A veces, la lógica es la cualidad en un deporte tan físico y táctico como lo es el fútbol. En un deporte tan tornadizo, en el que una decisión puede cambiar el rumbo de los noventa minutos, quizá lo más sensato es guiarse por lo objetivo y por lo veraz. En ocasiones, no hay que buscar un más allá ni explicaciones que no traen consigo ninguna conclusión y guiarse por quienes lleven la flechita verde hacia arriba. Y obviamente, sentar a los que lleven la roja hacia abajo.

Farrando despejando una pelota durante el encuentro. | DIARIO DE CÁDIZ

«El fútbol es más simple de lo que los panenkitas nos quieren hacer ver». Parafraseando a mi compañero José Pablo Guillén, creo que es una frase bastante adecuada para analizar la derrota del UCAM Murcia en San Fernando. Vayamos por partes. Para los que no sepan lo que es un «panenkita», es un término moderno acuñado a un erudito del fútbol. El que llama transición ofensiva rápida a un simple contraataque, o al que le da por poner el uno delante de un 4-3-3 o un 4-4-2. El que mira las estadísticas avanzadas para explicar las derrotas y obviar lo más básico. Y, al menos ayer, se falló en lo más básico. Y el principal culpable fue Ballesta. Cuando acierta se dice y cuando falla, también. Al menos en esta casa. El zaragozano se equivocó en la alineación inicial, experimentó con la táctica y nada de lo que probó le salió bien. Se equivocó en dejar a Josema en el banquillo, en una tarde propicia para que el muleño volviera a brillar. Parecía un día señalado para él con la ausencia por sanción de Aberto Fernández, pero Ballesta decidió apostar por el trivote Armando-Tropi-Abenza y dejarle sin hueco en el once.

La importancia de lo básico

Con esa decisión el UCAM ya empezó perdiendo 1-0. Es aquí a cuando me refería que a veces hay que acertar con lo más básico. Josema, que llevaba dos goles en los últimos dos partidos, era uno de los hombres más en forma del equipo. Fue de los mejores ante el Algeciras y también ante el Dépor. Decidió apostar por Tropi, un jugador que acaba de salir de una larguísima lesión y que jugó 70 minutos en el partido de Copa del Rey en vez de por un joven en estado de gracia.

El UCAM Murcia fue una muñeca de tropa rota en manos del San Fernando en la primera mitad. No se enteró y el equipo andaluz le pasó por encima. Parecían equipos de diferentes categorías, por duro que parezca. Se fue ganando por 1-0, pero pudo ser mucho peor. Desde el minuto uno, ya se veía por dónde iban a ir los tiros en un corto plazo, como mínimo. Pues esos tiros duraron toda la primera mitad. Aún con todo el dominio local, el gol lo ‘regaló’ Tropi. Controló mal, se durmió y Francis Ferrón le quitó la cartera y definió a placer ante Biel Ribas. A pesar de ello, pudo empatar al filo del descanso con un libre directo de Viti al travesaño.

Josema revoluciona el partido

Salva Ballesta se dio cuenta de su error inicial y quitó a Tropi para meter a Josema. El cambio iba a dar resultados, porque el canterano fue de el mejor del UCAM desde que entró. Pero la decisión llegó demasiado tarde. Si hubiera acertado en lo más básico...

El muleño fue un dolor de muelas durante los segundos cuarenta y cinco minutos para el San Fernando. En sus dos primeras acciones, casi mete un gol y sirvió un centro en bandeja a Manu Garrido, que otro día más no estuvo acertado. El equipo se contagió de su energía y desparpajo y fue despertando con el paso de los minutos. Las sensaciones eran completamente diferentes a las de la primera mitad y, por primera vez, el UCAM Murcia estaba siendo mejor que el San Fernando. El empate se estaba siendo merecido. De la nada, el equipo universitario se encontró con la ayuda inesperada de Crespí, que se descoordinó en el salto y cometió una mano clara dentro del área. La metió el de casi siempre. Xemi agarró el balón y puso la igualada desde los once metros. Ahí despertó el catalán, que llevaba hasta el momento un partido muy discreto, pero que lo acabó jugando muy bien, como casi todos. A partir del gol, el San Fernando se hundió y el UCAM certificó su superioridad. Fueron grandes minutos de juego para los universitarios en los que Josema fue un auténtico demonio. Pudo hacer dos goles, pero Perales estuvo muy acertado. Cuando parecía que el gol del UCAM era cuestión de tiempo, otro error condenó definitivamente al equipo. En un saque de banda, el equipo perdió la pelota y Carbó filtró un gran pase a Juanmi Callejón, que hizo tranquilamente el 2-1.

Lo siguió intentando el UCAM Murcia con Xemi y Manu Garrido a la cabeza, pero un acertado Perales y la falta de fortuna dejaron a los universitarios sin un mayor premio, que por valentía, merecieron en la segunda mitad.

Se abre un nuevo capítulo en la temporada de los azuldorados, pues con esta derrota, han caído a los puestos de descenso por primera vez y, aunque la tabla no sea importante ahora mismo, verse en el pozo puede suponer problemas para la autoestima de unos jugadores que no levantan cabeza.