Si les pregunto qué ocurre cuando un lobo se encuentra con un rebaño de ovejas, no hace falta ni que les dé la respuesta. Su mente directamente sabrá quién saldrá ganador y quién acabará como perdedor en el escenario de la escabechina. Pues una situación parecida es la que lleva viviendo el Real Murcia en las últimas cinco semanas de competición. Pero, por si se han perdido algo en ese periodo, por una vez el club grana no representaría a la oveja del cuento. Por una vez los murcianistas hacen de bestia y sus rivales de corderitos.

Porque el calendario ha querido llenar de etapas llanas el tramo final de la primera vuelta del Real Murcia, y el Real Murcia, en plan killer, no ha querido perder la oportunidad de reivindicarse de las críticas, metiéndose de lleno en la lucha por el liderato del Grupo V, un objetivo planteado desde el principio y que nadie debe olvidar.

El CD Toledo ha sido el último en caer bajo las garras del Real Murcia. Fue ayer mismo en el Salto del Caballo, campo del que los granas salieron ganadores y con tres puntos que les permiten recortar distancias después del empate entre el Intercity y La Nucía. Como ocurriera con el Puertollano, con el Águilas y con el Mancha Real, el calendario ponía en el camino de los de Mario Simón otra víctima propicia, un corderito real, sin ningún disfraz.

El contundente 0-3 que reflejó el marcador solo confirmó que los números de los locales no engañaban. Poco miedo daba un equipo que no ha ganado en casa en toda la temporada, que solo lleva dos victorias en liga, que está prácticamente desahuciado, que ocupa el penúltimo puesto en la tabla y que solo ha marcado diez goles.

Pero la contundencia en el marcador no se vio en el juego ofrecido sobre el césped, donde muchas veces dio la impresión que solo ganaba el menos malo, y es que el Real Murcia se empeña en ensombrecer su buena racha de resultados. Solo hay que ver la segunda parte, cuando el resultado ya era favorable gracias al latigazo de Armando a la media hora. Solo hay que ver la falta de ideas de un equipo que simplemente tenía que guardar la ropa y esperar cualquier robo para salir a la contra. Solo hay que ver la mala toma de decisiones, los errores en el pase, la poca participación de futbolistas que diecisiete jornadas después siguen sin demostrar la calidad que se supone que atesoraban cuando aterrizaron en Nueva Condomina... Solo hay que ver la desesperación y el sufrimiento durante casi media hora. Encerrados por un rival sin recursos, en el que Dieguito intentaba agitar una coctelera en la que no había nada. Pero hasta sin alternativas, el Toledo pudo dar algún que otro susto. No lo dio por los dos paradones de Serna, uno en cada periodo.

Solo hay que ver que llegados al minuto 80, con un marcador corto, el Real Murcia pedía la hora ante un rival que solo ha puntuado en cinco partidos. Y no es cosa de un día. Es cosa de todas las semanas. Porque da igual que sea el Toledo, el Mancha Real, el Águilas o el Puertollano, todos hacen sufrir demasiado a un Real Murcia al que le falta tranquilidad y experiencia. Un Real Murcia que peca de nerviosismo y que no es capaz de sentenciar los encuentros pese a disponer de ocasiones para ello.

Porque antes de que llegarán los malos momentos, el Real Murcia pudo irse al descanso con un marcador mucho mayor. No tuvo que pisar ni el acelerador. El Toledo les daba todas las facilidades. Disfrutaba el Real Murcia viendo como los manchegos se atragantaban en la salida de balón. Ese embotellamiento hacía aparecer a Javi Saura, novedad en el once ante la ausencia de Ganet, y elevaba las alternativas en un ataque que sigue siendo deficiente por la poca participación de futbolistas como Dani García y Julio Gracia.

Fue Pablo Haro el que inició el festival de fallos. Cuando el empate a cero todavía aparecía en el marcador, el extremo empezó a hacer grande a un Dos Santos que se convirtió en el mejor de su equipo. El meta brasileño se la sacó con el cuerpo al murcianista, y luego se estiró para con los dedos repeler un lanzamiento de Armando.

A la tercera no pudo hacer nada. Un robo de balón en las aproximaciones del área relanzó a los granas. Javi Saura encendió la luz y Andrés Carrasco dio todavía más claridad a la jugada cuando cedió hacia atrás para que Armando sacase la pierna para lanzar un latigazo imparable.

Los deberes estaban hechos, pero el Real Murcia es un equipo frágil. Lleva el cartel pegado en la frente, como esas cajas de cartón que te avisan de que hay que manejarlas con cuidado para mantener intacto lo que hay en el interior.

Es frágil mentalmente el Real Murcia porque no tiene jugadores contrastados, porque no tiene un futbolista que calme los ánimos, que marque el ritmo, que sepa adaptar el partido a los intereses propios. El Real Murcia es más corazón que cabeza. Y cuando te puede la impaciencia o cuando solo piensas en quitarte la patata caliente de encima, pues pasa lo que pasa. Y lo que pasa es que desesperas y das pena.

Serna salvador

Apareció Serna en la primera parte para salvar a los suyos, y ni así escarmentó el Real Murcia, un Real Murcia que ya lleva muchas semanas sufriendo en exceso ante equipos que muy inferiores. No escarmentaron los granas porque la primera hora de la segunda parte fue para olvidar.

Las líneas saltaban por los aires incluso sin que el Toledo moviese un dedo, y solo la defensa parecía mantenerse en pie frente a un rival sin casi alternativas ofensivas. Al acercarse al área, los locales enseñaban todas sus costuras. Y es que Dieguito no era suficiente para hacer daño a los murcianistas.

No notaron los de Mario Simón la baja de Iván Casado. Athuman respondió notablemente. Quitando un error que pudo costar caro, el centrocampista se adaptó con facilidad a la zaga.

Pero hasta el rival más débil te puede dar un susto si le das espacios, y el Toledo volvió a tener en su mano el empate. Pero de nuevo apareció Serna para sacar un balón a Miguel García.

Y cuando parecía que el Toledo podía dar más problemas de la cuenta, se demostró que el Toledo había sido desde el inicio un corderito. Un corderito que si aguantaba en pie es porque el Real Murcia o no sabe enseñar los dientes o carece de un dentista en el centro del campo que afile la dentadura de sus compañeros de ataque.

El sufrimiento se terminó cuando una contra de Andrés Carrasco acabó con el gol de Juan Fernández. No se cerró ahí el marcador. Porque solo un minuto después Boris, que apenas llevaba unos segundos en el terreno de juego, aprovechaba una asistencia de Fran García para firmar su primer tanto como grana y poner un 0-3 en el marcador que confirma que al Real Murcia le molan las presas fáciles. Tan fáciles como el Puertollano, el Mancha Real o el Marchamalo, que será el siguiente en cruzarse en el camino de los granas.

Debut de Hamza, centrocampista del Imperial

Tras una primera vuelta completa, Mario Simón ha confirmado que no tiene ninguna confianza en la cantera. Si los futbolistas sub-23 de la plantilla ven todos los partidos desde su casa, al no entrar casi en ninguna convocatoria, dar el salto del Imperial todavía es más imposible. Lo ha comprobado Jorge García. Ayer, pese a la baja de Iván Casado, tampoco entró en el once titular. El que sí tuvo la oportunidad de debutar fue el centrocampista Hamza. El santomerano, que se incorporaba al Imperial el pasado verano procedente del Mar Menor, entró al terreno de juego en el minuto 71. Sin prácticamente opciones por la ausencia de Ganet y el paso atrás de Athuman, que actuó como central, Mario Simón apostó en los últimos minutos por el murciano, que debutaba sí con la camiseta del primer equipo.