No vive el UCAM Murcia su mejor momento. El descenso a Segunda RFEF solo ha sido la gota que ha colmado el vaso de una temporada decepcionante que comenzó a torcerse definitivamente el día en el que la directiva impuso la contratación Salva Ballesta, al que le firmó dos temporadas para luego despedirlo casi cinco meses después. Con el vestuario dinamitado y con un cese demasiado tarde, los universitarios ya no encontraron ninguna vía de salvación.

Un mes después del cierre del curso, las aguas siguen revueltas en La Condomina. Con un nuevo director deportivo que ni pisa las oficinas del club ni ha sido presentado; con un entrenador que vive la misma situación, y con José Luis Mendoza García como nuevo jefe al mando tras el paso al lado del presidente, José Luis Mendoza, el UCAM podría vivir en los próximos días una situación hasta ahora nada habitual.

El divorcio entre el club universitario y Pedro Reverte, apartado de su cargo de director deportivo pero obligado a seguir trabajando en las oficinas hasta el 30 de junio, sigue sin cerrarse, y si nada cambia en las próximas horas, ambas partes se verán las caras en los juzgados.

El lorquino, que se enteraba del anuncio de su salida a través de las redes sociales, renovaba el pasado verano hasta 2023, pero en su contrato había una cláusula de ruptura por descenso. Esa cláusula es la que ha utilizado el club para acabar con una relación que se alargaba ocho años, sin embargo, la directiva, que no quiere hacer frente al pago de la indemnización por el tiempo que Reverte ha estado trabajando para la entidad, lleva semanas tensando la cuerda.

En un mes en que entrenadores y directores deportivos sin trabajo, intentan buscar acomodo, la directiva del UCAM comunicó a Reverte que no podría abandonar su puesto hasta el 30 de junio, fecha de la finalización de su contrato, por lo que el lorquino está ahora mismo fuera de juego en el mercado. Ni la contratación de Miguel Linares ha cambiado las cosas. Mientras que el andaluz trabaja en Los Jerónimos, el ya ex responsable de la parcela deportiva sigue en La Condomina sin realizar ninguna tarea.

Sin posibilidad de acercamiento por parte de los responsables de la entidad murciana, todo parece indicar que el conflicto acabará en los juzgados, donde Reverte exigirá la indemnización que le pertenece después de ocho años trabajando como director deportivo del UCAM.

De darse esta situación, el club universitario viviría una situación inédita. Desde que José Luis Mendoza pusiese en marcha el equipo de fútbol, todas las salidas de entrenadores y jugadores se han saldado de manera totalmente pacífica. Nadie ha dicho un ‘pero’ contra el club. Sin embargo, con el presidente ya prácticamente ausente de las decisiones, la directiva ahora encabezada por Mendoza García está a punto de vivir una nueva experiencia, la de los juzgados.