La Opinión de Murcia

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Baloncesto
Laura Gil Collado Jugadora de baloncesto

Laura Gil: "Sabía que estaba llevando tanto al límite mi cuerpo, que en algún momento me iba a romper"

La jugadora murciana de baloncesto, que se recupera de una grave lesión en el tendón de Aquiles que le va a tener ocho meses apartada de las canchas, está realizando la rehabilitación en Murcia

Laura Gil, realizando ejercicios de rehabilitación en la clínica Helpia. Israel Sánchez

Laura Gil Collado está viviendo la peor cara del deporte: las lesiones. La jugadora murciana, medallista olímpica en los Juegos Olímpicos de 2016, está realizando la recuperación en Murcia, concretamente con el doctor Juan Francisco Abellán en la clínica Helpia. Su regreso no está previsto hasta el mes de noviembre y tras desvincularse del Valencia Basket, se ha dado un plazo para decidir en qué equipo jugará. 

¿En qué momento está de la recuperación de su lesión de Talón de Aquiles?

Nos hemos marcado los plazos a cuatro semanas dependiendo de la evolución. De momento puedo hacer vida normal, voy al gimnasio, pero no puedo saltar ni correr. A ver si en estas próximas semanas puedo dar el saltito.

¿Se ha marcado un momento para volver?

Ahora mismo el jefe es mi Aquiles y primero tiene que cicatrizar bien todo lo han hecho, pero tampoco hay que darle mucha tensión porque han hecho un anclaje tan duro, que si fuerzo se puede romper por otro lado y hay que evitarlo. Tengo que respetar muy bien los plazos para que acabados estos seis u ocho meses, no volver a acordarme nunca más del Aquiles.

¿Cómo cayó lesionada?

Venía de un verano y una temporada muy intensa. En ese momento, Raquel Carreras estaba lesionada, solo teníamos tres pívots, y casi todos los minutos los jugábamos Marie (Gulich) y yo. Llevaba varios partidos diciendo que estaba muy cansada, que no recuperaba igual y estábamos jugando miércoles y sábado. Y justo antes de ese partido donde me lesioné dije que no podía seguir así porque estaba muy cansada y me dijeron que cuando volviéramos de San Sebastián íbamos a ver las cargas de trabajo. Pero jugando el partido, en los seis primeros minutos, cogí un rebote y noté como que alguien me pisaba. Caí al suelo, pero cuando me giré y vi que no había nadie, sabía que me había roto el Aquiles. Es una lesión muy específica que todo el mundo que la ha sufrido ha tenido esa sensación.

¿Le generó dudas sobre su futuro?

Espero volver mejor porque al final nunca había tenido tantísimo tiempo para entrenar y mejorar otros aspectos. Al final, siempre tenía un mes de vacaciones en verano y nada más. Ahora me lo he planteado como ocho meses de recuperación del Aquiles, pero también de todo mi cuerpo y mi mente, porque estaba bastante saturada. No sé muy bien cómo volveré, pero mi idea es volver mejor. 

¿Esos dos primeros meses de lesión fueron duros?

Fueron muy duros porque al final llevaba un ritmo de vida que no paraba. Yo pasé de tener 30 o 40 minutos de siesta entre un entreno y otro, a verme sin poder moverme del sofá. Tenía allí a mis padres ayudándome y yo sin poder hacer nada. Eso me costó, pero ahora que he empezado a andar y conducir, me ha generado autonomía. 

¿Le dio muchas vueltas a la cabeza preguntándose por qué le pasaba a usted eso?

La verdad es que no porque sabía que estaba llevando tanto al límite mi cuerpo, que en algún momento me iba a pasar. Al final me paró el cuerpo y asumí las consecuencias. En el momento que me pasó lloré muchísimo, pero al día siguiente ya estaba con la mentalidad de afrontar la situación y de salir de ello.

Usted también vivió una situación similar en Rivas, donde sufrió una lesión grave. 

Sí, pero aquí tenía la incertidumbre porque se acababa mi contrato en Valencia y estaba a punto de cumplir 30 años. Hasta pensaba qué iba a hacer con mi perro, quién lo iba a sacar a pasear, un marrón porque al final también es una responsabilidad. Pero solo fue ese primer momento y después, mentalidad positiva. 

«Estoy aprovechando este período para mejorar otros aspectos de mi juego, como mi tiro, y para ello estoy trabajando con Kostas Vasileiadis»

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¿Piensa ahora mismo en ese día del regreso?

Como ahora mismo todo el mundo que me ve me pregunta cómo estoy y qué voy a hacer el año que viene, es imposible no pensar en eso. Ahora mismo estoy centrada en la recuperación, en estar bien y me gustaría tener algo ya cerrado por la tranquilidad, pero no me he puesto una fecha. Aun así me han dicho que para octubre o noviembre estaré, y que para competir necesitaría un mes más, pero vamos a ir paso a paso, que es lo mejor. 

¿Han llamado muchos equipos a su puerta?

Algunos sí, pero es algo de lo que no me estoy preocupando porque lo lleva mi agente. Yo estoy un poco fuera, pero de vez en cuando me llama para decirme qué hacemos y nos hemos marcado unos plazos, pero ahora estoy con la recuperación y poco más. 

¿Y por qué ha decidido venirse a Murcia a recuperarse?

Al final, como en casa no se está en ningún sitio pese al calor. Pero tener aquí a Juan Francisco Abellán, que también es el médico de la selección femenina, con su clínica Nelpia, me daba la posibilidad de tener todo. Aparte, la Federación Española también me está ayudando en este proceso de recuperación y entendí que era lo mejor. 

Dentro de lo malo, no se ha perdido ninguna competición de la selección española este verano atípico.

Solo me he perdido estas concentraciones que se están haciendo porque somos un equipo muy nuevo. Yo llevo muchos años yendo a la selección, pero es cierto que este grupo es distinto, el entrenador es distinto, pero dentro de lo malo, no hay competiciones. Pero perderme estos entrenos siempre toca un poco, pero es cierto que no he tenido tanta mala suerte. 

También se perdió una concentración por el coronavirus.

Yo no me pillé el covid, pero entonces estaban las cuarentenas de quince días y me quedaban dos para salir. Al final incluso se canceló esa concentración, por lo que no me perdí tanto.

Imagino que volver a la selección cuando se recupere será una prioridad aunque haya cambiado el entrenador y todo.

Los mensajes que recibo por parte de Miguel Méndez, el nuevo seleccionador, y de la Federación son de apoyo. Al final es el equipo donde he jugado más años, ya que llevo desde los quince. Confían plenamente en mí y mi objetivo es volver en la mejor forma posible, pero si hay jugadoras en mejor estado, deberían ser ellas las que fueran. Aunque mi objetivo es que no pase y ser una más para el equipo. 

Decía que estaba trabajando en otros aspectos que antes, por el ajetreo diario, no podía. ¿En qué se está centrando?

Para empezar estoy entrenando con Kostas Vasileiadis y mejorando aspectos de mi tiro. Hablé con él y le dije los problemas que veía en mi tiro y me está ayudando a tener más confianza y a tener un tiro más rápido. Aunque aún no puedo saltar, sí que estoy entrenando el tiro. Y físicamente, como me rompí un isquiotibial al final de la temporada pasada y no me pude recuperar totalmente porque empecé a jugar el Europeo y los Juegos, y después, en Tokio, me rompí un abdominal y jugué con faja los tres últimos partidos y tampoco me llegué tampoco a recuperar por esos pequeños hándicaps y no había tenido tiempo material, estoy mejorando físicamente para volver como una moto. 

¿Y no han tenido que ver esos pequeños problemas para esta lesión?

Mi cuerpo me ha ido avisando. Este último año, al tener dos competiciones internacionales y lo que supone jugar los Juegos Olímpicos, que de la forma que acabaron tampoco ayudó mentalmente en nada, todo suma, pero al final las lesiones son parte del deporte. A lo mejor si fuera una tiradora que está en la esquina y que no se pelea mucho, sería diferente, pero no es mi caso. 

« Tenía decidido que no iba a seguir en el Valencia. Aunque el entrenador confiaba en mí, había aspectos que me hacían que no encajara bien. No disfruté al cien por cien»

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La salida de Lucas Mondelo fue abrupta. ¿Les dejó huella aquello?

Yo creo que fue un cambio necesario, que todo son etapas. Tuvimos unos años muy buenos con un grupo de jugadoras que habíamos encajado, que todas sabíamos nuestro rol. Y Lucas Mondelo estuvo al mando de todo ello, pero era un cambio necesario y ahora, con la entrada de Miguel Méndez, también hay un relevo generacional de jugadoras. Al final los inicios siempre son complicados y más con todo el revuelo que se generó. 

Tanto la selección masculina como la femenina coinciden en un momento de cambio. 

Las nuevas generaciones se han saltado el respeto absoluto a las mayores, porque ahora les da igual que tengas 30 años. Pero eso forma parte del juego que tienen, que son más descaradas y agresivas. 

¿Va a cambiar el estilo de la selección próximamente?

Bueno, yo creo que va a cambiar el estilo del baloncesto. Cada día llama mucho más el juego individual, hacer el tiro en el último momento, y es algo que engancha al aficionado, pero al que le gusta el baloncesto le llama más el juego en equipo, donde acaba tirando quien está solo. Pero bueno, yo creo que de eso nos va a quedar pocos años.

Ahora estamos en un buen momento del baloncesto femenino en la Región de Murcia. Cuando usted se fue con quince años pocos podían pensar que un día iba a estar un equipo en Liga Femenina Endesa, parecía como una utopía.

De hecho han tenido que pasar quince años para que eso pase. Yo creo que el Jairis hizo una buena apuesta y el hecho de haber ascendido y con los fichajes que están haciendo, con jugadoras que llevan años en la liga, está claro que quieren quedarse y no es solo el sueño de haber subido. Para un equipo recién ascendido es complicado porque es una liga nueva. 

También se abre una posibilidad de jugar un día en casa.

Sí, obviamente en unos años me gustaría jugar aquí, pero ahora mismo no quiero cerrarme a venir aquí. 

¿No ha pensado en salir al extranjero?

Pues fíjate, justo me estaba empezando a plantear la opción de salir, me lesioné, pero con esto creo que es mejor estar cerquita de casa por la confianza y tranquilidad que me puede dar estar en España, pero nunca puedo decir nunca. 

Pero cada día hay menos jugadoras españolas en el extranjero, ya no es como antes.

A día de hoy solo quedan tres jugadoras, pero en realidad la mayoría ya han vuelto. La liga ha experimentado un boom y las otras ligas tampoco es que sean muy potentes. Pero como la vida en España yo creo que hay pocos sitios.

¿Y cómo valora su paso por Valencia?

Siendo sincera, tenía unas expectativas muy altas. Hemos conseguido la Eurocup y las Supercopas de España y Europa, pero para mí el recuerdo va a ser el partido contra Ekaterimburgo, con la Fonteta llena, que ganamos al campeón de Europa. El problema es que al final tenemos formas de trabajar distintas. 

¿Aunque no se hubiera lesionado habría salido?

Sí. 

¿No se sintió tan cómoda como en otros sitio?

El entrenador confiaba mucho en mí, pero había aspectos que me hacían que no encajara bien. No disfruté al cien por cien.

Tiene ya 30 años. ¿Se está planteando ya el futuro cuando acabe de jugar?

Pues sí, ya toca. Estoy ahí a ver si le doy un buen apretón a los estudios (estudia Psicología en la UCAM). No hay una fecha límite, pero sí que es cada vez más cercana. 

¿Seguirá vinculada al baloncesto?

Yo creo que no. Es una etapa que se cierra y empieza otra. Nunca se sabe porque la vida da muchas vueltas, pero es cierto que me voy a llevar un montón de experiencias que después voy a poder aplicar en mi vida, donde quiera que me lleve la psicología, pero desde los quince años que salí de casa hasta que deje de jugar, yo creo que es suficiente etapa de baloncesto. 

¿Tiene claro que se vendrá a vivir a Murcia?

No lo sé porque la vida da muchas vueltas, pero Murcia es una ciudad que tiene de todo y lo que necesitas tres días en Madrid, en una mañana lo haces en Murcia y eso te da calidad de vida. El único problema es que de junio a septiembre no se puede estar aquí por el calor. 

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