Antes de que el coronavirus llegara para paralizar nuestras vidas, el Real Murcia vivía un idilio con su afición. Aunque el club grana alargaba su estancia en el infierno de Segunda B y se pasaba de una crisis institucional a otra, los seguidores granas se mantenían fieles al equipo, tal y como demostraban en cada campaña de abonos. De los 7.033 socios de la temporada 2016-2017, la primera después del fallecimiento de Jesús Samper; se pasó a los 8.868 en la 2017-2018, llegando a alcanzarse los 10.775 en la 2018-2019, todo un récord para los murcianistas en la categoría de bronce. Con todo arrasado después del paso de Raúl Moro, Mauricio García y Víctor Gálvez, no solo no se bajó el murcianismo del barco sino que decidió implicarse todavía más, vendiéndose 10.877 carnés en el verano de 2019. Pese a saberse que el Real Murcia no tendría un proyecto ambicioso, los aficionados apostaron por Francisco Tornel y su idea de un club de todos y alejado de los vicios del pasado, algo que ya habían hecho en la ampliación de capital de finales de 2018.

Dos años después, esas cifras de abonados de cinco dígitos ya son historia. Hace una temporada, con el coronavirus poniendo patas arriba el mundo entero y cerrando las puertas de los estadios, el Real Murcia, al igual que el resto de equipos, pagó las consecuencias de la pandemia. De 10.877 carnés vendidos pasó a despachar 7.700. La prohibición de entrar a los recintos deportivos en el inicio de liga y la crisis económica que afectaba a muchas familias llevaron a un buen número de seguidores granas a no renovar su butaca.

Pero de vuelta a la ‘normalidad’, el Real Murcia, que sigue con su campaña de captación de abonados abierta, se ha quedado muy lejos de las cifras alcanzadas en las temporadas previas a la pandemia. Y es que, si el año pasado fue sobre todo la incertidumbre sanitaria lo que penalizó a los granas, en esta ocasión ha sido el gran fracaso deportivo vivido en el último curso el que ha impedido que se recupere lo que se perdió el verano anterior.

El ridículo deportivo que sufrieron los aficionados a lo largo de la temporada 2020-2021, en la que se descendió a Segunda RFEF, empezó por vaciar las gradas de Nueva Condomina, con entradas que llegaron a no superar los tres mil asistentes, y ha acabado por desalentar hasta a cuatro mil abonados, que una vez abiertas las puertas del recinto murcianista, no han vuelto a las oficinas para obtener su carné.

Según la última cifra de socios dada por el Real Murcia, son 7.000 aficionados los que se han abonado. Y lo han hecho con ganas, porque al choque frente al Marchamalo acudieron 6.500 espectadores.

El gran fracaso vivido el pasado curso ha acabado con la paciencia de muchos aficionados murcianistas

Pese a la caída a la cuarta categoría, el número de carnés despachados estaría muy próxima a la del pasado curso, aunque no hay que olvidar que esa campaña estuvo marcada por el coronavirus y por la incertidumbre inicial de no saber cuándo se podría entrar al estadio, lo que tiró para atrás a muchos seguidores. Sin embargo, ya autorizada la presencia de público en los campos de fútbol, los granas se han quedado muy lejos de la cifra de abonados que tenían antes de la pandemia y que durante dos años se mantuvo por encima de los 10.000.

A la cabeza con el Córdoba

Ha bajado el Real Murcia varias posiciones en su propio ranking del número de abonados, pero está a la cabeza en la clasificación de Segunda RFEF. Superados los siete mil abonados, los murcianistas solo estarían por detrás del Córdoba, que ha alcanzado los 8.000. Clubes como el Hércules apenas han llegado a los 4.000 carnés vendidos.

Sin ‘Efecto Castellón’ tras el descenso a la cuarta categoría

Cuando el Real Murcia descendió a Segunda RFEF, ahora la cuarta categoría del fútbol español, algunas voces defendieron que esa caída podría servir para volver a alentar aún más al murcianismo, acostumbrado a sobrevivir a todas las crisis que se cruzan en su camino. Sin embargo, aunque el club ha logrado mantener a un buen número de abonados, no ha sido capaz de provocar un efecto parecido al conseguido por el CD Castellón en la temporada 2018-2019, cuando alcanzó los 12.703 socios pese a jugar en Tercera División. Esa campaña los albinegros batieron el récord de abonados de la categoría, que estaba en manos del Real Oviedo desde la temporada 2004-005, cuando vendió 12.701 carnés.

No ha reaccionado el murcianismo de forma parecida, aunque sí han logrado espantar los peores presagios, y es que, tras el desastre deportivo del pasado curso y de ver cómo las cifras de asistencia a los últimos partidos apenas superaban los 2.000 espectadores, muchos temían que la espantada de abonados fuera más que notable.

A la espera de que se cierre el periodo de captación, el Real Murcia, según su última cifra oficial, ha superado los 7.000 carnés vendidos, una cifra muy próxima a los 7.700 que mantuvieron su butaca el pasado curso pese a las restricciones por la pandemia. Desde el descenso administrativo en 2014, la temporada con menos abonados fue la 15-16, con 5.127, a los que se sumaron mil setecientos más en el mes de enero.