Manolo Molina ha hecho un clínic de paciencia en el año que lleva en el Real Murcia. Un año que le ha hecho adquirir experiencia y no precipitarse de cara a lo que pueda venir para reforzar al equipo en el estreno en Primera RFEF.
En el club grana, las exigencias son máximas y, pese a que son un equipo recién ascendido, la afición va a exigir más que una salvación por la mínima.
El director deportivo siempre se ha caracterizado por tener un carácter tranquilo y un semblante serio. Pero, ahora, también lo está poniendo en práctica con la confección del equipo, pues está siendo mucho más paciente que el año pasado. De hecho, el Real Murcia aún no ha fichado aún al primer refuerzo del mercado estival. Una situación que contrasta con la del año pasado, donde Manolo Molina, recién llegado al Real Murcia, ya había acometido tres fichajes.
En el mes de junio del año del año pasado, Manolo Molina había hecho hasta diez movimientos entre fichajes, salidas y renovaciones. De jugadores, el primero en llegar fue Andrés Carrasco, que vino a Murcia el once de junio. El segundo futbolista fue Dani García, el 24 de junio. El tercero, el 28 de junio, fue Luis Madrigal. Pero, en ese mes, también hubo siete movimientos más.
El club renovó a Rognny y Guille Lozano, que pasaron a formar parte del primer equipo. También se renovó a Antonio López, que siguió en la plantilla. Se anunció el adiós de Víctor Curto y Edu Luna, y también el cese de Loreto en el banquillo para dar paso a Mario Simón.
Fue un mes de junio muy movido en las oficinas de La Condomina, algo que contrasta radicalmente con la situación actual, al menos, de cara a la galería, pues es cierto que el Real Murcia está ultimando movimientos, pero aún no ha hecho ninguno oficial.
Esta temporada, los únicos anuncios oficiales que ha hecho el club han sido seis salidas que se produjeron en un periodo de dos días. Entre el 21 y el 22 de junio, se anunció las salidas de Ismael Athuman, Javi Saura, Luis Madrigal, Fuanfer, Héctor Martínez, y Pablo Haro. También, en el banquillo, la continuidad por una temporada más de Mario Simón tras varias semanas de negociaciones con el técnico.
El Real Murcia está sabiendo ser paciente en la vuelta a la tercera categoría del fútbol español. Una categoría en la que debutará por primera vez en su historia y que tiene una mayor dificultad que la antigua Segunda B, pues en aquel sistema la liga tenía 80 equipos repartidos en cuatro grupos y actualmente tiene 40, la mitad. Eso hace que los buenos jugadores de la categoría se concentren en menos equipos y el nivel general ascienda.
Suenan varios jugadores para el club y se espera que en la próxima semana alguno se haga ya de manera oficial. Pero, no quiere dar pasos en falso la directiva, pues el presupuesto no será de los más elevados de la categoría y tienen que andar muy finos para aprovechar al máximo el dinero invertido.
La temporada pasada, aunque al proyecto le costó arrancar, Manolo Molina consiguió atinar con un equipo competitivo. Este año, con otra fórmula mucho más paciente, está por ver si es capaz de hacer un Real Murcia sólido que consiga la salvación de manera solvente.
