de juego en el toque continuo, en el contragolpe, en el juego directo o en los cerrojazos. Y se han movido tácticamente ocupando espacios, defendiéndose con el balón o aguardando atrás ordenados, que han presionado arriba o ceden dos tercios del campo, que han hecho plantillas de estilistas o atletas y que han colgado balones, jugado en largo o en corto, sacando el balón jugado o no. Y que han planteado desarrollos diferentes o iguales dentro que fuera de casa. Que preparan los partidos según el contrario o tiran del piñón fijo de sus propias capacidades. Y cuarenta variantes más. En definitiva, que usaron métodos y sistemas según criterios de sus direcciones técnicas o en función de sus futbolistas. O ambas cosas a la vez. Pero la única ciencia de este deporte es la de meter más goles que el contrario.

El Brasil de Pelé del setenta no tiene nada que ver con la coetánea Holanda o el Ajax de Cruyff. Ni la Italia tetracampeona del mundo con la Alemania de Beckenbauer, la Francia de Platiní o Zidane o el propio Milán de Sacchi. Ni ninguna de ellas con la España campeona de Luis o Del Bosque. Ni el Madrid de Di Stéfano con el laureado reciente de Cristiano y Benzema o con el rutilante Barça de Messi y Guardiola. Y todos deslumbraron y marcaron épocas gloriosas del fútbol mundial. ¿Estilos de juego?, pues tantos como equipos hemos citado y podríamos recordar en cualquier país o categoría.

Además de esas obviedades, cada partido es un mundo. La fortuna y la casuística influyen poderosamente. No es lo mismo para el juego y el resultado marcar al principio que al final de una parte o del encuentro, y todos son goles. En función de esas variables hay que variar también o no la disposición táctica de los jugadores. Y luego está el ánimo y la moral o confianza de los protagonistas en función del tanteador, que tiene tanta importancia como lo físico o la planificación. Por no hablar de la suerte de un palo o un rebote favorables o adversos. O cualquier decisión arbitral grave o lesiones. Infinitas circunstancias tan relevantes como imprevisibles.

Viene esto a cuento de esa engañifla sobre el estilo tan cacareada últimamente por pretendidos puristas. Vamos a ver, Xavi, para sus adentros, se iría tan satisfecho de la victoria copera en el Bernabéu que si la hubiera conseguido de otra manera. Igual que los aficionados merengues disfrutarían tanto de sus últimos cuatro galardones europeos como los blaugranas del ensueño de los años dorados de Messi, Xavi e Iniesta. O más, y con supuesto menos estilo. Cuentos chinos para ensoberbecer egos desmedidos. Aquí, la cuestión es ganar, aunque sea a última hora y gol discutido. Si puede ser con un juego bonito, mejor. Y apabullando, la releche.

Por eso, valen tanto los triunfos a lo Simeone que a lo Guardiola, Zidane o Ancelotti. Y la filosofía cruyffista que la de don Alfredo o Aragonés. Para concluir, todos han defendido conceptos y caminos tan distintos en el desarrollo del juego como iguales en el objetivo: ganar, que es la única meta. Y para ello, con inteligencia, han basado su idea en las plantillas que manejan y/o buscando jugadores apropiados para desarrollarla, que son los verdaderos protagonistas de esta historia. Donde hay pelo hay alegría, y si no, calva, gorra, sombrero o peluca y p´alante.

A todo esto, al Madrid le queda Europa, al Barça Liga y Copa, al Atleti el tercer o cuarto puesto, con la Real y Betis al acecho, al Atlétic la Copa, algo tizná, y al Valencia y Sevilla huir de la quema, que lo tienen cada vez más complicado.

Y más. El Madrid debe renovarse, que los años pesan, el Barça adelgazar su nómina y tentarse la ropa por si la UEFA asoma con Negreira, el Atleti buscar sustituto a Simeone, como Pérez a Ancelotti, y la Real y Celta a insistir con sus portentosas canteras.

¿Y de estilos? Calle usted, malandrón, que si la pelota no entra… Ganar, ganar y ganar, que decía el Sabio de Hortaleza.

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