El pasado mes de agosto, el equipo sub-18 femenino se sometió a unas jornadas de tecnificación en las instalaciones del Real La Manga Club para preparar su participación en el Campeonato de España FFAA que se ha disputado del 9 al 12 de septiembre en Castellón. En dichas jornadas se contó, por primera vez en la escuela, con la experiencia del psicólogo deportivo Hernán del Castillo.

Del Castillo colabora con deportistas a nivel particular como es el caso de Ángel Jiménez, jugador de élite de bádminton, o de equipos, como fue el Real Murcia. Nacido en Argentina, pero residente desde hace más de treinta años en Molina de Segura, Del Castillo tiene en la actualidad hándicap 15 y conoce este deporte a la perfección, por lo que la Federación de Golf de la Región ha querido contar con su colaboración para enseñar a las jugadoras del sub-18 a gestionar la presión producida por el entorno y por ellas mismas a la hora de enfrentarse a una competición como el Nacional.

«Existe un trabajo genérico y común a todos los deportes y en general a cualquier ámbito de la vida, por ejemplo, saber distinguir entre los propios objetivos y los de los demás, saber lo que uno está dispuesto a hacer frente a lo que se espera de él. Generar pensamientos útiles, basándonos en experiencias pasadas, y tener estadísticas de nuestro desempeño puede ayudar a regular las emociones, este control emocional busca influir positivamente en variables como la concentración, la toma de decisiones, aceptar el error, etc», explica Hernán del Castillo a La Opinión, añadiendo que «por otra parte, el golf es un deporte peculiar en cuanto a cómo entendemos la tan manida ‘garra’, por lo que la serenidad es fundamental y para ello tenemos que aprender controlar el nivel de activación. En otras disciplinas, como puede ser el fútbol, se pretende aumentar el nivel de activación antes de salir al campo, en el golf es totalmente lo contrario. Este es el trabajo específico, aumentar la motivación y mantener baja la activación».  

Aprender la rutina previa al golpe y mantenerla estable puede mejorar el juego drásticamente, si lo pensamos bien la única certeza que podemos tener en un campo es nuestra rutina y como nos aferramos a ella en cada golpe. Un ritual que nos ayuda a elegir bien golpe y palo, buscar sensaciones y ejecutar con tranquilidad. «Hay jugadores que antes de ver siquiera donde ha caído la bola, salen a buscarla con el palo que van a utilizar, sin pararse a analizar el golpe», indica Del Castillo, quien no tiene oficina. Trabaja jugando al golf con sus clientes mientras practican las rutinas, aprenden a manejar los tiempos, a celebrar el triunfo y a asimilar el error como parte del juego, y sobre todo a no rendirse por haber dado una bola mala: «Dibuja un nuevo golpe, a veces somos demasiado duros con nosotros mismos, y eso crea inseguridades. Como psicólogo les invito a animarse a uno mismo, hablarse como si lo hiciéramos con una hermana o amiga», declara. 

Del Castillo les ayuda a controlar la emoción a través del control del pensamiento y a huir del miedo que a veces retroalimentamos nosotros mismos, intentando disminuir las pulsaciones y pensando en cambiar lo que estamos haciendo mal, identificar el problema y corregirlo, como él mismo asegura. «La emoción con todo el pensamiento no, el pensamiento con toda la emoción», dice, para comparar a los equipos que no cuentan con apoyo psicológico con una mesa coja a la que le falta una pata. Hasta hace poco contar con este tipo de asesoramiento parecía una debilidad, como si fuera innato en el deportista saber controlar las emociones y no hiciera falta educar ese aspecto del jugador, pero por suerte para el golf murciano y para el deporte en general esa idea se ha quedado obsoleta.