La Opinión de Murcia

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Cuder Murcia: autogestión en un club de rugby pionero

Las propias jugadoras del Cuder Murcia, que se ha proclamado campeón regional femenino, se encargan de buscar patrocinadores, gestionar subvenciones, captar nuevas compañeras y entrenar a las nuevas - "Aquí no se viene al postureo, se viene a trabajar", dice la presidenta, Inma Martínez

Club de rugby Cuder de Murcia Israel Sánchez

Ser mujer y deportista no es fácil en la Región de Murcia, aunque en los últimos tiempos la situación ha mejorado ostensiblemente. Pero si encima practicas un deporte como el rugby, noble pero de contacto físico, las dificultades son aún mayores. Sin embargo, un club humilde está rompiendo con todas las barreras, el Club Universitario Deportivo Rugby (Cuder), que en 2010 fue el primero en España formado exclusivamente por equipos femeninos. Esta temporada se ha proclamado campeón regional y ha concluido en la tercera posición la liga de la Primera Territorial Valenciana.

Los inicios fueron complicados. El club surgió ante la petición de la Federación de crear un equipo para poder dejar de ser solo una delegación. Un grupo de chicas se desvinculó del XV Rugby Murcia y el primer año comenzaron a competir en Madrid porque aquí no tenían ni esa posibilidad. Todos los fines de semana viajaban hasta la capital del país, pero ya en 2012, cuando se creó la Liga Valenciana, pudieron evitar esos largos y costosos desplazamientos.

Realizando una melé. Israel Sánchez

El Cuder Murcia, donde las jugadoras se autogestionan, es un ejemplo de amor por el deporte. «Aquí no se viene al postureo, se viene a trabajar. Hemos ido creciendo, somos como una familia y nadie se desvincula totalmente cuando deja de jugar. Si no estás entrenando o ayudando, estás buscando patrocinadores. Se ha creado una masa que va creciendo. De hecho, si antes éramos 12, ahora somos 30 porque ninguna se va», explica la presidenta, Inmaculada Martínez Meseguer, sobre el espíritu de este club de rugby donde «todo lo hacemos solas. Nosotras jugamos en Monte Romero y entrenamos en La Raya, que es un campo que no tiene las medidas homologadas. Tenemos un patrocinador, el Ayuntamiento nos da 1.300 euros de subvención y nos cobra 1.500 por el uso del campo. La UPCT nos ha dado 1.400 de subvención. El resto lo sacamos venciendo camisetas, lotería y pulseras. Los viajes y la gasolina los pagamos nosotras de nuestro bolsillo», añade sobre los recursos que tienen.

Competir ya entraña una dificultad para el Cuder, puesto que solo hay tres equipos femeninos en la Región: «Desgraciadamente, el rugby femenino en Murcia va a peor en lugar de ir a mejor. Nos falta un equipo para poder jugar por un ascenso a División de Honor B, ya que en tu territorial debe haber un mínimo de cuatro para ello y solo hay tres. En la Liga Valenciana hemos quedado terceras, pero no tenemos derecho de ascenso porque la Federación pactó que no lo tuviéramos», puntualiza. Pero pese a todo, el club vive un buen momento.

Simulando un saque de banda Israel Sánchez

«Ahora mismo tenemos treinta licencias y otras diez mujeres han empezado a entrenar de cara a la próxima temporada. Hay chicas que van desde los 17 hasta los 49 años de edad», comenta la presidenta, quien destaca que la fidelidad a los colores se da «porque las chicas no solo son compañeras, son amigas. La liga empieza en septiembre, pero en junio nosotras seguimos porque nos reenganchamos a los torneos de playa. Nos vamos los fines de semana como una familia que se reúne, pero en nuestro caso para entrenar y jugar. El rugby une mucha gente con problemas y es la solución para muchas. Como hay cuerpos de todo tipo y el bullying está a la orden del día, aquí son bienvenidas todas las mujeres, porque encuentran algo que no hayan en otros deportes. En el rugby cabe todo el mundo», dice Inma Martínez, quien en su adolescencia jugó al balonmano, pero cuando se fue a estudiar a la Universidad de Las Palmas, descubrió el deporte del balón ovalado tras probar también el baloncesto.

El espíritu altruista del Cuder es algo que se transmite entre las jugadoras. Hasta antes de la pandemia, todos los años organizaban un torneo contra el cáncer donde sacaban unos dos mil euros. Además, también han prestado su colaboración desinteresada en acontecimientos deportivos, como ha ocurrido este año con la Carrera de la Mujer que organizó este diario el pasado mes de marzo. Y a través de esas acciones también han logrado difundir su imagen y llegar hasta chicas que desconocían que existía una alternativa en Murcia para hacer deporte a través del rugby. Y ese espíritu colaborador lo llevan también hasta el tercer tiempo de sus partidos, ese momento donde se deja en el campo la rivalidad y se comparte con el equipo contrario toda la camaradería que desprende el rugby: «Nuestros terceros tiempos son famosos por lo bien que cocinamos y cómo tratamos a nuestras rivales. Puedo decir orgullosa que no hay mejor tercer tiempo que el nuestro porque en Murcia se van todas bien comidas. Nos ponemos de acuerdo durante la semana para ver qué trae cada una. Es todo comida casera siempre», concluye Inma Martínez.

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