Mula y su gente sabían muy bien que el seis de agosto podía ser un día histórico para su pueblo. Uno de los suyos estaba en lo más alto del deporte olímpico codeándose y peleándose con los mejores mediofondistas del mundo para conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Un paisano al que todos han visto alguna vez correr por las calles del municipio lo iba a hacer ahora en la final de los 5.000 metros en Japón.

Aún faltaban algunas horas para la carrera y en Mula ya se respiraba ese ambiente festivo que solo consiguen las citas deportivas. En este caso, sumado al orgullo de los muleños por tener a Mohamed Katir ante la oportunidad de tocar metal. En los bares, plazas y calles el volumen de la voz de los vecinos iba en aumento conforme se acercaba el momento. Por otro lado, un acto institucional tenía lugar a la misma hora en el Convento de San Francisco, donde autoridades y medios de comunicación estaban invitados a presenciar la carrera y apoyar a Katir. La familia del corredor también había sido citada, sin embargo, prefirió compartir el momento en casa con los más cercanos y sufrir con Moha desde la distancia.

Al comienzo de la prueba, todos los vecinos se unieron con un aplauso que hizo retumbar las calles en un intento de mandar fuerzas a su paisano desde Mula, el pueblo que Mohamed siente como suyo pese a no haber nacido en él. Al aplauso le siguió un silencio nervioso, solo roto por algún grito de ánimo cuando Katir ganaba una posición. Por desgracia para Mula, pese a que Mohamed Katir aguantó en el grupo ganador durante toda la carrera, a falta de 500 metros acabó alejándose de los primeros puestos y de la posibilidad de colgarse una medalla en su especialidad.

Llegaron los primeros corredores a la línea de meta, pero entre ellos no estaba Katir. Aún quedaban unos segundos para que el murciano cruzase la línea cuando los muleños rompieron en elogios, aplausos y vítores para su amigo en señal de orgullo y respeto para un deportista que con tan solo 23 años ha llevado los nombres de Mula, Murcia y España por todo el mundo en unos Juegos Olímpicos.

Ese orgullo lo representa en nombre de su pueblo el alcalde de Mula, Juan Jesús Moreno. «Ha ganado el diploma olímpico y el pueblo de Mula está muy contento y orgulloso de tener a un corredor como Moha Katir», afirmó Moreno. La máxima autoridad municipal, que pudo conversar con el deportista olímpico antes de comenzar su concentración de cara a estos Juegos, afirmó que «esta vez ha tocado diploma olímpico pero muy pronto tendrá los mejores éxitos porque se lo merece, porque es una persona humilde y muy trabajadora».

Un día antes de la final, el alcalde mencionaba que Katir sería recibido en Mula «como un héroe con o sin medalla», lo que ha reafirmado al término de la prueba. «Lo recibiremos con los brazos abiertos, deseosos de tenerlo y poder tocarlo para que la gente disfrute de un deportista que es un orgullo para Mula».

Pero sin duda, la persona más orgullosa de todo el municipio muleño era el padre de Katir, Mohamed El Haouzi. Su progenitor vio la final en su casa, rodeado de su familia y disfrutando sin distracciones del día más importante de la vida de su hijo hasta ahora. Nada más concluir la carrera, el padre del atleta salió de su casa para cruzar la calle, entrar en la mezquita de la acera de enfrente y enviar los mejores deseos a su hijo, a miles de kilómetros de casa. «Lo ha hecho lo mejor que ha podido», aseveró con humildad Mohamed. Aún con la emoción de la carrera a flor de piel, el padre de Katir hablaba con brillo en los ojos de su hijo. «Su nivel ha estado bien, está empezando, tiene que ir poco a poco. Todo el mundo sabe que es joven y los demás tienen más experiencia».

Antes de volver a refugiarse en casa con su familia, Mohamed mandó un mensaje a su hijo. «No tiene que preocuparse, es joven y tiene mucha carrera por delante», finalizó mostrando tranquilidad Mohamed.