El UCAM Murcia viajaba a Alcoy con la misión de romper su mala racha. Un pobre uno de nueve era el bagaje de los últimos tres partidos para los universitarios. En El Collao, habían más de tres puntos en juego. En un ambiente enrarecido desde la previa del partido, una derrota dejaba muy tocado a José María Salmerón. Más que por los resultados, que también, por las sensaciones. Unas sensaciones que se arrastraron al partido de esta noche y que alargó la racha negativa hasta el uno de doce. Un partido que se puede catalogar como un ridículo de categoría por parte de los de Salmerón. Desde el uno hasta el noventa fueron inferiores y merecieron perder por más de la mínima. Ni la expulsión de Juanan en el 18, ni los dos penaltis a favor en la segunda mitad (que en realidad fueron tres) frenaron a un Alcoyano que llegó a ir ganando 3-0 con dos goles de Mourad y otro de Juli. Con lo mínimo, le bastó para desencajar a un pobre UCAM Murcia. Maquilló al final Xemi el marcador con dos tantos. Uno, tras un fallo grave de José Juan, y el segundo de penalti ya en el descuento.

Decidió Salmerón hacer varios cambios en su once. Johan entraba de manera obligada por la baja de Farrando; Abenza lo hacía por Moyita, también con molestias; volvió Liberto a su carril después de superar sus problemas físicos; y la sorpresa saltaba con la ausencia de Manu Garrido, que se quedó en el banquillo por Nuha. Toque de atención al delantero, que no anda muy acertado en los últimos partidos. El resto, los de siempre.

Hizo cambios, aunque tampoco muy significativos, y lo cierto es que no le salió bien a Salmerón, porque el juego en la primera mitad fue nefasto. Desde el minuto uno hasta el 48, el UCAMse vio superado por un Alcoyano, que sin mucho brillo en su juego, metió atrás a los murcianos a base de balón parado y con un Dani Vega desatado y apareciendo en todas las jugadas. Y eso, que no se le pudo poner el partido más de cara desde el comienzo. En el minuto 18, el colegiado Sesma Espinosa mandó a la ducha a Juanan tras una durísima patada con el tacón que impactó en la cara de Admonio. Recordó más un gesto de un combate de artes marciales que de un partido de fútbol.

Empezó mal el UCAMlos primeros quince minutos. El espectáculo, por parte de los dos equipos fue nefasto. Pero el Alcoyano, con sus medios, lo intentó más que el UCAM. Tiros desde lejos, córners a balón parado y poco más. Pero ya fue algo. El equipo universitario, nada de nada.

La expulsión de Juanan parecía que iba a hacer cambiar el rumbo del partido, como suele ocurrir cuando hay una tarjeta roja en un minuto tan temprano. Pero no. El UCAMMurcia no fue capaz de aprovechar su superioridad numérica y el partido siguió su cauce e incluso se inclinó más para el Alcoyano, que tuvo dos ocasiones claras de gol antes del descanso. En la primera, Biel Ribas tuvo que estirarse a fondo para que el balón no entrara, y en la segunda, al filo del descanso, Ángel López estrelló un centro de libre directo en el larguero. La suerte se alió en esa jugada con el UCAMMurcia, pues Biel, en un fallo inusual, se quedó mirando las musarañas y no salió del área pequeña a por un balón que aparentemente era fácil.

En el centro del campo, el trivote formado por Armando, Caballero y Abenza no funcionó y el ritmo de juego fue extremadamente lento y horizontal y las bandas quedaron inutilizadas. También Nuha, que no se enteró de la mitad. Y los laterales, se mostraron frágiles frente a las incursiones de Ángel López y Dani Vega. Todo mal en la primera mitad para el UCAM, mostrando la peor cara del curso en el momento que más quemaba todo.

Descalabro tras el descanso

La segunda parte comenzó como había terminado la primera. El UCAMseguía con una caraja tremenda y en la primera tras la reanudación, pasó lo que tenía que pasar muchos minutos antes. Ángel López encaró a Admonio, lo superó como a un niño pequeño y puso un extraordinario centro que cazó Mourad, defendido con la mirada por Josete, para definir a la perfección y poner el 1-0 en el marcador.

Se confirmaba tras el tanto, la vergonzosa actuación que estaba firmado el UCAMMurcia en su visita a El Collao. El descalabro era monumental. Nada funcionaba y Salmerón perdió, como ya le pasó ante el Linense, el control de su equipo. Agotó los cinco cambios con media hora por delante pero no le funcionó. El equipo seguía igual.

Solo un milagro podía salvar al UCAMMurcia del ridículo que estaba haciendo y ese milagro llegó en forma de penalti. Nuha Marong provocó una pena máxima que podría haber cambiado el rumbo. Pero Viti, recién entrado, erró el penalti. José Juan, un mítico portero del que se acordaran bien en el Real Madrid, adivinó el lanzamiento y saltó la euforia en El Collao.

Con ese penalti se esfumaron las pocas opciones que tenía el UCAMMurcia de puntuar. Lo intentó tras ese momento con más corazón que cabeza, pero no sabían que lo peor estaba por llegar. Mourad volvió a ponerse la capa de superhéroe e hizo el 2-0 para desesperación de Biel Ribas. Y de todo el mundo.

El UCAM, completamente desdibujado jugando con 6 o 7 hombres arriba y con un caos táctico brutal, iba a recibir un correctivo más duro. Juli iba a poner el 3-0 en el marcador. Un 3-0 que hizo bostezar a Biel Ribas, como si la cosa no fuera con él. Un 3-0 de los que hacen daño. De los que obligan a hacer cambios. El baño fue monumental. Y eso que el Alcoyano, con uno menos, se ciñó a hacer lo mínimo para sobrevivir. Parecían equipos de categorías diferentes. Ni los goles de Xemi al final del partido pudieron maquillar el nefasto espectáculo del UCAM. Fue el peor partido desde la vuelta de Salmerón, sin ninguna duda y su figura estará en entredicho durante esta semana. Tendrá el míster que aferrarse a entes divinos, a puñados por los aledaños de la católica. Porque, sin ninguna duda, va a necesitar suerte después del partido en Alcoy.