Me quiero retirar en el Javalí Nuevo jugando con mis amigos”. Ese es el deseo de Rafa Mir Vicente (Murcia, 18 de mayo de 1997). Fue precisamente en la pedanía murciana donde comenzó a dar muestras de su gran calidad este espigado delantero que es hijo del mallorquín Magín Mir, un duro defensa central que militó en el Efesé en las temporadas 91-92 y 92-93 y Real Murcia en la 96-97 y 97-98, que se afincó en la Región tras contraer matrimonio con una murciana y que estaba representado por Paco Sánchez Sabater.

Pese a que su padre se dedicaba a defender, el gen goleador de Rafa Mir, de 1,90 metros de estatura y con gran habilidad con las piernas, salió a florecer desde su más tierna infancia, cuando comenzó a jugar en Javalí al fútbol sala con sus amigos, los mismos con los que quiere retirarse dentro de muchos años, y después pasó por ElPozo Murcia, con el que se proclamó campeón de España siendo benjamín en una campaña en la que anotó la friolera de 120 goles.

Los primeros pasos en el fútbol los dio en el Ranero, el histórico club del bario de Murcia, donde estuvo dos campañas en las que firmó 141 goles que llamaron la atención del FC Barcelona, al que dio el salto. Pero pese a anotar 32 tantos como azulgrana, tuvo que dar un paso atrás para dar otros dos hacia adelante. Rafa Mir regresó a Murcia. Corría el año 2011 y se enroló en el Real Murcia para jugar en el cadete B, aunque primero hizo una prueba en el Almería, de donde son sus bisabuelos maternos. Volvió a sobresalir (marcó 45 goles) por su facilidad ante la meta rival, llamando entonces a su puerta el Valencia CF, que hasta el momento ha sido el club más importante de su corta pero intensa carrera deportiva, con el que superó los 1.000 goles desde la campaña 2012-2013 hasta 2017-2018, en la que abandonó el club valenciano rumbo a Inglaterra, aunque antes estuvo a punto de fichar por el Real Madrid en una operación que abortó la propia entidad valencianista.

El Wolverhampton Wanderers fue su destino. La confianza de Nuno Mendes, el técnico que le hizo debutar en Primera División con el Valencia, en el futbolista de la pedanía de Murcia, le llevó a protagonizar un traspaso por el que los valencianistas ingresaron dos millones de euros por un jugador de solo 19 años de edad. Llegó a Inglaterra en el mercado de invierno de la campaña 2017-2018 con un contrato por cinco temporadas, logró el ascenso a la Premier League, pero no llegó a quedarse después en el equipo, encadenando entonces varias cesiones. Primero se marchó a Segunda División con la UD Las Palmas, donde marcó 7 goles en 30 partidos. Posteriormente estuvo en el Nottingham Forest, donde nunca llegó a encontrar su sitio, para en el verano de 2020 recalar en la SD Huesca, con la que marcó el curso pasado 16 goles en la máxima categoría.

Campeón de Europa sub-21

Antes, en el verano de 2019, fue uno de los protagonistas del título que la selección española ganó en la Eurocopa. Y ahora todo apunta a que el espigado futbolista, que tiene un hermano jugando en las categorías inferiores del RCD Mallorca y que es primo del gimnasta Nicolau Mir, que también ha participado en los Juegos de Tokio, volverá al fútbol español. Su traspaso al Atlético de Madrid está muy caliente, a punto de concretarse, aunque es probable en sea cedido a otro club de Primera esta próxima campaña. Aunque LaLiga empezará en apenas unos quince días, su futuro aún está por resolver. De momento, el Wolverhampton Wanderers tiene sus derechos y se frota las manos después de ver cómo sube como la espuma el caché de su futbolista, autor de tres goles en el triunfo de España ante Costa de Marfil en los Juegos de Tokio.