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'La niña del gancho', Encarna Hernández, fallece a los 105 años

La lorquina, una de las pioneras del baloncesto español, rompió barreras en el mundo del deporte en los años 30

Encarna Hernández, 'La niña del gancho', ha fallecido esta mañana.

Encarna Hernández, 'La niña del gancho', ha fallecido esta mañana. / L.O.

Dioni García

Dioni García

La sonrisa de Encarna Hernández, lorquina que fue una de las pioneras del baloncesto español, se ha apagado a los 105 años de edad en Barcelona, la ciudad donde residía desde su juventud. 'La niña del gancho', como era conocida, era una avanzada a sus tiempos. Rompió barreras en el mundo del deporte en los años 30 y estuvo en activo hasta 1953. También fue la primera mujer entrenadora en la dura etapa de la España franquista

La vida de Encarna Hernández salió del anonimato cuando en 2016 una productora catalana, Ochichornia, dirigida por Raquel Barrera, llevó su vida al cine a través de un documental. Su casa en Barcelona, que era un museo, donde guardaba recortes de periódicos de noticias aparecidas sobre el baloncesto española, se convirtió durante los últimos años de su vida en un lugar de peregrinaje para jugadoras de nuestro país que no quisieron perder la oportunidad de conocerla, entre ellas Laia Palau o Amaya Valdemoro, dos leyendas. 

Nació en 1917, el año de la Revolución Rusa, como a ella le gustaba recordar, en Lorca, en el seno de una familia numerosa. Su padre tenía un hotel en Los Alcázares y un casino en Lorca. Pero una cruel sequía convirtió Murcia en una Región casi desértica.

El hijo mayor de la familia decidió irse a Barcelona a buscar trabajo. Al poco tiempo, en 1929, coincidiendo con la Exposición Mundial, toda la familia le acompañó. Encarnación era entonces una niña de 12 años, alegre y jovial, como lo fue toda su vida.

En plena adolescencia y ya asentada la familia en el barrio barcelonés de Les Corts, Encarnita, que entonces tenía 13 años, descubrió a unos chicos que los fines de semana botaban un balón sobre una pista de tierra y jugaban metiéndola en un cesto. Una tarde decidió sumarse a ese juego que le llamaba tanto la atención y sin saberlo se convertía en una de las pioneras del baloncesto español.

Su padre, muy liberal, no veía con malos ojos que su pequeña Encarnita jugara al baloncesto. Allí, en una pista muy primitiva que construyó el hermano mayor de quien años después se convirtió en su marido, Jesús Planelles, empezó una carrera deportiva prolífica

La primera entrenadora del país

En 1931 se enroló en el recién nacido Atlas Club y después estuvo en la Peña García de Hospitalet, donde se convirtió en la primera entrenadora del país. Cuando acabó la Guerra Civil creó la sección femenina del sindicato franquista Educación y Descanso, y en 1944 pasó a jugar en el nuevo equipo femenino del FC Barcelona, donde estuvo hasta 1953, cuando con 36 años decidió ser madre.

De hecho, en 2017 recibió un homenaje por parte del club azulgrana. Entre medias llegó incluso a tener una oferta de un equipo italiano, el SEU.

Durante toda su vida Encarnación Hernández hizo gala de su murcianía. «Yo siempre digo que soy de Murcia, de Lorca y de Cataluña. Renegar de tu tierra es como renegar de su madre. ¡Viva la huerta murciana!», decía en una entrevista a La Opinión. 

Entre los galardones que ha recibido en los últimos años Encarna Hernández está el premio a la trayectoria deportiva de la Comunidad Autónoma de Murcia y la medalla de oro al Mérito Deportivo de la ciudad de Barcelona. Pero la más alta distinción la recibió en 2020, cuando el Consejo Superior de Deportes (CSD), a instancias del diputado murciano Juan Luis Soto Burillo, decidió entregarle la Medalla de Oro al Mérito Deportivo de nuestro país.