Diego Giustozzi abandona el banquillo de ElPozo Murcia, tras cuatro temporadas sin ganar ningún título, para seguir su carrera en Vietnam, ya que, según afirmó ayer en su último encuentro con los medios, «no podía dar el cien por cien al club». El técnico argentino, de 43 años y que llegó a España para competir en la Primera División de fútbol sala tras haber guiado a la selección de su país a ser campeona del mundo, se despidió públicamente en una rueda de prensa que ofreció en el Palacio de los Deportes de Murcia y en la que estuvo acompañado por el presidente del club, José Antonio Bolarín.

«Es una buena persona, un hombre honesto y con principios y que no ha abandonado al equipo pese a su difícil y dramática situación personal por la enfermedad y el fallecimiento de su madre», quiso destacar Bolarín. Además, indicó que el equipo «no ganó ningún título aunque estuvo en seis finales», y deseó a Giustozzi que le vaya «muy bien» tras dejar «muchos amigos» en Murcia. Posteriormente, Giustozzi correspondió mostrándose «agradecido» al club, al equipo, a la prensa y a la gente de Murcia, «sobre todo por el trato humano y valorando que la persona está por encima del profesional». «En esta etapa de mi vida, que fue un momento de cambios en ElPozo, no me tocó ganar títulos, pero el cariño recibido hará que lleve a ElPozo y a Murcia siempre en el corazón», manifestó.

El adiós del de Buenos Aires se daba por hecho desde que antes de Navidad comunicó en la entidad que no iba a renovar y se marcha a dirigir a la selección de Vietnam. «Han sido cuatro años muy desgastantes, seguramente me voy con más canas y con menos pelo, y lo que más me dolió fue la final de la Liga de Campeones perdida contra el Barça en el Palau», dijo, tras lo que señaló que «me he podido equivocar, pero siendo honesto y fiel a mis principios».

«Llegué en un momento difícil, desde fuera sabíamos todos que había que hacer cambios, pero les puedo asegurar que desde dentro fue mucho más díficil y más grande de lo que pensábamos, y habiendo tomado decisiones difíciles o ser la cara visible de un montón de situaciones que, yo el primero, no hubiera querido que pasasen, la gente me apoyó incluso en este último tiempo que no estábamos bien. Porque es muy fácil cuando ganas, pero cuando el equipo estuvo mal yo sentí mucho cariño», explicó Giustozzi.