Un Yeclano plano y sin liderazgos dejó escapar puntos de La Constitución ante un aguerrido CAP Ciudad (1-1). Los de Adrián Hernández dieron la peor imagen de lo que llevamos de temporada y confirmaron que el vacío que ha dejado la lesión de Riquelme es tremendamente profundo tanto en elaboración como en espíritu.

El duelo pareció ser cuasi amistoso, aunque ambos equipos comenzaron con intención de crear peligro. Los visitantes se mostraban atrevidos y compactos; los locales espesos y fallones. Tuvo que ser en un desmelene del central Gabri Clemente, sorprendiendo entre líneas, cuando se inauguró el marcador. El defensor Álex en propia puerta adelantó a los azulgranas.

Con el Yeclano en ventaja, Salinas dispuso de tres ocasiones importantes que tanto Miguel como Marín Valverde se encargaron de desbaratar. El empate llegaría a los siete minutos de la reanudación. El gol no podía ser de otra manera que a través de un regalo. El capitán Diego, sufrió un accidente en su pase atrás al portero. Emilio agradeció el obsequio e igualó para poner el partido en una deriva abierta e incierta.

En vez de asumir con calma el accidente, Adrián Hernández optó por inyectar testosterona en vez de cabeza. Iván salvó al Yeclano a bocajarro, y Miguel hizo lo propio al CAP Ciudad en dos intentonas de Tonete. Decidido por meter extremos sin ton ni son, Adrián dejó sin jugar al único mediocentro que tenía en el banquillo cuando precisamente lo que se evidenciaba era la necesidad de meter sensatez y orden en el centro.

Las peñas de ambos equipos, augurando que el partido no iba a dar para más, se fusionaron en la curva en homenaje al fútbol humilde, bendiciendo un empate de compadreo cuyos dos puntos ojalá no haya que echarlos en falta en mayo para conseguir el cometido indispensable de huir de una Tercera RFEF que en La Constitución sabe a ceniza tras años de Segunda División B.