«Me llamo Manu Garrido y soy el nueve que venía buscando el UCAM Murcia». Sería un buen resumen a lo que ha sucedido en La Condomina en el encuentro ante el Real Madrid Castilla. Reverte quería un delantero de garantías, pues ahí lo tiene. Peleón por arriba y contundente por abajo, Manu Garrido se dio un festín ante la endeble defensa blanca. Metió los primeros dos goles del encuentro con un gran partido. Xemi, en los últimos minutos, se sumó a la fiesta y puso el definitivo 3-0.

No era un partido más. Se veía desde antes del comienzo un aroma de partido especial en los aledaños de La Condomina. El UCAM Murcia recibía al Real Madrid, una de las entidades con más influencia del planeta, y el estadio se llenó. Y eso que el que venía era el filial madridista.

El Real Madrid Castilla siempre es un rival que llama la atención por el potencial de jóvenes promesas que tiene. Un rival que siempre gusta ver y del que disfrutar. Pero la excusa en este partido no era exclusivamente la popularidad del equipo contrario, sino que se produjo ante éstos la situación más importante en la historia del UCAM Murcia ya hace cinco años, que fue el ascenso a Segunda División. Y fue precisamente ante el filial blanco, en Valdebebas, donde se logró la gesta.

José María Salmerón quería salir de nuevo victorioso contra el Castilla. Un partido especial para él, que también cuenta con pasado blanco como jugador. Para ello, trabajó el partido, tal y como admitió en rueda de prensa, de una manera diferente. El técnico introdujo cambios en el once respecto a las primeras jornadas de liga para ganar solidez atrás. Apostó por Biel Ribas en portería; Chacartegui, Josete, Admonio y Farrando atrás; Armando, Caballero y Moyita en la medular; Alberto Fernández y Liberto en bandas; y arriba Manu Garrido, que estrenó la titularidad con dos goles incluidos.

El partido comenzó tal y como quería Salmerón que empezara. El Madrid se hizo con el esférico en los primeros minutos mientras que el UCAM esperaba atrás con el cuchillo escondido, esperando a que se confiaran los jóvenes futbolistas blancos. Le salió bien el equipo murciano, pues fue intercambiando sólidas defensas con largas posesiones para coger aire. Se sentían muy cómodos. O eso era la sensación que transmitían. Y eso que pudo empezar ganando el Madrid, de hecho comenzó marcando pero el juez de línea vio fuera de juego de Dotor y lo anuló.

El UCAM Murcia siguió creciendo con el paso de los minutos y en un saque de córner que ya parecía que no iba a ningún lado, se encontró con el premio del gol. Y se encontró pero bien, porque no pudo haber más fortuna. Después de multitud de rechaces y de inconsistencia de la defensa merengue para despejar, la pelota le llegó a Josete, que se la sirvió en bandeja a Manu Garrido e hizo el 1-0. No estaba haciendo mucho el UCAM Murcia, pero sí estaba mostrando más solidez en las dos áreas que el equipo de Raúl González.

Cambió el partido desde el gol de Garrido y los universitarios, por muy extraño que parezca, empezaron a gustarse con el resultado a favor. Dejaron atrás el vértido de verse por delante en el marcador y se vio un equipo que estaba disfrutando bajo la mirada de más de 3.000 personas. Firmó unos primeros 35 minutos muy buenos en los que el marcador pudo incluso acrecentarse. Tuvo también las suyas el Castilla con disparos desde fuera del área, pero Biel Ribas se mostró muy seguro. Las más claras fueron para el cuadro local.

El show de Garrido

Primera titularidad y primera exhibición. Vaya puesta en escena ante su público dejó Manu Garrido en la primera parte ante el Real Madrid Castilla. Rápido a la contra, corpulento al choque y molestando cada vez que tenía ocasión. Un trabajo más que digno. Encima, si le sumas que hizo el primer gol, se te queda un debut redondo. Pero no se quedó ahí la cosa. Quería más y a punto estuvo de lograrlo con un cabezazo que se estrelló en el palo. Fue una pesadilla para Pablo Ramón y Gila, los dos centrales blancos, que parecían niños pequeños a su lado.

En los últimos minutos de la primera parte el Madrid se hizo con el dominio del cuero, pero se encontró muy cómodo el UCAMy no sufrió. No empezó así el segundo periodo. Nada más reanudarse el partido, el equipo murciano se llevó un par de sustos. El primero, otro gol anulado al Castilla y el segundo, tras una gran volea de Dotor. Menos mal que Biel Ribas, siempre bien colocado, arregló la pifia de Josete con reflejos de felino.

Si antes comentábamos el show de Garrido en la primera mitad, también apareció en la segunda para salvar los muebles al UCAM cuando más lo necesitaba. Solo necesitó un centro medio en condiciones para hacer el 2-0. Centró Alberto Fernández desde la derecha y, medio cayéndose y luchando con el central, puso la cabeza para rematar la pelota y hacer el de la tranquilidad. Una bestia se ha presentado en Murcia.

Tras el segundo gol de Manu Garrido, el guión de la segunda mitad no cambió. El UCAM Murcia se dedicó a no cometer errores atrás y a mantener el bloque y el Real Madrid Castilla a dominar la posesión pero con un juego inerte y sin velocidad que de poco le sirvió. De hecho, en el 85, el que remató la faena fue Xemi, que siempre aporta cuando está en el césped. Puso el definitivo 3-0 que cerraba una noche mágica. Mejoró el UCAM Murcia notablemente con respecto a los otros partidos en las dos áreas que fue lo que pedía Salmerón. Pudo ganar por más y los pocos problemas que tuvo los solventó bien Biel Ribas. No se movió el marcador y primera victoria de los universitarios, que empiezan a remar para asentarse lo antes posible en la zona noble de la tabla.