La victoria en Nueva Condomina tendrá que esperar. Después de dos triunfos consecutivos a domicilio, el Real Murcia solo pudo empatar en casa frente al Numancia. Un 0-0 que hace que los aficionados murcianistas todavía no hayan podido celebrar un gol en su estadio en este inicio de campaña en Primera RFEF. No llegó el triunfo en la primera jornada contra el Calahorra, encuentro en el que no se movió el marcador; y lo mismo sucedió este sábado frente a un conjunto soriano que llegaba a la Región sin saber lo que es ganar en la tercera categoría.

Un Real Murcia que deja escapar la tercera victoria consecutiva pese a realizar un buen primer tiempo, en el que fue atrevido, en el que combinó, en el que hizo ilusionarse a una grada con más de diez mil aficionados, pero que siempre se estrelló con una defensa visitante que apenas sufrió. Faltó sacar las uñas en los últimos metros, y cerca estuvieron de pagarlo los de Simón, que se agarraron a Serna en el final de la primera parte.

Y en el segundo tiempo, cuando parecía que el Murcia quería pero no podía, los cambios lo trastocaron todo. Las modificaciones hicieron que el equipo se viniese abajo y que acabase sufriendo ante un Numancia que llegó a estrellar un balón en el palo.

Lo que está bien es mejor no moverlo. Lo dice la lógica y lo hace Mario Simón. Porque el técnico del Real Murcia ha dado con un once titular de lo más interesante y no está dispuesto a estropearlo. Solo un cambio. Un cambio en la misma zona de las últimas jornadas. Y es que el extremo izquierdo es el único puesto que ahora mismo no tiene dueño. No lo ató Zeidane. Tampoco Loren Burón la pasada semana. Y este sábado ha sido el turno de un Dani Vega que obtenía la recompensa por sus dos goles frente a la Real Sociedad B.

Apenas acaba de rodar este Real Murcia. Apenas se han disputado cuatro jornadas. Y en el equipo titular solo se mantienen cuatro jugadores de la pasada campaña, pero por lo visto hasta ahora, los murcianistas parece que llevan jugando juntos varias vidas. Porque solo hay que ver la gran conexión entre Javi Rueda y Pedro León, o entre Pedro León y Ganet, o lo bien que se entienden Aguza y Julio Gracia en las ayudas para poner músculo en el centro del campo y para lanzar al equipo.

Y la afición del Real Murcia se permite disfrutar. Lo hizo en una primera parte que dejó detalles, pero que no tuvo goles. Lo hizo con un remate de Miku que salvó Isma Gil, lo hizo cada vez que conectaban Ganet y Pedro León, y lo hizo con el atrevimiento y los detalles que se veían en cada ataque local. También en la gran intensidad de los primeros minutos, donde el Real Murcia salió ganador de una batalla disputadísima por tener el control.

Pero al Real Murcia le falta mirar a puerta. A diferencia del pasado curso, el Real Murcia se atreve, el Real Murcia es valiente y el Real Murcia inventa, sin embargo, el Real Murcia apenas fue capaz de generar ocasiones claras en la primera parte. Cada vez que pisaba el área, cada vez que lograba combinar hasta territorio decisivo, o no había rematador o la defensa del Numancia sacaba el balón sin problemas. Solo una acción casi acrobática de Miku y un zapatazo marca de la casa de Ganet inquietaron a Isma Gil en los primeros 45 minutos.

Serna salvador

En cambio, el Numancia, que apenas apareció en ataque, en solo dos minutos estuvo cerca de dejar mudos a los aficionados de Nueva Condomina. Fue justo antes del descanso. Y si el Real Murcia sobrevivió fue gracias a Miguel Serna. Se estiró primero para sacársela a David González y a continuación, tras un córner, reaccionó como un gato para evitar que un gran cabezazo de Bonaldo acabase en gol.

Sí llegaron las ocasiones para el Real Murcia en el inicio de la segunda parte. Aguza, en el 50, cazaba un rechace desde la frontal que se iba desviado por poco, y cinco minutos después Pedro León sacaba su calidad para golpear un balón que se marchaba a córner rozando la escuadra.

Con la afición divirtiéndose en Nueva Condomina e intentando empujar a los suyos a ese gol que rozaban pero no llegaban, el Numancia resistía como podía. De hecho, fue Diego Martínez, técnico de los sorianos, el primero en mover su banquillo para reactivar una ataque que ha comenzado la liga con la pólvora completamente mojada. Y es que llegaban al estadio grana sin saber lo que es celebrar un gol.

Pero Mario Simón no se quedó atrás. A falta de 20 minutos y con el 0-0 instalado en el marcador, el técnico grana quiso añadir más picante ofensivo al equipo. Saltaba al terreno de juego Zeidane, siempre capaz de sorprender; y también tenía una nueva oportunidad Andrés Carrasco, que ya sabe que tiene que aprovechar los minutos que le den si quiere optar a entrar en un once en el que de momento no tiene sitio. El tercer movimiento de Simón fue el menos esperado. Mario Sánchez ocupaba el lugar de Javi Rueda. Los otros dos futbolistas granas que abandonaron el campo fueron Pedro León y Miku.

Las modificaciones tuvieron el efecto contrario. El Real Murcia perdió fuelle y casi el control, y el Numancia, casi sin querer se asomó al balcón del área defendida por Serna. Moha no encontró puerta, sin embargo David García hizo temblar la portería grana cuando estrelló un balón en la madera en el minuto 82. Y otra vez lo intentó el extremo en el 85. Siendo el más activo de los suyos y un peligro para los granas, disparó alto en un tramo en el que parecía que los de casa pedían que acabase el partido con empate en el marcador.

Y eso fue lo que pasó. No hubo gol grana y no hubo victoria, lo que hizo que los aficionados se fueran a casa con la decepción de no haber visto al equipo ganar en casa en los dos partidos disputados esta temporada.