Uno de los rituales clásicos que siempre debe realizar el ganador del Torneo Conde de Godó-Open Banc Sabadell es bañarse en la piscina del Real Club Tenis de Barcelona acompañado de los niños de la escuela que durante la semana han actuado como recogepelotas en el ATP 500. Y Carlos Alcaraz, con su simpatía habitual, lo ha hecho rodeado de su equipo técnico y su familia.

El murciano no ha dudado en salir corriendo y tirarse a la piscina de cabeza acompañado por medio centenar de niños que coreaban su nombre.

El campeón del torneo ha derrotado en la final a Pablo Carreño en solo dos sets. Esta misma mañana ha tenido que superar en un encuentro que casi ha durado cuatro horas frente a Alex de Minaur. Pese al esfuerzo realizado y tener solo tres horas de descanso, en la lucha por el título ha dado una lección de tenis.