Tenis

El cuerpo traiciona a Nadal, que se aleja de Alcaraz

El balear cae en segunda ronda del Open de Australia con molestias en la cadera y se queda a 2.915 puntos del murciano

Nadal se despide del público. | EFE/LUKAS COCH

Nadal se despide del público. | EFE/LUKAS COCH / JAUME PUJOL-GALCERÁN

JAUME PUJOL-GALCERÁN

«Es frustrante y difícil de aceptar. Mentalmente estoy destruido», reconocía Rafael Nadal tras ser eliminado en la segunda ronda del Open de Australia ante el estadounidense Makenzie McDonald (6-4, 6-4 y 7-5), en un partido que jugó mermado con molestias en la cadera, desde el 4-3 del segundo set. Duro golpe para el 22 veces campeón de Grand Slams y defensor del título en Melbourne, que de esta forma pierde 1.955 puntos y se quedará a 2.915 del murciano Carlos Alcaraz, quien puede perder el número 1 en favor de Novak Djokovic, Stefanos Tsitsipas o Casper Ruud.

«Duele pero espero que no sea nada grave. Uno se cansa de tantas lesiones. El vaso se va llenando y puede que el agua termine rebosando. En los últimos tres Grand Slams me ha pasado algo», destacaba el tenista balear tras una nueva y desconocida lesión en la cadera que, dijo, «me molestaba desde hacía tiempo» pero que no le impedía jugar.

«Estos días sentía molestias en la cadera pero no estaba limitado, no imaginaba algo así. Ahora mismo se me hace difícil saber si es la cadera, el músculo, el cartílago… no lo sé. Me haré una resonancia y veré qué ha pasado ahí. No queda más que esperar y ver cuál es el problema».

Nadal explicó que pese a sus molestias y dolor quiso llegar al final del partido porque no quería abandonar la pista siendo el campeón. Se despidió desde el centro de la Rod Laver Arena, ovacionado por el público que agradecía de esa manera su esfuerzo.

Nadal, que cumplirá 37 años el próximo mes 3 de junio, intentaba ser optimista sobre su futuro «Quiero seguir jugando al tenis, aunque ahora mis sensaciones son malas. Me gusta el tenis. Sé que no será para siempre pero me gusta sentirme competitivo en la pista»

Podría escribirse un libro solo de las lesiones que han perseguido al tenista balear en su carrera desde que, en 2005, se fracturó el escafoides del pie izquierdo y sufrió una pequeña necrosis. Lesión conocida como el ‘Síndrome de Muller-Weis’ con la que ha convivido durante los 19 años de su carrera. «Soy un tenista que vive con una lesión», decía el año pasado cuando el dolor en el pie se hizo intenso y llegó a pensar en la retirada definitiva.

Y esos parones se han repetido con demasiada constancia en los últimos tiempos. En poco más de un año, después de haber resucitado milagrosamente ganado el título del Open de Australia, su cuerpo le ha traicionado ya demasiadas veces especialmente en los tres últimos Grand Slams que ha disputado.