El arranque de temporada en el Camilo Cano de La Nucía acabó con mal sabor de boca para el Mar Menor, que cayó derrotado por la mínima (1-0) gracias a un penalti que transformó Fofo en el minuto 76. El conjunto de San Javier, con orden sobre el tapete y buscando la rapidez por bandas, trató de hacer daño al equipo de César Ferrando, que regresaba a su estadio después de lograr la permamencia el curso anterior en ese mismo escenario.

Los visitantes no se amilanaron sobre el césped natural nuciero y pisaron temprano el área local, primero con Peque y, después, con una acción de Morros que, a balón parado, peinó un remate que pudo sorprender a Valens. 

Los locales tardaron en visitar el área de Facundo Akerman y más allá de un disparo de Fer Pina al cuarto de hora, apenas volvieron a generar peligro ante un Mar Menor que tapaba espacios y discutía la posesión del juego a los alicantinos. Con el empate inicial y mayor peligro de los de San Javier, el primer tiempo se fue esfumando a la espera de que el ritmo fuera en aumento tras el tiempo de asueto. 

Tras el paso por el vestuario, reseteó el conjunto local, que expuso más decidido a poner coto al área de Facu Ackerman ya con un cabezazo de Fofo apenas jugados seis minutos tras la reanudación.

 La réplica del Mar Menor hizo trabajar a la defensa nuciera en un remate de cabeza de Rafa Páez que los locales achicaron sobre la línea de gol. Los visitantes llevaban peligro a balón parado, pero la defensa local, una y otra vez, desbarataba descontando los minutos sin que el gol se dejase ver. 

Camino del cuarto de hora final, un derribo en internada sobre el área del Mar Menor acabó siendo castigado como pena máxima por García Rubio. 

Fofo asumió la responsabilidad y, desde el punto de máximo castigo, no erraba y colocaba a los locales por delante. El Mar Menor apretó en el tramo final en busca del gol del empate, pero el trabajo atrás de los alicantino trajo su premio para, rentabilizar el solitario gol del nueve nuciero. El correoso Mar Menor pudo sacar algo de provecho del Camilo Cano, pero adoleció de falta de pegada en los metros finales y pecó en exceso del envío largo y el fútbol directo.