El Open de Australia comenzó para Rafa Nadal con inmejorables noticias en la pista por su clara y contundente victoria ante el tenista estadounidense Marcos Giron (6-1, 6-4, 6-2) pero con la sombra de Novak Djokovic fuera de ella tras la deportación del número 1 mundial y campeón del torneo.

El tenista balear , el actual número 6 mundial, no pudo escapar a dar su opinión ante la expulsión del tenista serbio. "La verdad es que estoy bastante cansado de todo esto", se lamentó pero, una vez más, dio su opinión ante la situación.

"Si Djokovic estuviera aquí sería mejor para todos, sin duda. Me gustaría verlo jugar, pero si es justo o no ya es otro tema del que no quiero hablar más", destacó Nadal que dijo tener una buena relación con Djokovic y que piensa que "no es el único probablemente que ha hecho las cosas mal. Ha sido un lío".

Destrozado en la cama

Nadal se mostró muy satisfecho de su debut en el torneo en el que hace un mes no tenía claro si podría jugar por su lesión crónica en el pie izquierdo que le obligó a dejar de jugar los últimos seis meses para intentar recuperarse. "Hubiera firmado con los ojos cerrados hace tres semanas simplemente estar aquí, cuando estaba destrozado tirado en la cama. Pero también lo hubiera firmado hace mes y medio, cuando no sabía si volvería a jugar a tenis a un nivel medio-alto", explicó.

El dolor en el pie no ha dejado entrenar con normalidad a Nadal durante mucho tiempo pero, a raiz del confinamiento por el covid-19, en los últimos dos años las molestias han sido mayores. "Estar parado unas 7 u 8 semanas me vino bien para las rodillas, pero fatal para el pie", comentó el tenista balear.

Sobre la posibilidad de conseguir el 21 Grand Slam y superar a Djkovic y Roger Federer, ausentes en Melbourne, Nadal asegura que esa no es su prioridad. "Todo eso es una cuestión de la prensa y los aficionados, para mi ya he dicho que no seré más feliz por conseguirlo. Lo que me importa es jugar y poder competir al máximo nivel".