La Opinión de Murcia

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El deporte, en primera persona
Motociclismo Juan Trujillo Segura Fotógrafo y empleado de Lhicarsa

"Supe que Pedro Acosta era un piloto especial desde que lo vi siendo un niño derrapando con una Kawasaki"

El cartagenero Juan Trujillo, quien se inició en la fotografía para que tuviese un entretenimiento, ha seguido la carrera del mazarronero desde sus inicios y ahora cubre numerosas carreras del Mundial

Juan Trujillo, con su máquina fotográfica en Lhicarsa. Sebastián Fernández

Juan Trujillo Segura (Cartagena, 3 de noviembre de 1980) es fotógrafo. Conoce a Pedro Acosta desde que era un niño y en la actualidad cubre todas las carreras del Mundial que se disputan en España. Colabora con La Opinión y Solo Moto, así como con diferentes equipos del campeonato. También ha aportado su granito de arena al libro dedicado al piloto mazarronero por Jaime Alguersuari, una leyenda del motor.

¿Cómo empezó a hacer fotografías?

Empecé a hacer fotos por una historia personal. Me inicié porque mi hija, en su adolescencia, tuvo un mal episodio y quisimos meterle la fotografía a la cría para que tuviese ese entretenimiento porque le gustaba. Decidí aprender yo para enseñarla a ella y al final sigo aprendiendo yo.

¿Cómo derivó en el motociclismo?

El motociclismo siempre me ha gustado y había ido a ver grandes premios, aunque nunca he tenido moto. Todo empezó en un evento en el Circuito de Cartagena, donde pedí permiso para entrar a tirar cuatro fotos y siempre me han tratado como si estuviera en casa, y ahí me enganché. Al poco tiempo conocí a Paco Mármol, con la escuela, y empecé a hacerle fotos a los críos y hasta día de hoy.

Pero especialmente ha seguido la trayectoria de Pedro Acosta.

No es que haya seguido la trayectoria de Pedro Acosta solo porque yo veo a Paco y Pedro como uno y los sigo a los dos. He ido a muy pocas carreras con ellos, salvo cuando ganó el Campeonato de España de Premoto 3, y a la siguiente a la que pude ir fue el primer año que corrió la Red Bull Rookies Cup en Aragón. En mi trabajo no podía pedir permiso para ir a todas las carreras, pero me han dado siempre mis compañeros y la empresa las mayores facilidades. También hice pruebas donde corrió de la Cuna de Campeones en Fortuna, pero entrenar sí que lo he visto machacarse con Paco un día sí y otro también, sobre todo cuando la escuela estaba en Cartagena, pero cuando se tuvieron que ir a Fortuna por un cambio de gestión que hubo en el circuito, por mi trabajo no podía estar tanto tiempo como antes, aunque subía cada vez que podía y sigo haciéndolo. No estoy con ellos todo lo que me gustaría.

¿Y qué tiene Pedro Acosta de especial en los entrenamientos?

Hay que verlo. Desde que lo vi siendo un zagal, estaba dos pasos por encima del resto. Cuando yo empecé lo vi con una Kawasaki derrapando, era impresionante. Yo estaba empezando y veía esas fotos en mi cámara tan espectaculares, que cada día me llamaba más la atención el piloto y cómo trataba Paco a todos los críos. Verme aprendiendo en un ambiente que me gustaba, provocó que cada día fuera a más y la culpa la tiene Paco, que me abrió las puertas de la escuela en 2016, y también la familia de Pedro, que me han tratado siempre fenomenal.

Habla del binomio Paco-Pedro. ¿Sin Paco habría llegado a algo Pedro?

No lo sé, es una pregunta complicada, porque no sé la trayectoria que hubiese seguido sin Paco. Yo tenía la certeza de que iba a llegar a lo más alto y lo ha conseguido. Pensar dónde hubiese llegado sin Paco, es algo que desconozco, pero tampoco puedo decir que no hubiese llegado. No puedo decir que no, pero sí que viéndolo con Paco sabía que iba a llegar a lo más alto.

El día que debutó Acosta en Qatar me mando un mensaje. Me dijo: “La va a liar”. ¿Por qué lo tenía tan claro?

Sabía que la iba a liar desde los test de Portugal. Ya se le veían formas y cosas que dejaban claro que iba a estar con los mejores. Cuando hizo el primer entrenamiento de Qatar y quedó primero, se veía que la iba a liar. En ese momento, los que estábamos cerca y sabíamos de sus posibilidades, sabíamos que iba a estar ahí si no había un condicionante de una caída o una lesión. De hecho, en la primera carrera quedó segundo y la terminó de liar en la segunda, ganando saliendo desde el pit lane. Cuando lo vimos en esa situación, todos recordamos la carrera que hizo en Barcelona años atrás, que fue idéntica.

¿Ser fotógrafo en el mundo de la motos es complicado, hay mucha competencia?

Hay mucha, pero la competencia está en función del campeonato al que vayas, porque es de una manera u otra. Cuando te metes en los regionales la mayor competencia la tienes de fotógrafos aficionados, pero cuando te quieres ganar un euro con esos pilotos aficionados que corren una copa o un trofeo de la Federación Murciana, el piloto es muy a nivel aficionado y el fotógrafo también. Muchos no te pagan las fotos y otros no te las pagan a un precio que haga viable tu trabajo, pero también son campeonatos que te ayudan mucho a aprender.

El problema es que mucha gente se cree que el trabajo del fotógrafo es gratis y que todo el mundo sabe hacerlo.

De esos hay muchos que te mandan el típico mensaje diciendo que pensaba que las fotos eran gratis y les tienes que responder que no vas por gusto y que intentas ganarte la vida. Con que un fotógrafo llegue y te suba las fotos a las redes sociales libremente, tu trabajo ya no vale para nada porque el piloto coge esa foto y ya se conforma. Y cuando subes de nivel y te metes en el Mundial, el sistema de trabajo es completamente diferente, es la noche y el día. Es muy difícil entrar a ganarse la vida en el Mundial de motociclismo. Para prensa es muy difícil trabajar porque salvo que hagas algo muy específico, es imposible. Por ejemplo, en Barcelona estuve trabajando para Solo Moto haciendo entrevistas con José Luis Merlos y me valoraron bastante bien mi trabajo.

¿Se deja alguna vez de aprender?

Nunca. Siempre estás aprendiendo técnicamente. Pero una vez que estás en el Mundial, dominas, sabes las fotos porque te haces tu croquis como un piloto. Eso es lo que hay que ir aprendiendo, al margen de buscar contactos y conseguir clientes. Hay muchos fotógrafos que llevan años y es complicado conseguir algo.

Antes hablaba de que también hace carreras de campeonatos regionales. ¿Hay padres tóxicos que hacen daño a los críos?

Hay padres tóxicos que fuerzan a los críos de más. Y eso se nota en los resultados. Cuando dejas a un crío suelto con una persona de confianza que sabe lo que está haciendo, hay algunos padres que lo llevan bien, pero otros los presionan bastante.

¿Ha visto niños llorando por eso?

Alguna situación de esas me he encontrado y estamos hablando de nivel básico. Pero eso lo he visto en todos los deportes, no solo en el motociclismo. Un padre quiere lo mejor para su hijo y espera de él algo sin mirar que realmente que el crío está ahí para aprender y pasárselo bien. Ya llegará luego el momento después de ver si tu hijo vale o no. Luego están las personas específicas que tienen que guiar a esos críos.

Pero hay padres que no los dejan disfrutar.

Como en todos los deportes, porque lo he visto en el fútbol con mi hijo y las envidias en el motociclismo están a la orden del día. Y también está el problema de que es un deporte individual, que quien no gana no sale en la foto. He visto padres recriminarse porque se acusan los unos a los otros de haber hecho trampas, aunque también te digo que no es lo normal porque se ve más compañerismo a edades tempranas que envidias, sobre todo entre los críos. Yo tengo un momento grabado de tres pilotos que tenía Paco Mármol en minimotos. Uno quedó primero y otro segundo y se pararon a celebrarlo mientras que el otro, que había quedado el último, fue el que más disfrutó del momento porque entró en la meta celebrándolo.

¿Y qué ocurre ahora que hay una camada tan buena de pilotos en la Región?

No sé la clave, pero eso lo llevo pensando desde hace tiempo porque se veía venir una generación desde atrás muy buena con Pedro, Fermín Aldeguer, Máximo Quiles, Carpe o el propio Carlos Cano, que es el más pequeño. Algunos ya han llegado y otros están a punto. No sé si son casualidades, pero ahí están.

¿Tienen todos el mismo estilo?

No. Cada uno tiene su estilo y su carácter, no tienen nada que ver entre ellos.

¿Vamos a tener unos años con gran protagonismo del motociclismo en la Región?

Sin duda, estoy seguro de ello porque hay muchos que también vienen apretando. Hay más gente abajo a la que le queda mucho trabajo. Igual que se veía venir este aluvión, he visto un parón del covid hacia acá, que ha hecho mucho daño. La proyección de algunos se frenó en seco y es algo que se está viendo también pese a que ya se está recuperando porque en los Campeonatos de España vuelve a verse bastante nivel. En el transcurso de la pandemia creo que ha habido un parón.

¿Dónde disfruta más, en una carrera de niños o en el Mundial?

Disfruto diferente, pero me lo paso bien en las dos. Cuando vas a un Campeonato Regional es todo más cercano, más familiar porque conoces a todo el mundo y el trato es muy diferente, muy directo. Cuando vas al Mundial disfrutas de la fotografía en la élite porque estás entre los mejores del mundo y verte ahí es importante. A mí Nikon España me da cobertura para cubrir las carreras con garantía. Dicen que la cámara no hace al fotógrafo, pero en motociclismo sí porque no te vale cualquier cámara ni cualquier objetivo. Tener al apoyo de Nikon a través de Javier Garrido, que me deja el material más competente que tienen para hacer mi trabajo, y eso se nota en los resultados. Estar dentro del Mundial es otro mundo.

¿Cuánto le lleva conseguir esa foto diferente?

Te lleva muchas horas e incluso puedes no conseguir la foto, pero siempre hay dos o tres imágines que se te quedan marcadas del fin de semana.

¿Y qué fotos se le han quedado marcadas en su vida?

Se me han quedado marcadas varias. En mi primer Mundial, en 2018, una foto muy sencilla que implica estar ahí y tenerla. Fue cuando Valentino Rossi le dio la mano a Dani Pedrosa el día de su retirada. Otra foto que tengo marcada la hice en Cheste en 2019, una caída en la curva 5, donde vas a buscar las caídas en Moto3 porque a ella se llega después de hacer cinco curvas de izquierdas y se meten en una de derechas con el flanco frío. Y tengo una caída de Dalla Porta el año que ganó el Mundial de Moto2 con Alonso López y Arbollino, donde el español sale literalmente volando por encima de ellos, como si estuviese saltando en motocross. No les pasó nada, salieron ilesos.

¿Y cuando ve una caída delante suya no tiene el instinto de salir a ayudar a los pilotos?

No piensas, eres frío, solo tratas de capturar la imagen, pero cuando la tienes, sí que te preocupas por los chicos. En el Gran Premio de Barcelona me pasó con una caída de Rins y Nakagami, que me impactó mucho, pero en ese momento eres frío y sigues la escena. Y luego tengo otra a la que le tengo mucho cariño que es Marc Márquez frente al muro de Aragón. Esa foto, viendo una carrera con mi mujer, le dije que me tenía que ver un día entre Márquez y ese muro haciendo esa foto. Por eso el día que me llegó la oportunidad me fui allí y me dije que ya tenía todo lo que tenía que tener. Como verás no te he dicho ninguna de Pedro Acosta, pero es que las suyas me gustan todas. No sé lo que tengo con él que siempre le saco una foto siempre que coincidimos.

Pues tiene una foto de Pedro llorando cuando era un crío que es muy buena.

Sí, esa es una foto muy personal que no se publicará nunca. Pedro estaba llorando porque quería seguir entrenando y se puso así porque se había acabado y la luz, pero él quería seguir. Pero es una foto muy personal que está guardada.

Ahora está haciendo las carreras en España del Mundial. ¿Aspira a más?

Aspiraciones siempre y trabajo para llegar a más porque estando en la casa sentado no te llega nada del cielo. Si no llegan, por lo menos me siento que valgo. En igualdad de condiciones con el resto de fotógrafos, he visto que estoy ahí. En cualquier caso, sin el apoyo de mi familia no sería nada posible. Siempre han creído en mí y les he quitado mucho tiempo para dedicarlo a conseguir mi sueño. No estaría en este momento de mi vida ahora mismo sino fuese gracias a ellos.

Es que un buen equipo fotográfico es demasiado caro.

Es carísimo, pero teniendo el apoyo de una marca, se puede hacer. Yo no tengo mal equipo, pero está anticuado. Cuando llevas uno moderno, notas las deficiencias, sobre todo en el enfoque. Los colores que te sacan ya no son los de antes.

¿Cuál fue su primera carrera del Mundial, la recuerda?

Mi primera carrera de Mundial fue en Superbikes. Conocí a Ana Carrasco en 2017, cuando entrenaba en la escuela con Paco Mármol. Me ofreció ir al Mundial con ella en 2018 a su primera carrera en Supersport300 en Aragón. Cuando me aprobaron la acreditación, busqué alojamiento y no había, estaba todo ocupado. Y me quedé con los padres de Ana en una casa que cogieron cerquita del circuito. Fue un fin de semana espectacular. La familia de Ana es increíble, me acogieron como uno más. Tengo muy buenos recuerdos y muchas anécdotas de esos días. Ese año fue muy emocionante. Ana quedó campeona del Mundo de Supersport300 y vivirlo tan de cerca en la escuela, fotografiando cada entrenamiento al que podía ir, dejando constancia de lo duro que trabajó, era enriquecedor personalmente y profesionalmente.

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