Pasando la Cadena

Con once extranjeros

José Luis Ortín

El Real Madrid vuelve a empezar el año palmando; ya le ocurrió el año pasado en Getafe. Pero salir con todo el equipo no seleccionable por España es su histórica primera vez. Y eso, que puede parecer anecdótico en esta derrota, es síntoma y consecuencia a la vez.

CON ONCE  EXTRANJEROS

CON ONCE EXTRANJEROS / José Luis Ortín

Síntoma de que la dirección deportiva merengue, férreamente controlada por el omnímodo Pérez, continúa enganchada al complejo de inferioridad patrio con deslumbre foráneo que incorporó desde sus comienzos, aparte de un cansancio acumulado por sucesivos fracasos en fichajes nacionales: Illarramendi, Odriozola o Vallejo como ejemplos, sumados al dispar desencanto por Asensio o Mariano. Todo ello, aderezado por la monetización de los canteranos, reconvertidos en fuentes de ingresos en lugar de nutrientes del primer equipo. Y consecuencia de la paciencia franciscana con extranjeros y una creencia enfermiza en que los jóvenes deben hacer la mili en otros equipos antes de darles alternativas en el once titular. Si Vinicius o Rodrygo fueran españoles no estarían donde están.

El resultado es que en la reconvertida Cerámica el Real compareció con dos laterales de traca. Lo de Militao fue una sobrada de Ancelotti, estando el comodín Lucas Vázquez, prefiriendo desplazar al mejor central blanco para completar una defensa de armarios frente a un Villarreal sin torres rematadoras delante y sí con mucha chispa. Y lo de Mendy refrendó el canto del cisne de un fichaje obsoleto que originó la marcha de dos laterales izquierdos con quienes por ser de la casa no se tuvieron las contemplaciones que se han tenido con él. Reguilón o Miguel Gutiérrez merecían más oportunidades, por no hablar del madrileño marroquí Achraf, quien aun por la izquierda es mejor futbolista que el fichaje francés.

Y eso nos lleva a otra reflexión. Setién, quien dio un baño de conceptos puntuales y hasta en los cambios a Ancelotti, tuvo en Albiol y Parejo dos ejes fundamentales de su excelente partido y balsámico triunfo. ¿Realmente, y a pesar de los años, mejoran en mucho los titulares actuales del Real a estos dos exmadridistas, el madrileño, además, también de la casa? Yo diría que los defensas en nada y los centrocampistas ahora mismo en poco y sí en historia. Pero nunca sabremos qué hubiera sucedido si Parejo hubiese tenido la continuidad necesaria desde que salió de la antigua Ciudad Deportiva, a donde iba a verlo encantado el mítico Di Stéfano, señalando que era de los mejores futbolistas que había visto.

En resumen, tenemos en el Madrid actual una plantilla internacional con escaso o nulo relieve español. Y tal realidad nos conduce a otra evidencia. Con la fijación presidencial merengue por la globalización mundial futbolística, que puede hasta ser razonable, resulta que las jóvenes promesas nacionales prefieren ir antes al Barça que al Bernabéu, y, por el contrario, los extranjeros eligen a los blancos. Es la consecuencia de los últimos veinte años de fútbol en los dos clubes punteros españoles. Cuestión de dónde ven mayores oportunidades. El Madrid ha brillado en Europa en estos años y el Barça fundamentalmente en España, a cuya selección nutrió en su mejor época y sigue haciéndolo en la actualidad.

Pero no debemos cegarnos. El fútbol siempre fue un juego de detalles y en la actualidad es de atletas. La potencia y velocidad son condimentos esenciales de sus mejores platos, la calidad el factor diferencial y la suerte un actor más. Y ahí no solo entra el fallo fortuito, un árbitro desenfocado, una expulsión inesperada, un penalti absurdo o un palo por centímetros, sino la propia trayectoria de los jugadores: estar en la plantilla justa en el momento adecuado, o al revés. Todos tenemos en la memoria a futbolistas que hubieran triunfado a lo grande si se hubieran conjugado bien sus oportunidades, su tiempo y sus colores. Y también a otros a quienes favorecieron los astros. Por no abundar, Raúl y Casillas fueron unos afortunados. El delantero porque hubo quien apostó por él, Valdano, y el portero por aprovechar unas circunstancias excepcionales.

En el Madrid es complicado triunfar siendo canterano, pero en esta época más. Ninguno lo ha conseguido en veinte años de florentinismo, salvo, reiteramos, el repescado Carvajal. En el Barça ha ocurrido lo contrario, siendo prolíficas ambas canteras. Los que mandan también reparten suertes.

Para concluir, el Villarreal, con ocho españoles, superó a un grisáceo Madrid jugando intensamente hasta el final. Como dictaminaba el añorado doctor Ripoll, hay que llegar al balón antes que el contrario y el coraje no tiene sustitutivo.

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