El Real Murcia se ha convertido en un club en el que no hay termino medio. Todo es blanco o negro. Esa política también ha pasado factura a la cantera, que esta temporada ha caído completamente al ostracismo después de ser hasta hace no mucho uno de los pilares fundamentales del proyecto murcianista.

No es una sorpresa que al mirar los minutos jugados por los futbolistas de la plantilla del Real Murcia, los jugadores de la cantera aparezcan a la cola. No es ninguna sopresa teniendo en cuenta que ya en verano, tanto Manolo Molina como Mario Simón dejaron claro que su apuesta no iba a ir por ahí. Lo demostraron al abrir la puerta de salida a Pedrosa y lo confirmaron en los últimos días de mercado, cuando forzaron la marcha de Silvente para fichar a un Boris que, vistos sus números y su rendimiento, será uno de los primeros en hacer la maleta en este mercado invernal.

Pedrosa y Silvente fueron los primeros en pagar el cambio de aires en el Real Murcia con la entrada de Manolo Molina como director deportivo y de Mario Simón como entrenador. Sin embargo no han sido los únicos. Los tres canteranos que ascendieron al primer equipo viven en el más absoluto ostracismo. A ellos se ha sumado el central Jorge García, que ha tenido que dar el salto ante la falta de zagueros en la plantilla. Entre todos apenas suman 192 minutos en las 13 jornadas disputadas.

Guille Lozano, pese a ser uno de los más destacados en pretemporada, solo ha jugado 47 minutos en lo que va de liga. No salta al césped desde el 26 de septiembre. Pero es que desde ese mismo día no ha entrado en una convocatoria. «No está entrando porque otros compañeros están mejor», decía hace una semana Mario Simón. Sin embargo, esos otros compañeros son Juan Fernández y Fran García, junto a Boris, dos de los fichajes de Manolo Molina que más han defraudado en ataque.

El santomerano, que debutaba el pasado curso y llegaba a jugar hasta seis partidos de la mano de Loreto, se ha convertido en el eterno descartado, abriendo un debate de por qué se cuestiona su rendimiento si los jugadores que compiten con él apenas se están dejando ver en el campo.

No es Guille Lozano el único ‘condenado’ al olvido por Mario Simón. El venezolano Rognny vive una situación muy parecida. Renovado el pasado verano por Manolo Molina, esa apuesta no ha sido trasladada al campo. El jugador de 19 años solo acumula 49 minutos, y aunque ha entrado en más convocatorias que su compañero, se ha quedado hasta en cuatro encuentros sin disputar ni un segundo.

El otro canterano del primer equipo, Bertomeu, fue una apuesta más de relleno cuando se construyó la plantilla. Sabedor de que Mario Sánchez llegaba para ser titularísimo en la banda derecha, Manolo Molina decidió ahorrar dinero ascendiendo al lateral del Imperial. La idea inicial no ha variado en nada. Pese a ser uno de esos futbolistas que lleva varios años con el cartel de promesa, Bertomeu ha visto cortada su progresión con ese ascenso, y es que no cuenta nada para Mario Simón. El pasado domingo ante el Puertollano saltaba los doce últimos minutos al campo, debutando en esta liga.

Aunque no es canterano, porque aterrizó en verano de 2020 en el filial, Jorge García también ha sufrido el portazo de Mario Simón a los futbolistas del equipo ‘B’. Y eso que el central valenciano sacó de un buen apuro al técnico en el encuentro en Socuéllamos.

La lesión de Iván Casado en los primeros minutos obligaba al madrileño a mover ficha, y las alternativas eran nulas. Antonio López ya era baja después de sus problemas cardiacos y Athuman seguía intentando coger la forma, por lo que cuando Casado dijo que no podía continuar a muchos les entraron las dudas. Al que no le temblaron las piernas fue a Jorge García. Saltó al campo y realizó un gran partido junto a Alberto González.

El premio que recibió de manos de su entrenador fue la suplencia, porque una jornada después y pese a que Iván Casado seguía lesionado, el defensa del Imperial no apareció en el once. Entre los titulares estaba un Athuman que ahora pugna con Popovici y Boris por el título a peor fichaje veraniego de los granas.