La Opinión de Murcia

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Crónica

El Real Murcia, más vidas que un gato

Los granas se vuelven a meter en la pelea por el liderato tras ganar al Atlético Levante en una jornada en la que pinchan La Nucía y el Intercity

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El Real Murcia - Atlético Levante, en imágenes

No es el Real Murcia un lindo canario amarillo como Piolín. Tampoco un ratoncito de color café como Jerry. Ni un ave azulona como el Correcaminos. No es el Real Murcia ninguno de estos tres personajes animados que acompañaron en su infancia a toda una generación, pero el Real Murcia 21-22 tiene algo en común con todos ellos. Y ese algo no es otra cosa que la capacidad de supervivencia.

Piensen en Piolín. Piensen en cada uno de los capítulo de los Looney Tunes. Da igual cuál sea el plan del gato Silvestre. Da igual cuántas veces intente dar caza a su enemigo. Tampoco importan las artimañas que utilice. Cuándo parece que Piolín tiene todas las de perder, cuando más acorralado está, cuando parece que esta vez sí acabará bajo las garras del felino, siempre ocurre algo para que el pequeñín amarillo salga vivito y coleando.

No diferirá mucho el guion si piensan en Jerry, un ratoncito imposible de cazar por Tom; o si se ponen a recordar qué ocurría cada vez que el Coyote ideaba el plan perfecto para atrapar al Correcaminos. Daba igual el número de capítulos que viéramos seguidos, daba igual porque nuestros personajes favoritos siempre sobrevivían ante rivales superiores.

Pues como si fuera una de las temporadas de esas series animadas, el Real Murcia 21-22 se ha convertido en un Piolín, en un Jerry o en un Correcaminos, porque cuando parece acorralado, cuando parece que sus vidas se agotan, siempre resurge de sus cenizas. Ocurrió entre finales de noviembre y principios de diciembre, y volvió a suceder ayer, cuando la visita del Atlético Levante se presentaba como una final para un equipo grana que no había pasado del empate ante equipos como el Alzira, el Socuéllamos y el Pulpileño.

Sin espacio para más igualadas, sin margen para más pinchazos cuando se entraba en el último tramo de la competición, el Real Murcia dejó atrás las especulaciones de otros encuentros para tirar de dominio y lograr un triunfo que premiaba su superioridad pero que se quedaba corto una vez más por la incapacidad de conectarse en los últimos metros.

Un triunfo corto ante el Atlético Levante pero importantísimo en una semana en la que todo le salió de cara. Rompió su racha de empates, volvió a ver puerta Andrés Carrasco y aprovechó los traspiés de La Nucía y el Intercity, que solo sumaron un punto en sus enfrentamientos ante el Eldense (1-1) y el Marchamalo (2-2).

Y eso si solo miramos a los de delante. Porque si nos fijamos en los perseguidores del Real Murcia, el triunfo ante el filial levantinista todavía gana en valor. Porque si esa victoria no hubiera llegado en Nueva Condomina, hoy estaríamos temblando al pensar que el Mar Menor, el Eldense y el Alzira pisan los talones a los granas en la lucha por un puesto de play off.

Mario Simón mantiene a Gallego en la portería, mientras que Armando y Santi Jara vuelven al centro del campo

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Pero con las espaldas cubiertas gracias a un colchón de seis puntos, el Real Murcia se puede permitir seguir soñando con la remontada. A falta de nueve jornadas, tanto La Nucía como el Intercity están a tres. A dos está un Hércules que ayer sí hizo los deberes -ganó al El Ejido- y se mantiene en la tercera plaza -45 puntos-.

Y para volver a ilusionar a la afición, el Real Murcia solo tuvo que hacer lo que no ha sido capaz de acometer en las últimas jornadas. Porque el Real Murcia de ayer, a diferencia del Real Murcia de las semanas anteriores, nunca especuló. Dejando de lado esa manía tan de los granas de tirar a la basura las primeras partes, el plan de apostar por la presión alta y mantenerla pese a que en ataque no salían las cosas, ayudó a que tanto jugadores como aficionados confiasen.

No importó que en el minuto 1 Manu Pedreño protagonizara el primer fallo. Ni que Pablo Haro se colase hasta la cocina levantinista pero no encontrase compañía. Tampoco que Campos sacara una mano salvadora para evitar el tanto de Santi Jara. No importó porque el Real Murcia no bajó los brazos y siguió insistiendo. También ayudado por un Levante cuyo único plan fue defender el 0-0 como fuese. Tanto, que al cuarto de hora el portero visitante ya se dedicaba a perder todo el tiempo que podía.

Miguel Serna, expulsado por decirle al asistente «sois muy malos»

No jugó ayer Miguel Serna. Aunque el meta murciano entraba en la convocatoria tras superar sus problemas en el codo, Mario Simón decidía volver a apostar por Gallego después de su buen partido en Pulpí. Pero Serna se convirtió en protagonista negativo de los últimos minutos del encuentro. En el tiempo de prolongación, el portero grana fue expulsado cuando se encontraba en el banquillo. Según el colegiado, se dirigió al asistente «de forma despectiva a viva voz levantándose del banquillo y con los brazos en alto en los siguientes términos: ‘Linea no veis nada, sois muy malos’». Así, Serna será baja para el partido de la próxima semana ante El Ejido. No será la única baja. El Real Murcia también perderá a Pablo Haro, que ayer veía la quinta amarilla.

Con los de Adrián Esteve superados por la presión, al Real Murcia solo le faltaba conexión. Y es que los granas tienen alternativas, pero no son capaces de comportarse como bloque cuando toca atacar. Lo mismo te pueden atacar por la izquierda con Alberto López y Haro que con la derecha con Mario Sánchez y Santi Jara, pero esas subidas claras apenas acaban en ocasiones de gol.

Con Andrés Carrasco demasiado cubierto dentro del área, una y otra vez la defensa levantinista salía ganadora. A veces ni tenían que esforzarse ante la dispersión de los murcianistas en tareas ofensivas. Toda la conjunción en defensa, desaparece cuando hay que mirar al área rival. Y, pese al gran momento de forma de Julio Gracia, entre el andaluz y Andrés Carrasco hay más agua que en el Atlántico.

Con Armando dedicado a tareas ofensivas, Ganet dejó algunos detalles, como los dos recortes que marcaron la mejor jugada de la primera parte y que no acabó en gol por la intervención de un defensa visitante, pero necesita más el Real Murcia del ecuatoguineano para que no se llegue al minuto 90 pidiendo la hora.

Se fue el Real Murcia al descanso con buenas sensaciones, pero sin el gol. Es decir, poco más o menos que en los últimos tres pinchazos murcianistas. Y la segunda parte parecía seguir el mismo guion hasta que Andrés Carrasco apareció para confirmar que hay ‘Carrascodependencia’. Aprovechando un rechace, el delantero murciano se convirtió en el protagonista de un 1-0 que llegaba en el minuto 52 y que daba la máxima tranquilidad.

Después de una intervención de Gallego en uno de los pocos acercamientos del Atlético Levante, nadie parecía dudar de que la victoria caería del lado grana. Con Mario Simón moviendo el banquillo para ganar oxígeno, aunque lo que realmente pasó es que los murcianistas se desfondaron, los visitantes nunca encontraron el camino.

Sin que pasase nada, daba tiempo a coger el móvil, consultar el resto de resultados de la jornada y hacer cuentas de las posibilidades de llegar al primer puesto. Y entre vistazo y vistazo al teléfono, los aficionados se animaron con un ‘te quiero mucho’ al unísono. Parecía la tarde perfecta, pero el cántico se cortó de repente cuando apenas quedaba un minuto para que el colegiado pitara el final.

Una falta al borde del área puso al Real Murcia sobre el alambre. Cuando Herrero pegó al balón muchos aguantaron la respiración hasta que apareció el larguero para rechazar el esférico y confirmar que el equipo grana tiene más vidas que un gato. Da igual las veces que le des por muerto, al final siempre resurge para meterse en la pomada. Solo falta que, de una vez por todas, deje de ser un perseguidor para convertirse en el cabeza de carrera.

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