Con la incertidumbre aún de si finalmente podrá empezar el 2022 con un Clásico contra el Madrid el domingo, el Barça despidió el año con una sonora derrota ante el Baskonia (94-75). El conjunto vitoriano, que ya asaltó el pasado 5 de diciembre el Palau en Liga, demostró que le había cogido la medida a los azulgranas y puso fin a una racha de nueve triunfos continentales seguidos del líder de la Euroliga.

Un encuentro en el que Sarunas Jasikevicius no pudo contar con los tres aislados por covid (Kuric, Oriola y Calathes) ni con el lesionado Abrines, pero para el que pudo recuperar a Cory Higgins. El escolta norteamericano llevaba un par de meses de baja y acusó la falta de actividad en una primera mitad en el que el más clarividente ha sido Nico Laprovittola, con 10 puntos antes del entreacto. "¿Ajustes? Nada, hay que salir a luchar", clamaba el técnico azulgrana. Pero esta vez sus hombres no mostraron su perfil más aguerrido.

Mirotic intentó ejercer de líder después de la reanudación, con 10 puntos en el tercer cuarto. Pero la defensa no carburaba y Jasikevicius se desesperaba en la banda al ver cómo Baskonia abría una brecha de 18 puntos (61-46). Costello, que anotó 19 puntos en el choque liguero, volvió a ser un tormento para la defensa barcelonista, lejos de su nivel habitual de excelencia.

El Barça, que había conseguido remontar 20 puntos en el último cuarto ante el Unics Kazan, volvía a encontrarse en la misma tesitura (74-54). Pero esta vez no tenía ni el factor Palau, ni la intensidad defensiva ni el acierto en el tiro de su lado. Jasikevicius a cinco minutos del final ya ha metido a los jóvenes.