La Opinión de Murcia

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El deporte, en primera persona
María Elena Marco Cuesta Única jugadora de bolos huertanos

"No me siento sola por ser la única mujer que juega en la liga de bolos huertanos"

La vecina de Fortuna María Elena Marco Cuesta, que milita en el equipo Los Colañas, se inició hace tres años en un deporte autóctono al que llegó por la afición de su pareja

María Elena Marco Cuesta, en el juego de bolos de La Chamba. Israel Sánchez

María Elena Marco Cuesta (Brignoles, Francia; 27 de diciembre de 1969) es una vecina de Fortuna que se ha convertido esta temporada en la primera mujer de la historia que juega en la liga de bolos huertanos. Milita en el conjunto Los Colañas y se inició por la afición de su pareja. Hasta hace tres años no sabía nada de este deporte autóctono que requiere destreza y fuerza en los brazos.

¿Por qué empezó a jugar a los bolos huertanos?

Yo empecé con mi pareja hace tres años. Él ya estaba jugando, me iba con él todos los sábados a los partidos de liga y me gustó. A raíz de eso, cuando empezó la pandemia, él hizo en mi casa un juego de bolos porque yo vivo en el campo y comencé a entrenar. Él me enseñó cómo era el pie bola, el pie delante y pies juntos. Me gustó y así empecé.

¿Y cómo derivó en entrar en un equipo?

Estoy en el equipo de Los Colañas. Mi pareja estaba jugando en el Salamanca, pero pasó después por otros dos equipos hasta que llegó a Los Colañas. Yo, a base de verlo y verlo, como a mí también me gusta un poco el deporte, me animé practicando con él y me apuntaron a la Federación de Bolos Huertanos.

¿Había practicado algún otro deporte durante su vida?

No, a mí me gusta andar por la sierra y poco más. No es que haya hecho deportes de mucho ejercicio físico, pero sí que he trabajado mucho en el campo y me gusta la naturaleza y andar. Pero sobre todo lo que me animó es que lo he visto como un deporte muy bonito y por eso me he apuntado.

Pero hay que tener fuerza en los brazos para jugar a los bolos.

Es evidente que yo no tengo la fuerza que tienen los hombres para lanzar la bola muy arriba, pero sí para lanzarla arrastrando.

¿No se siente un poco sola como mujer entre tanto hombre?

Yo no porque tengo claro que voy a hacer una cosa que me gusta y como voy con mi pareja, me da la mismo ser la única mujer que juega a los bolos huertanos.

¿Qué le dicen sus amigas de esta afición suya?

Las amigas nada, pero la familia sí que me dice si no me da un poco de reparo jugar a los bolos con tanto hombre y ser la única mujer. Yo siempre les respondo que no me importa, que es algo que me da igual.

¿Qué es lo que le ha enganchado de los bolos?

Lo que me enganchó es que es un deporte divertido y te pica estar jugando. Además, te hace mantener mucho la concentración en lo que estás haciendo.

¿Practica mucho en el juego de bolos que tiene en casa?

Sí, en el juego de bolos los fines de semana nos ponemos a jugar. A veces tiro yo y él me empina los bolos y otras lo hacemos al revés.

¿Le está costando adaptarse a competir? Porque no debe ser igual que solo jugar en casa?

No es lo mismo porque ya juegas un poco nerviosa, porque tienes unos rivales y estás en una liga. Como te he dicho, los hombres tienen más fuerza que yo y tiran más bolas, pero bueno, me lo paso bien e intento hacerlo lo mejor que puedo.

¿Ha animado a gente a que juegue a los bolos?

Aquí en Fortuna, donde vivo, hay gente a la que se lo digo y le gustaría meterse. El único problema es que tienen que desplazarse a Murcia todos los sábados, que parece que no pero es una obligación que te buscas. No es que estemos muy retirados, pero entre unas cosas y otras, se te va un tiempo para bajar a Murcia y necesitas una hora de camino. Eso tira para atrás a la gente de mi pueblo para apuntarse.

Acaba de llegar a los bolos, ¿pero quiere estar mucho tiempo o es solo pasajero?

A mí me gustaría estar mucho tiempo jugando porque es algo que me he propuesto y lo estoy haciendo, pero no sé el tiempo que estaré ahora mismo.

¿Hay mucho nivel?

Sí, yo veo que hay jugadores muy buenos en la liga.

Pero la gente joven se anima poco a jugar a los bolos.

Eso es lo que pasa, que en los equipos hay gente mayor. A la juventud le va poco este deporte. Además, es un deporte autóctono que no conoce mucho la gente. Yo tampoco tenía referencias de los bolos, no había oído nunca hablar de ellos. Yo supe de los bolos cuando empecé con mi pareja hace tres años, pero antes no sabía nada. La petanca sí que la conocía, pero los bolos no.

¿Y le ha costado entender las reglas de juego, porque son un poco complejas?

Aprendí rápido. Todas las reglas de juego no las conozco bien y hay algunas a las que aún no le saco punta y no las entiendo, pero otras las pillé enseguida, en cuanto empecé a practicarlo porque las vas viendo y asumiendo. Pero no es complicado ni nada.

¿Entrena para tener más fuerza y lanzar la bola más lejos?

Sí que lo hago, pero cuando me pongo a jugar con los hombres intento hacer la fuerza máxima posible para tirar la bola alta, pero yo no puedo porque nunca he ejercitado los brazos. Ya tengo 52 años y me cuesta un poco, lo intento pero se me van algunas bolas porque son muy gordas y algunas veces se me escapan de las manos.

Pero todo es práctica.

En eso estoy, practicando todo lo que puedo. Todos los días no lo hago, pero los fines de semana sí.

Y después de jugar también hay otro aliciente, que es la convivencia con la gente.

Claro que sí, es parte del juego. Cuando acaban los partidos nos ponemos a hablar, a comentar lo que ha pasado, si ha salido una mano mejor o peor. Eso también es parte del juego.

¿Su pareja es de los que juegan bien?

No es que sea de los grandes campeones, pero sí que es muy bueno, se le da bastante bien. Él se llama José Santiago y le apodan ‘El Coti’.

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