Flushing Meadows (Nueva York, EE.UU.), 7 sep (EFE).- El canadiense Felix Auger-Aliassime, duodécima cabeza de serie, pasó este martes a las semifinales del Abierto de Estados Unidos al vencer por 6-3 y 3-1 al español Carlos Alcaraz, que tuvo que abandonar el partido por lesión.

Con el 2-1 en el segundo set y el saque en poder de Auger-Aliassime, Alcaraz pidió la presencia del fisioterapeuta del torneo al sentir molestias en el aductor.

Luego ha querido seguir, pero con el marcador en 3-1, Alcaraz, de 18 años, muy exigido en los dos partidos anteriores, que los llevó a cinco sets, no pudo continuar en el partido y se retiró cuando buscaba sus primeras semifinales de un Grand Slam, en lo que era su debut en el Abierto.

Mientras que Auger-Aliassime, que juega su cuarto Abierto, disputará sus primeras semifinales del Abierto y de un Grand Slam y lo hará frente al ruso Daniil Medvedev, segundo favorito, que en el primer partido de cuartos venció por 6-3, 6-0, 4-6 y 7-5 al holandés Botic van de Zandschulp.

El partido, que comenzó con el saque en poder del tenista canadiense, lo mantuvieron sin problemas hasta el sexto juego cuando Alcaraz se puso 15-40 abajo y aunque salvó tres pelotas de "break" al final en la cuarta no pudo evitar el primer quiebre del partido que le daba a Auger-Aliassime la ventaja de 4-2.

Eso fue todo lo que necesitó el canadiense para mantener el suyo el resto del camino, después que en el noveno remontó un 0-40 con seis tantos seguidos y asegurarse la primera manga que duró 44 minutos.

El segundo no comenzó nada bien para Alcaraz que vio como en el primer juego perdía su servicio y a partir de ese momento, también se le iba la confianza en su juego para que Auger-Aliassime, con un gran saque potente y lograse el 2-0.

Luego llegaría el 2-1 del español que mantuvo su servicio, pero con un Alcaraz tocado físicamente ya no pudo responder al saque de Auger-Aliassime que con un ace, el octavo del partido, puso el 3-1.

Luego Alcaraz no pudo seguir y tuvo que decir adiós a un Abierto en el que ya hizo historia a pesar de la retirada, envuelto en una gran ovación por parte de los aficionados neoyorquinos que llenaban la pista central Arthur Ashe Stadium de Flushing Meadows.