La salida de Rubén Castro del FC Cartagena fue uno de los movimientos del pasado mercado de verano que más controversia generó entre la parroquia albinegra. El club y la afición contaban con la continuidad del canario, pero este puso rumbo a Málaga en un inesperado giro de los acontecimientos provocando la decepción en el Cartagonova. Una de las cosas que más dolió en el sentir albinegro fueron las declaraciones del ariete a su llegada al conjunto blanquiazul. «Me habían hablado de hacer un proyecto bueno para hacer cosas grandes. Quiero luchar por estar arriba. Los dos años anteriores he luchado por estar en mitad de tabla y este año quería algo más», afirmó Rubén en su primera comparecencia ante los medios de comunicación.

Resulta que, por caprichos del destino, el equipo en el que Castro se propuso luchar por estar arriba se encuentra luchando por no estar el último clasificado y que su exequipo, el Cartagena, se codea con los mejores de la categoría en posiciones de play off. A consecuencia del mal inicio de su equipo, Rubén no ha podido destacar en su especialidad de hacer goles y solo ha logrado un tanto en los seis primeros partidos, un bagaje muy pobre para su media goleadora de la temporada pasada, de casi un gol cada dos partidos. No ha echado en falta por ahora a su antiguo delantero el FC Cartagena, aunque las tornas pueden cambiar en cualquier momento en una de las ligas más igualadas del mundo.