La selección española no tuvo rival en una Georgia mermada por las bajas y aprovechó la ocasión para rescatar la añorada contundencia (4-0), con lavado de cara al once de Luis Enrique, sentenciando el duelo con tres tantos en la primera parte que aumentan la presión a Suecia en el pulso por la plaza que da acceso directo al Mundial. En el minuto 74 se produjo el estreno del cartagenero Robert Sánchez al entrar por Unai Simón.

El primer partido tranquilo de España camino de Catar 2022 llegó con revolución de Luis Enrique en su once. Rejuveneció tanto el equipo que César Azpilicueta portó el brazalete de capitán con 29 internacionalidades. La velocidad en el juego y el físico por encima de la experiencia. Jugadores como Koke y Sergio Busquets, malparados en el repliegue en la derrota de Suecia, relegados al banquillo. Era un buen día para probar nuevas caras.

Y aparece una sorpresa para todos menos para Luis Enrique. Abel Ruiz jugó en punta de ataque. Por delante de Álvaro Morata y de tantos otros delanteros españoles que quedaron fuera de la convocatoria. Gusta su movilidad, la capacidad de asociación que añade al remate que le hizo batir récords en las categorías inferiores. Perdonó la que tuvo en una noche en la que España exhibió contundencia.

Los goles que tanto se añoran en partidos en los le merma la falta de pegada, aparecieron en un primer acto de total superioridad. La asociación valencianista Carlos Soler-Gayá comenzó a desequilibrar el duelo. La visión al espacio del centrocampista a las subidas por banda del lateral. Georgia se encerraba y renunciaba a todo. Con un 4-5-1 como sistema, solo un milagro le habría permitido acariciar un punto como ocurrió en la ida.

Con el viento a favor y Rodri exhibiendo cualidades al mando, España se gustó. Georgia no encontraba la forma de frenar la potencia de Gayá, que buscó el segundo con un disparo y le anularon el tercero por posición antirreglamentaria. Por el otro costado, el derecho, se descolgaba Marcos Llorente. Sus arrancadas hasta la línea de fondo dejan siempre peligro. Soler no lo desperdició para seguir de dulce. Dos partidos con la absoluta y dos goles.

La situación del grupo invitaba a España a no levantar el pie del acelerador. A la espera de un error de Suecia, que visita Grecia la próxima jornada, cuanto más goles a su favor mejor para apurar esquivar la repesca. El portero no blocó un disparo posterior de Mikautadze, que aumentó la peligrosidad ofensiva de Georgia con otro remate que repelió el poste, pero de acariciar el primer tanto pasó a encajar el cuarto en la primera ocasión que dejó explotar a España su velocidad al contragolpe. Fornals lo dejó en bandeja a Sarabia.