Dicen que para crecer en el futuro, siempre es importante mirar al pasado. Y eso es lo que ha hecho el UCAM Murcia durante el transcurso de los años, en los que se ha estabilizado como uno de los equipos más a tener en cuenta de la Región.

La historia del UCAM Murcia siempre va a ir enlazada, sin quererlo ni esperarlo, al Real Madrid. Y más concretamente, a su filial. El mayor éxito deportivo del joven club murciano ocurrió hace ya más de cinco años, momento en el que alcanzaron la cumbre como equipo al derrotar al Real Madrid Castilla en el play off de ascenso a Segunda División. Tras 180 minutos épicos, el equipo universitario, también bajo las órdenes de José María Salmerón, se impuso a los mirlos blancos en el global de la eliminatoria. Mañana se verán las caras de nuevo (21.00, Footters) por primera vez desde el año 2016. Y las emociones, como no podía ser de otra manera, están a flor de piel dentro del UCAM.

Hay momentos que cambian la historia de los equipos de fútbol. Y en el club universitario, sin duda, fue aquella eliminatoria lo más memorable en toda su trayectoria. Fue lo que hizo que el club adquiriera una mayor dimensión que se traslada hasta hoy. Fueron dos partidos intensos, en los que el UCAM Murcia se enfrentaba a uno de los equipos jóvenes más fuertes del fútbol mundial con nombres en su plantilla como Marcos Llorente, Martin Odegaard o Sergio Reguilón. Además de estar rodeados de Mariano, Borja Mayoral, Febas o Álvaro Tejero.

El ascenso, un punto de inflexión

Poco queda ya de aquel UCAM Murcia, salvo Salmerón y Biel Ribas. Los que también estuvieron y tienen un gran recuerdo de aquel día fueron César Remón y José Carlos ‘Checa’, que componían la columna vertebral de aquel equipo. Checa, que estuvo desde el principio del proyecto en Segunda B, afirma que «fue uno de los mejores días de mi vida como futbolista». El futbolista recuerda la eliminatoria ante el Castilla como un gran punto de inflexión y destaca el partido de la vuelta. «Me acuerdo sobre todo del partido en Valdebebas. Es completamente diferente a un partido de liga. Conseguimos un ascenso histórico y meritorio. Pedro Reverte hizo un gran trabajo esos dos años antes del ascenso», recordaba el exjugador universitario.

«Sin duda, fue uno de mis grandes recuerdos como futbolista. Ascender a un club como UCAM, que está haciendo cosas muy importantes en todo el deporte, contra todo un Real Madrid con Mariano, Llorente, Mayoral… Fue una locura», declaraba sobre la increíble gesta que logró el club ante un equipo plagado de futuras estrellas.

Nunca es fácil enfrentarse a filiales con tanto potencial como pueden ser los del Barça o el Madrid, ya que son futbolistas entrenados para estar en la élite. Esa condición no achantaba a los murcianos. «Sabemos que eran futbolistas que iban a estar en Primera División, igual que los que están ahora en el Castilla. Sabíamos que eran superiores física y técnicamente pero José María Salmerón planificó los dos partidos a la perfección y salimos vencedores».

Checa está seguro de que el UCAM, tarde o temprano estará en Segunda. «Siguen haciendo las cosas muy bien y es cuestión de tiempo que easciendan por la forma que tienen de trabajar y la ilusión que tienen. Espero que este sea el año del ascenso», afirmaba.

Por su parte, César Remón recuerda «una eliminatoria muy bonita con mucha tensión». Coincide con Checa al afirmar que «es uno de los mejores días como profesional» y recuerda con especial cariño los instantes finales del encuentro. «Los últimos cinco minutos sabíamos que lo teníamos ya hecho y estábamos casi llorando. Íbamos a ascender contra un equipo con mucho más presupuesto y lleno de futuras estrellas», decía emocionado.

Una anécdota que recordaba Remón es que, en los minutos finales, el cuerpo ya no daba para más y tuvo que pedir ayuda al goleador de la eliminatoria para cubrir huecos. «Me acuerdo que durante el partido de Iván Aguilar, que metió tres de los cuatro goles en la eliminatoria. Yo estaba blanco porque no paramos de correr todo el partido y le dije que se quedara junto a mí para que no entraran pases por dentro», recordaba con cariño. Llenos de alegría acabaron estos jugadores junto al resto de la plantilla en un año que, sin duda, supuso un punto de inflexión en la historia del UCAM Murcia.