El UCAM Murcia dejó ayer en Tarragona sensaciones encontradas. Consiguió firmar una gran primera parte, de las que hace tiempo que no se veían en la entidad universitaria, y la combinó con una segunda no tan buena. También es cierto que no fue tan buena porque los azuldorados jugaron más de media hora con uno menos. Manu Farrando cometió un error infantil que costó muy caro al equipo. Con una tarjeta de la primera parte, el central fue sin medir a por el rival y, aunque el rival evitó el golpe, el colegiado le enseñó una justa segunda amarilla. Lo tenía todo de cara el UCAM Murcia hasta ese momento. Sin sufrir demasiado, por delante en el marcador en un campo que no había ganado nadie. Pero todo se fue al garete en un abrir y cerrar de ojos. A partir de la inferioridad numérica, el Nàstic se lanzó a por la victoria y a punto estuvo de conseguirla.

Fue un partido que se podría analizar en tres tramos, ya que hubo una clara diferenciación entre cada una de ellas. El primer tramo fue la primera parte, donde Salva Ballesta consiguió imprimir a su equipo todo lo que prometió en su presentación. Quería un equipo duro, aguerrido y contundente en las dos áreas y así fue. La solidez y las ayudas fueron la máxima para los murcianos y desde ahí dominaron al Nástic. No le hizo falta tener la pelota, pues se centró en ser mejor en las dos áreas. Y lo consiguió.

El UCAM Murcia se encomendó a un espléndido Xemi Fernández, que con dos zarpazos en la primera media hora, puso el encuentro patas arriba y muy de cara. En el primero, recogió un centro de Viti y con un control excepcional de tacón a la media vuelta, superó a su rival y desde fuera del área fusiló la portería de Gonzi. Un toque exquisito que, por calidad, no podrían firmar muchos delanteros de la categoría. En el segundo, aprovechó un rebote fortuito de Tropi y hizo el segundo en su cuenta particular al aprovechar un rechace fortuito que le cayó en sus botas. Definió como los ángeles desde el semicírculo. Disparo potente, a la base del poste, e imparable para Gonzi. E incluso pudo hacer un hat trick con un remate de tijera que no entró por muy poco. Estaba de dulce el catalán en su tierra.

Entre medias de los dos goles de Xemi, sucedió el «gol» del Gimnàstic. Y lo pongo entre comillas porque casi con total seguridad, no lo fue. Me reservo ese casi por no haber una toma televisiva desde la línea de fondo. Pero la posición de Biel Ribas, más de medio metro por delante de la línea de gol, delata que no debió subir al marcador.

Farrando decanta el partido

Se fue el UCAM Murcia con ventaja en el marcador y con buenas sensaciones. Pero poco iba a durar la alegría. Salió con un marcha más el Nástic, dispuesto a mantener su condición de invicto en el Nou Estadi, y pronto embotelló al equipo universitario en su área. No sufría el UCAM, pero sí llegaba con peligro a través de las bandas el equipo de Raúl Agné. Todo eso se multiplicó exponencialmente con la expulsión en el minuto 57 de Manu Farrando. El central, con amarilla acumulada de la primera mitad, entró demasiado envalentonado y cometió una falta que le costó la segunda tarjeta. Un grave error que marcó el devenir del partido.

Desde ese momento, el partido se convirtió en un monólogo en el que el Nàstic solo fue capaz de encontrar un gol, para fortuna de los universitarios. Pudo ser verdugo Buyla, ex del UCAM, pero se estrelló con el larguero en el descuento. No fue así y se terminó un partido con luces y sombras. Pero con más brillo que oscuridad, ya que, con once contra once, el UCAM fue mejor en un feudo donde nadie había sido capaz de puntuar.

"El fútbol es un deporte de contacto"

Salva Ballesta se ha estrenado en el UCAM Murcia con dos caras muy diferentes. El UCAM Murcia consiguió ser bastante mejor que el rival en la primera parte y, tras la expulsión de Farrando, bastante peor en la segunda. «El equipo tuvo un inicio muy bueno, con mucha intensidad. Estamos contentos con la primera parte. No hemos tenido mucho tiempo para aclarar conceptos pero he visto un equipo muy generoso y con bastante criterio. Nos hemos adelantado dos veces en este estadio, hemos tenido el 1-3 de Xemi… Así que me voy contento», explicaba.

No terminó muy contento Salva Ballesta con el arbitraje. «Quiero recordar que el fútbol es un deporte de contacto y determinadas decisiones han hecho que estuviésemos muy cargados de tarjetas». Respecto a si lo considera un buen punto, recuerda que en igualdad numérica «sometieron al rival» y que «es un punto muy importante en un campo muy complicado», concluía.