Gerard Piqué era un jugador marginal en el campo con esa etiqueta de quinto central, sexto si se incluye a Marcos Alonso en quien ha confiado Xavi para ocupar ese rol en el eje de la zaga. Marginal en el campo, pese a su condición de ser el jugador mejor pagado de la plantilla, por lo que su marcha supone un tremendo alivio en el ‘fair play’. Baja la tensión económica de tal manera que se plantea aprovechar el mercado invernal para acometer más fichajes. Por ejemplo, el de un central.

Iñigo Martínez, el defensa del Athletic, reúne todas las condiciones que pide Xavi para fortalecer la estructura del Barça. La idea era ejecutar esa operación en verano del 2023 aprovechando que acababa su contrato con el club vasco. Pero la inesperada salida de Piqué abre un escenario nuevo porque libera el fair play necesario para incorporar a otro central.

"Está muy dispuesto a ayudar al club", ha reconocido el presidente Joan Laporta en su breve comparecencia pública, y ante los medios oficiales del club, para valorar la salida de uno de los capitanes de la plantilla.

Ni un central zurdo en la plantilla

Se queda ahora Xavi con cuatro especialistas en esa demarcación: Koundé, Araujo, Eric Garcia y Christensen. Pero ninguno, por ejemplo, es zurdo como Iñigo Martínez, internacional en la España de Luis Enrique, serio candidato a entrar en la lista definitiva del Mundial.

Ha recuperado el defensa vasco la estabilidad en el equipo encadenando ahora ocho partidos consecutivos de Liga como titular después de que no pudo arrancar bien la temporada debido a unas molestias en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda que le tuvieron de baja en las tres primeras jornadas de Liga, siendo suplente en el duelo contra el Espanyol.