El murciano Mariano García, nuevo campeón del mundo de 800 metros en pista cubierta, pertenece a la estirpe de los atletas temerarios, de los que no se comen el coco antes de las carreras, que se comportan con atrevimiento en las carreras, irreverentes frente a las grandes figuras.

Su filosofía se reduce a cosas obvias, funciona con evidencias. «Mejor quedar primero que último», «para ganar la carrera tengo que vencer a siete». Frases así le bastan para manejarse en el proceloso mundo del mediofondo.

Mariano llegó a los Europeos de Glasgow 2019 con opciones de podio y regresó a casa con un cuarto puesto, en la carrera que ganó Álvaro de Arriba. Tres años después, sin alterar su carácter, ha ganado el oro en un Mundial.

Y lo hizo con unos 200 metros finales espectaculares. Con la mejor marca de 2022, comenzó último la primera vuelta, pero fue remontando hasta un último arreón que le llevó al oro. El también español Álvaro de Arriba fue cuarto. ‘La moto’, ese gesto que hace con la rodilla, los brazos y la cara en la presentación de los atletas, hizo la carrera de su vida.

Mariano llegaba con esa condición de líder tras su récord de España logrado hace un mes en Nueva York (1:45.12). El murciano sabía que tenía la velocidad y la estrategia también la tenía clara, pero supo leer el momento. La salida fue rápida y lanzada por el canadiense Marco Arop. De Arriba sí siguió ese inicio.

El salmantino marchaba cuarto y Mariano último en la primera vuelta, pero el murciano no tardó en ponerse arriba, a rueda del canadiense. El keniano Noah Kibet fue el siguiente en lanzar su ataque, pero el español aguantó con fuerzas al final para colgarse su primera medalla internacional, un oro mundial (1:46:20).

Completaron el podio Kibet (1:46.35) y el estadounidense Bryce Hoppel (1:46.51). De Arriba remontó también en la última recta para entrar cuarto, con la pena de no poder compartir un podio histórico con una ‘moto’ que llegaba de favorita y respondió a las esperanzas del atletismo español en esta segunda jornada en el Stark Arena.

Mariano es un atleta sin miedo, como le ocurría al campeón olímpico Fermín cacho, de los que no se preocupan de las marcas de sus rivales, no les importan.

El de Fuente Álamo, discípulo de Gabi Lorente, como Mohamed Katir, no siente la presión. Si falla, es por otras razones, nunca por miedo. Y ayer sábado no falló.

«Me he dicho: hay que echarle cojones y hasta donde muera» 


El murciano Mariano García, nuevo campeón mundial de 800 metros en pista cubierta con una marca de 1:46.20, destacó la resolución con que afrontó la final, achacó su victoria al trabajo realizado en los últimos años y anticipó que piensa seguir «como si no fuéramos nadie».

«Esta medalla es fruto de todo el trabajo que he hecho. Le he echado cojones y he dicho: hasta donde muera. He luchado por todos y no pienso cambiar, estoy muy a gusto así como soy», comentó tras la carrera.

No quiere dormirse en los laureles. «Hemos luchado, como siempre, y ahora hay que mejorar y seguir entrenando, voy a seguir como si no fuésemos nadie. Me gustan más las medallas que las marcas. Esta la voy a enseñar por el pueblo (Fuente Álamo). Muchas gracias a toda España y felicidades a todos los padres», concluyó.

García dedicó el oro a su padre. «A mi padre, espero que no se queje del regalo que le he hecho». «¿Mi futuro? No pienso cambiar, estoy muy a gusto y si a alguien no le gusta mi personalidad, es la que tengo. No me siento favorito a partir de ahora, sigo pensando que soy de los malos y que tengo que mejorar. Hay que entrenar duro y que el entrenador me ponga deberes. Seguiremos igual, como si no fuésemos nadie», añadió.