El UCAM Murcia tenía la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa. De recuperar la alegría que había perdido en las últimas jornadas. Acumulaba antes del encuentro un cuatro de seis que bien mejoraba la situación crítica que atravesaba, pero que no terminaba de cerrar las dudas por el juego mostrado. Hoy se le pedía al UCAM Murcia un paso más. Además de la victoria, se le pedía una imagen que convenciera a sus aficionados. Un equipo con actitud dominante que no se echara atrás desde el minuto uno de partido y que dejara jugar al rival a sus anchas.

Y fue exactamente así como empezó el UCAM Murcia. Con una muy buena actitud, muy diferente al resto de partidos del mes de octubre. Sacó José María Salmerón un once inédito, con un dibujo diferente para dar entra a dos puntas. El bloque defensivo fue el habitual, con Biel Ribas en portería; Viti, Josete, Charlie y Farrando en defensa de cuatro; Armando y Abenza -titular por delante de Caballero- en el centro del campo; Josema y Alberto Fernández en bandas; Manu Garrido y Nuha, en punta de ataque.

Le salió bien la idea a Salmerón, pues el equipo azuldorado estaba jugando un buen fútbol, con mucha más fluidez que en anteriores encuentros y, en definitiva, con más iniciativa y más mandón. En la primera parte se vio un equipo universitario muy suelto, con un fútbol líquido en sus atacantes. Alberto Fernández era líbero y se fue moviendo por la posición de ataque que quería, intercalando su posición con Manu o Nuha. También lo hizo Josema, aunque éste se mantuvo más fijo en la banda. Durante la primera parte, el UCAM Murcia dominó con balón y también dispuso de las ocasiones más claras del partido. Eso sí, casi todas a balón parado. Alberto Fernández a balón parado tiene un guante. Y así lo demostró. Puso tres o cuatro caramelos a sus compañeros que no encontraron puerta por escasos centímetros o por el buen hacer de Falcón. Nuha en dos ocasiones, Charlie Dean y Farrando tuvieron varios remates francos para haber abierto el marcador. Pero no fue así y el que perdona la paga.

El Atlético Sanluqueño, que esperó agazapado durante el primer acto, esperó su momento para hacer daño. Y vaya que si lo hizo. En una acción aislada que pocos esperaban, se puso por delante en el marcado. Canillas, con un poco de fortuna, dejó con cara de sorpresa a todos los espectadores presentes en La Condomina. Solo necesitó una jugada aislada por la izquierda y un remate mordido que tocó en Josete antes de adentrarse. Un jarro de agua fría para el UCAM Murcia, que, a pesar de estar proponiendo cosas diferentes, se veía nuevamente por debajo. La sensación era que el equipo universitario estaba probando de su propia medicina. El Sanluqueño, encerrado atrás, estaba siendo más efectivo que los murcianos.

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UCAM Murcia CF - Sanluqueño Israel Sánchez

Mismo rumbo en la segunda mitad

En la segunda parte, el Atlético Sanluqueño igualó las fuerzas. Cayó un chaparrón en La Condomina de dimensiones considerables que bajó la temperatura del choque. El UCAM Murcia seguía teniendo la manija del partido, pero las ocasiones no llegaban. De hecho, el que perdonó fue el Atlético Sanluqueño. Javi Barrio, solo dentro del área, perdonó la empanada mental de la zaga universitaria que pudo haber cerrado el partido nada más comenzar la segunda mitad. Tras esa ocasión, el partido siguió el rumbo de la primera mitad, pero el Sanluqueño estaba muy sólido.

Cuando el partido entraba en un oasis para el UCAM Murcia, sin profundidad y sin ocasiones, apareció el de siempre. Alberto Fernández se adentró en el área y la defensa no tuvo otra opción que derribarlo para evitar la acción. El penalti fue muy claro y así lo señaló el colegiado sin titubear. Él mismo se encargó de definirlo y poner las tablas de nuevo.

Pero el futuro iba a tener otro dardo envenenado para el UCAM Murcia. En el minuto 85, cuando la inercia animaba a pensar que el equipo universitario podría remontar el encuentro, llegó la estocada definitiva para los murcianos. En un fatal despeje de Xemi Fernández, el Atlético Sanluqueño hizo el 2-1. Toni García se encontró con el regalo del catalán, que despejó hacia atrás en un grave error, y definió solo ante Biel Ribas. Era lo peor que le podía pasar al UCAM Murcia. Ya no se pudo reponer del golpe. Lo intentó hasta el final, pero con más corazón que cabeza, pero sin mucho sentido.

Dura derrota para el conjunto universitario y para Salmerón, que vuelve a quedarse en la cuerda floja tras el encuentro. Frena en seco la inercia positiva que llevaba el UCAM Murcia y las dudas volverán a inundar las oficinas universitarias durante esta larga semana.