Llegados al punto en el que nos encontramos cabe preguntarse, ¿a qué juega nuestro seleccionador? Yo, desde luego, no lo sé. Supongo que algunos de ustedes tampoco.

Es verdad que tras el partido de Kosovo dependemos de nuevo de nosotros mismos para clasificarnos para el Mundial, pero hemos estado en un tris de habernos quedado apeados de la cita más importante para una selección, por la pobreza absoluta de nuestro juego. Y tenemos que agradecerle a Grecia la manita que nos echó ante Suecia y a la buena suerte para volver a ser los favoritos en clasificarnos.

En nuestra selección todo son nervios, imprecisiones, fallos lamentables en defensa, salidas alocadas del portero, escasos recursos ante las defensas rivales y no haber un solo ‘killer’, un pegador, un buen delantero centro.

Y falta imaginación.

Cuando atacamos no llevamos peligro al área contraria. Cuando nos atacan temblamos.

¿Acaso Luis Enrique desconocía que a Kosovo se le debe vencer ganando la espalda a sus defensas? ¿No hay nadie en nuestra selección para meter esos balones en vertical, al espacio, con equipos que juegan a defender con nueve jugadores?

¿Por qué no hay tiros a puerta desde fuera del área, buscando rebotes? ¿Por qué no se prepara cada partido en función del rival? ¿Dónde está el trabajo durante los entrenamientos?

¿Deben los centrales subir al centro del campo para alimentar a los delanteros, porque los centrocampistas son incapaces de lograrlo?

¿Dónde empieza y dónde acaba la responsabilidad de Luis Enrique?

¿Tal vez lo que ocurre es que ya no hay grandes futbolistas en España o es que Luis Enrique saca su flauta mágica para llamar a los que no aportan lo necesario?

¿Se puede andar experimentando con Eric García, que jugó poquísimos partidos con el Manchester City, y con Laporte? ¿No hay otros centrales en España con mayor calidad?

Es verdad que cada maestrillo tiene su librillo. Pero el de Luis Enrique poco se parece al de Luis Aragonés o Vicente del Bosque.

Es posible que seamos un equipo en que todos los jugadores se llevan muy bien, pero con eso no se ganan los partidos. Y Luis Enrique ha estado a punto de haber pasado a la historia como uno de los peores seleccionadores de todos los tiempos si España hubiera quedado eliminada del Mundial de Qatar.

Decir esto se que no es políticamente correcto. Pero callarlo es aún peor. No podemos seguir sufriendo todos, jugadores, técnico y espectadores, en cada partido como lo hacemos.

Es verdad que España puede ganar a cualquiera. Mereció eliminar a Italia en la Eurocopa en su mejor partido. Pero también puede perder con cualquiera. Por muy mala que sea la otra selección. Y eso evidencia un problema que se debería solucionar.

Luis Enrique juega a ‘genio’, a ‘revolucionario’, a impulsor de un cambio generacional, haciendo a veces convocatorias que sólo él entiende. Y está muy bien que lo haga, pero sin perder el norte. Porque si el resultado del juego de nuestra selección fuera bueno le daría la razón y quienes le criticamos estaríamos equivocados. Pero no es el caso, por mucho que vayamos a clasificarnos.

Yo le preguntaría a Luis Enrique… ¿sabe usted al menos a qué juega nuestra selección? ¿Cuál es su estilo? ¿Quiénes son los líderes de nuestro equipo? ¿Le gusta cómo lo estamos haciendo desde que usted es seleccionador? ¿Cree que con los resultados basta?

Quienes están en el oficio del periodismo se tienen que morder la lengua continuamente para no reconocer que nuestro juego no es sino jugadas atropelladas sin orden ni concierto siempre en horizontal. El eterno tiki taka, pero sin el tiki ni el taka.

¿Es Unai Simón el mejor guardameta español?

¿Marcos Llorente debe jugar de lateral derecho? ¿No sería mejor situarlo en su verdadera posición en el centro del campo?

¿Los centrales Laporte y Eric García son una garantía de fiabilidad?

¿Cómo es posible que hasta los equipos más débiles cojan siempre a nuestra defensa a contrapié? ¿No se lo debería hacer mirar Luis Enrique? ¿O acaso lo suyo es palabra de Dios y quienes no creemos en él somos ateos?

Guardiola opina que hay pocos entrenadores en el mundo mejores que Luis Enrique. Pues muy bien, que lo demuestre, como lo hizo cuando entrenó al Barcelona. Y si no que diga que de donde no hay, no se puede sacar. Que el fútbol español está en bancarrota.

Basta ya de paños calientes.

¿Es que no tenemos un once más o menos fijo?

¿No hay un solo gran delantero centro en España, tipo Villa, por ejemplo?

El Sanedrín de El Larguero analizó así al seleccionador, tras el partido con Kosovo.

Antonio Romero: «Luis Enrique deja claro que quiere jugar, pero le falta un poco de cintura».

Bruno Alemany: «Da la sensación de que en algún momento a España se la puede pegar».

Jesús Gallego: «Nos puede ganar cualquiera y se ha demostrado».

Julio Pulido: «No tenemos calidad en defensa. Es un problema grave, pero se puede solucionar».

Kiko Narváez: «A mí lo que me preocupa es la lectura que hacemos del partido. Hemos dado muchas facilidades».

Dani Garrido: «El modelo está tan definido que parece innegociable para Luis Enrique, pero si no funciona no pasa nada por cambiarlo»

Y usted, amigo lector, ¿qué opina?