El Joventut cayó en la semifinal ante el Lenovo Tenerife (72-73) en un final de infarto y no podrá luchar por el título cuando lo mejor lo tenían para ganar su novena Copa. No podrá ser. Un final cruel para los badaloneses que estuvieron muy cerca pero no remataron a un Lenovo Tenerife, liderados por Huertas (15) que jugará una final inédita ante el Unicaja.
El Joventut no empezó bien, fallando algunos tiros, que aprovechó Lenovo para mandar pronto en el partido (2-8). Aunque duraría poco porque dos triples consecutivos de Kyle Guy devolvían el partido a la igualdad, con una agresiva Penya en defensa.
Ficha técnica:
72 - Joventut Badalona (27+17+15+13): Vives (3), Guy (10), Parra (26), Brodziansky (3), Tomic (5) -cinco inicial-, Kraag (-), Busquets (-), Ribas (9), Ellenson (7), Ventura (-), Feliz (9) y Birgander (-).
73 - Lenovo Tenerife (23+17+17+16): Huertas (15), Jaime Fernández (13), Cook (2), Doornekamp (9), Shermadini (12) -cinco inicial-, Rodríguez (-), Fitipaldo (5), Salin (13), Diagné (-), Abromaitis (4) y Guerra (-).
Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Emilio Pérez Pizarro, Benjamín Jiménez y Alfonso Olivares. Eliminaron por cinco faltas personales a Doornekamp (min.40).
Incidencias: Segunda semifinal de la Copa del Rey disputado en el Palau Municipal d'Esports de Badalona ante 11.834 espectadores. Tras el primer cuarto, se rindió un homenaje al exjugador Albert Oliver.
Aunque el motor de los verdinegros en esos primeros minutos fue un Joel Parra colosal, que se echó el equipo a la espalda, y que con la ayuda de Feliz desde el triple, daban la vuelta al marcador, y el control ya era para la Penya (17-11). Los triples de Brodziansky y Ribas mantenían al Joventut en control (27-23).
La Penya salió en tromba en el segundo cuarto, con dos triples consecutivos de Parra y Vives, que llevaron la diferencia a 13 puntos (36-23). Todo iba viento en popa para el Joventut, que marcaba el ritmo y controlaba el marcador.
Reacción del Lenovo
Vidorreta, viendo que el partido se le escapaba, devolvió a pista a Shermadini, Salin y Fitipaldo. Y la jugada le salió bien. Salin anotaba dos triples consecutivos (10 puntos al descanso) y el Joventut paraba de golpe su producción ofensiva.
Carles Duran detuvo el partido, pero el ritmo lo ponía el Lenovo, que en un arreón de puntos y juego le endosó al Joventut un parcial de 0-12 para acercarse a solo un punto (36-35).
Shermadini ponía incluso por delante al cuadro tinerfeño (37-39) pero un triple de Ellenson le devolvía la ventaja a la Penya, que lograba frenar esos buenos minutos visitantes para irse al descanso por delante (44-40).
El Joventut volvió de los vestuarios con la intención de recuperar el control del partido (47-42), aunque unos malos minutos, con muu poco acierto, favoreció a Lenovo que despertó con un triple de Jaime Fernández y dos acciones consecutivas de Marcelinho Huertas para darle la vuelta al marcador (48-52).
Un final emocionante
Dos triples de Joel Parra mantenían al Joventut en el duelo y Feliz cerraba el cuarto con otro de larga distancia para dejar a los verdinegros por delante en un ajustado electrónico (59-57). Quedaban 10 minutos de emoción y con todo abierto.
El dominio siguió para la Penya aunque con guarismos muy cortos. Tanto, que a cuatro minutos del final, el duelo seguía en un pañuelo (65-64). Podía ocurrir cualquier cosa. Nadie daba su brazo a torcer (69-69 m.37). En juego, la ansiada final de Copa.
Nadie lograba coger una renta definitiva, con faltas y muchos tiros libres. A 36 segundos del final, Shermadini empataba desde el tiro libre (71-71). Duran se la jugó con Feliz de base y el dominicano forzó una acción antideportiva que todo el Olímpic pidió a gritos viendo la repetición en el video marcador.
Los colegidos la concedieron para regocijo del público verdinegro. Podía ser una acción definitiva a 20 segundos para la conclusión. Feliz solo anotó un tiro libre (72-71). No anotó el Joventut en la siguiente acción, pero si lo hizo el Lenovo que se situaba por delante a 3,7 segundos del final (72-73).
Un último ataque que valía una final. Y salió cruz. Un tapón de Abromaitis a Parra acabó con el sueño del Joventut.