Han pasado ya tres jornadas desde que el Real Murcia pasó por encima al Intercity, y en todo este tiempo, los granas han sido incapaces de volver a poner sobre el tapete el fútbol combinativo y chisposo que ilusionó a los aficionados. Perdió en el Pitín, ganó al Alzira con un golpe de suerte y frente al Socuéllamos, en un campo muy parecido al que se encontraron en su visita a San Javier, se volvió a ver a un Real Murcia que no está dispuesto a bajar al barro y a pelear con uñas y dientes con equipos que saben que cualquier punto que sumen será fundamental para su supervivencia.

Si esto fuera el cuento de la cigarra y la hormiga, los de Mario Simón no dudarían en elegir el papel de la acomodada chicharra, que no ha nacido para trabajar. Al contrario de la hormiga, siempre previsora, los jugadores del Real Murcia se han acostumbrado muy pronto al escudo centenario, creyendo que apretando el acelerador diez minutos es suficiente para ganar a equipos como el Socuéllamos, que no sabe lo que es sumar de tres en lo que va de liga, o el Mar Menor, que hasta la visita de los granas no sabían lo que era celebrar un triunfo. Pero, como ocurrió ayer, la vida no es sencilla para nadie, y menos para un club que no solo se ha olvidado de mirar al fútbol profesional sino que es conformista hasta en la cuarta categoría del fútbol español.

Aunque venían avisados de lo que ocurrió en el Pitín, no cambiaron su actitud los de Mario Simón. Acostumbrados a Nueva Condomina, donde a los rivales se les hacen muy largos los partidos, los murcianistas continuaron sumando minutos decepcionantes, y ya son muchos en lo que va de temporada. Tiraron toda una primera parte a la basura. No solo no remataron ni una sola vez entre los tres palos, es que, salvo un cabezazo de Andrés Carrasco que se marchó fuera en el minuto 2, los de Simón fueron incapaces de encontrar el camino al área.

Laterales sin ningún recorrido, un centro del campo desnudo, un Julio Gracia que casi siempre está en fuera de cobertura y tres eslabones -Juan Fernández, Dani García y Fran García- que no conectan con nadie. Y en medio de todo este desbarajuste, un Andrés Carrasco desasistido y que paga las consecuencias.

Un folio en blanco sería el mejor resumen de la primera parte que ofreció el Real Murcia ante un Socuéllamos que, con sus múltiples limitaciones, intentó llevar el ritmo y probar tímidamente a Miguel Serna. De nuevo, la línea defensiva fue lo más destacado de los visitantes. Ni la lesión de Iván Casado, que tuvo que ser sustituido en el minuto 12, fue un problema, porque Jorge García, jugador del Imperial que salió al rescate, completó una buena actuación.

Todo lo que los centrales sobresalen, los laterales se han convertido en uno de los grandes lastres de este Real Murcia. No son ninguna sorpresa las limitaciones de Madrigal y Popovici, dos de los grandes errores de Manolo Molina en el mercado veraniego. Pero sí se esperaba mucho más de un Mario Sánchez que no da ningún desahogo a los granas.

Castrados por las bandas, el único recurso para conectar los cables y activar el ataque está en Julio Gracia, pero el andaluz es como la inspiración, aparece cuando quiere. Lo hizo en el minuto 2 con un pase magistral a Andrés Carrasco y ya nadie le vio hasta la segunda parte, coincidiendo con los mejores minutos del Real Murcia. Algo parecido ocurre con Dani García y Fran García. Son más de chispazos que de ponerse el mono de trabajo, y con tanto jugador borrado a las primeras de cambio, Armando no es suficiente para contener y crear.

Aunque la primera parte fue para olvidar, más le vale a Mario Simón no olvidarla y emplearla de ejemplo de lo que no puede seguir haciendo el Real Murcia si quiere cumplir con los objetivos establecidos, porque los puntos a domicilio son tan importantes como los que se cosechan en Nueva Condomina, y la suerte no siempre va a aparecer siempre en casa. Lo mejor que pudo pasar fue que el colegiado señalase el descanso y disfrutar de unos minutos sin la frustración que provoca un equipo grana que está pero no se le ve.

Como la cigarra del cuento, el mismo Real Murcia que se había tirado toda la primera parte sesteando, sin ser capaz de elevar la presión y poner en aprietos al Socuéllamos, se dio cuenta tras el descanso que los minutos pasaban y que el empate no era suficiente. Espoleados también por la salida al campo de Boris, siempre dispuesto a presentar batalla, los granas fueron dando pasos adelante a la vez que los de Josico sufrían por primera vez en todo el partido.

Con casi nada, se empezó a pisar área y se crearon las primeras ocasiones. Ahí tuvo el Real Murcia la victoria, pero, a diferencia de lo que ocurrió en Alzira, en esta ocasión la suerte le fue esquiva. Hasta tres goles marcaron los de Mario Simón, y sin embargo, ninguno subió al marcador. Andrés Carrasco, en dos ocasiones, y Dani García, posteriormente, vieron cómo el colegiado les anulaba hasta tres tantos por fuera de juego. Incluso una de esas acciones vino precedida por un balón que Julio Gracia estrelló en el palo tras el saque de una falta.

La embestida grana no fue suficiente. Diez minutos de trabajo de una jornada de 90 no tuvieron el premio de los tres puntos. Y como a la primera no lograron el resultado esperado, pues los de Mario Simón volvieron a la siesta del primer periodo, dejando de nuevo la iniciativa a un Socuéllamos que compite en ataque con uñas de juguete. Al final un empate a cero que pinta la cara a un Real Murcia que aunque va de pobre en lo que a presupuesto se refiere, se ha acomodado en su papel de niño rico que no se mancha las manos ni cuando las circunstancias se ponen feas.

los aficionados granas, presentes en socuéllamos.

«Con dos referencias en ataque nos hemos sentido mejor»

Mario Simón se marchaba con una sensación agridulce tras sumar un punto en un partido que el técnico del Real Murcia considera que su equipo tuvo ocasiones para «merecer mucho más». Aunque reconoció que en la primera parte «nos costó adaptarnos», en el segundo periodo, con la entrada de Boris al terreno de juego, «tuvimos más claridad», indicaba.

«En la primera parte nos ha costado adaptarnos. No hemos estado precios sobre todo a la hora de trabajar para beneficiarnos de las segundas jugadas y salir al ataque», comentaba Mario Simón en la rueda de prensa posterior al encuentro en Socuéllamos.

Sí le gustó al técnico murcianista el trabajo realizado por sus jugadores en la segunda parte. «El juego ha sido más claro. Con dos referencias en ataque -por la entrada de Boris al terreno de juego- nos hemos adaptado mucho mejor». «Nos vamos con la sensación agridulce por esas ocasiones que hemos tenido. Creo que hemos hecho un buen trabajo, pero al final no nos llevamos los tres puntos», comentaba.

Al ser preguntado sobre la alineación inicial, donde apostaba por Dani García, Fran García y Juan Fernández, dejando a Boris en el banquillo, Mario Simón explicaba que «veníamos de ganar y el equipo se encontraba bien con la pelota. Dani por dentro es capaz de romper y viene bien para las segundas jugadas», añadía, insistiendo en que «es importante que los cambios nos aporten».

También comentó los fueras de juego señalados en las tres ocasiones que el Real Murcia vio puerta. «Tendremos que revisar el vídeo y si es fuera de juego habrá que corregir esas situaciones», dijo, no queriendo entrar en polémicas arbitrales. «No es normal, pero no entiendo que el línea se quiera equivocar».

La lesión de Iván Casado hizo que tuviera que debutar Jorge García, del Imperial. «Le daría un sobresaliente», decía Simón, quien añadía que «ha estado defensivamente enorme y hay que darle la enhorabuena».

Iván Casado fue sustituido por un golpe en la cadera, mientras que Mario Sánchez pedía el cambio al sentir unas molestias. «Estaba muy cargado y era mejor sacarlo antes de que se pudiera romper».