El murciano Carlos Alcaraz está por segunda vez en su carrera deportiva en la segunda roda de Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada. Después de superar al alemán Jean-Lennad Struff en un duro estreno donde el jugador de El Palmar llegó a conectar hasta 30 saques directos, el mejor registro de su carrera, ahora se verá las caras con el holandés Tallon Griekspoor, quien se deshizo en cuatro sets del italiano Fabio Fognini.  

El murciano se encontró 2-1 abajo frente a Struff, pero en el cuarto set, que ganó en el tie break, logró igualarlo para después, en el quinto, vencer por 6-4. Sufrió el pupilo de Juan Carlos Ferrero, que dejó un punto para el recuerdo cuando estaba contra las cuerdas, con 2-0 abajo en la muerte súbita del cuarto set. El alemán le movió de un lado a otro de la pista, llegando a todas las bolas el número siete del mundo hasta que con un revés cruzado a la carrera superó a su rival, que se disponía a subir a la red para sentenciar el punto. A partir de ese momento, Alcaraz fue un ciclón y terminó ganando el tie break por 6-3.

El público de la pista 1 se rindió ante el juego agresivo y atrevido del murciano, al que despidió con muchas muestras de cariño. De hecho, durante la entrevista posterior al partido, los aficionados interrumpieron en varias ocasiones a Alcaraz, que se sintió abrumado ante las muestras de cariño y definió la experiencia de jugar en ese ambiente como "algo asombroso".