José Antonio Carrillo se ha convertido en Tokio 2020 en el murciano con más Juegos Olímpicos. Nada menos que seis lleva ya este licenciado en Medicina que se ha convertido en un maestro de la preparación de atletas de marcha. En tierras niponas anda más ajetreado que en otras citas. Ha pasado de llevar un deportista en Atlanta 96, el ciezano Fernando Vázquez, a contar con tres este año: el extremeño Álvaro Martín, campeón de Europa y una de las grandes esperanzas en los 20 kilómetros marcha; el murciano Miguel Ángel López Nicolás, campeón del Mundo y de Europa que afronta sus terceros Juegos con el reto de volver a la élite; y el torrevejense Luis Manuel Corchete, quien se metió en el equipo de 50 kilómetros logrando «una hazaña», según palabras del técnico murciano.
El idilio de Carrillo con los Juegos comenzó en Atlanta 96. Desde un club modesto como el Athleo Cieza logró que un jovencísimo Fernando Vázquez lograra la clasificación. El técnico no fue convocado por la Federación Española, pero sí que recibió una ayuda para poder estar en Estados Unidos. Carrillo no pudo dormir en la Villa y se movió por los Juegos sin la ropa oficial del Comité Olímpico Español, pero sí que pudo estar al lado de su primer olímpico. Entonces ya empezaba a despuntar un joven llamado Juan Manuel Molina Morote, quien en 2004 estuvo en Atenas. A la cita griega no viajó, pero sí que diseñó una gorra con un doble fondo donde el marchador ciezano colocó cubitos de hielo para combatir el fuerte calor. «Aunque me lo pagaban todo, me dio miedo ir a esos Juegos por el miedo a fallar. De hecho, no vi la prueba y me fui a la Atalaya. Cuando ya había concluido todo, unos policías me vieron y me preguntaron qué hacía por allí, que me fuera a la sede del club, donde estaba todo el mundo viendo la prueba, porque Juanma había quedado quinto», recuerda el ciezano, quien se tuvo que tomar un orfidal para tranquilizarse y logró que esa gorra se convirtiera en célebre, ya que posteriormente la han utilizado infinidad de atletas de fondo.
Carrillo ya fue convocado oficialmente en Pekín 2008. Allí tuvo dos deportistas, Juanma Molina, que repitió, y Benjamín Sánchez. «Cumplí un sueño, desfilar en la inauguración. Estuvimos también en la Casa de España en los Juegos, fotografiándonos con el Rey, que entonces era Príncipe, y la Reina», recuerda. En Londres 2012 llegó el segundo diploma. Fue gracias a Miguel Ángel López, pero también estuvo en los 50 kilómetros Benjamín Sánchez.
Ya en Río solo estuvo uno de sus pupilos, Miguel Ángel López, quien llegó aspirando a todo, pero nada salió como estaba previsto. Undécimo en los 20 y abandono en los 50 después de haber sido campeón del Mundo y de Europa.
Ahora, en sus sextos Juegos, Carrillo, que tiene ya 64 años, tiene hasta tres frentes abierto: «Los chicos vienen con mucha ilusión, muy bien preparados, pero como se suele decir en el argot puebleril, el pescado está vendido y la ruta dejará a cada uno en su sitio». Palabra de Carrillo, el maestro de la marcha española.