Alcanzar el fútbol profesional es la única solución a todos los problemas del Real Murcia. Llegar a Segunda División permitiría al club grana ganar varias vidas de golpe gracias al ingreso de varios millones de euros en concepto de televisión que obtienen los equipos que militan en la categoría de plata. Sin embargo, ese oasis, por el que los murcianistas lucharon varias campañas consecutivas, está ahora más lejos que nunca. Y todo gracias a las rebajas impuestas por el consejo de administración presidido por Francisco Tornel.

Desde la llegada del murciano a Nueva Condomina, el Real Murcia no ha olido los play off de ascenso. No solo eso. Desde la llegada del murciano y de sus compañeros de viaje, el Real Murcia ha ido cayendo a una velocidad tan vertiginosa que el pasado mes de mayo se dio de bruces con la Segunda RFEF, o lo que es lo mismo, la Tercera División; o lo que es lo mismo, la cuarta categoría del fútbol español.

El castigo de tener que jugar en una liga que no se pisaba desde hace 26 años no cambiará la realidad en la que se ha visto inmerso el equipo grana en las últimas dos temporadas. Con un consejo de administración sin capacidad económica y sin la intención de dar paso a alguien que pueda poner sobre la mesa el dinero necesario para hacer un presupuesto decente que permita crecer deportivamente y optar a premios mayores, el Real Murcia vio en los dos últimos veranos cómo le adelantaban por la derecha y por la izquierda en la contratación de jugadores. Ni un gusto se pudo dar a una afición que tuvo que conformarse con futbolistas que en otra época nunca antes hubieran vestido la elástica grana. Pues la caída a la cuarta categoría no va a cambiar el guion. Ni ver las orejas al lobo ha servido para que Francisco Tornel y su equipo entiendan la necesidad de tener un presupuesto decente que permita hacer un equipo de garantías.

Después de vivir dos temporadas en las que se ha visto que los proyectos ‘low cost’ solo sirven para tirar el dinero, al acumular al fracasos, y de ser testigos directos de que los 700.000 euros destinados a la primera plantilla el último curso solo trajeron ridículos en el terreno de juego y un descenso a la Segunda RFEF, no ha cambiado nada en Nueva Condomina.

Ni un esfuerzo hará Francisco Tornel y su consejo. Ni un riesgo asumirán pese a saber todo lo que hay en juego. No han reducido ni 100.000 ni 200.000 euros. De una tacada se ha reducido el presupuesto en 300.000 euros, y con solo 400.000 euros el Real Murcia ha empezado el mercado viéndose superado hasta por equipos de pueblo que celebran llegar a Segunda RFEF. Eso sí, Agustín Ramos, el último en llegar a los despachos, no para de repetir que hay que ascender por la vía rápida.

En apenas un mes el Real Murcia ya aparece de nuevo en los últimos sitios de la fila en el mercado. La diferencia es que esta campaña no se compite por fichar con equipos que juegan por ascender a Segunda División. Este curso los granas bailan en la cuarta categoría, pero con ofertas de 20.000 euros, que es lo que Manolo Molina está prometiendo a futbolistas que considera una prioridad, en Nueva Condomina solo se están recibiendo calabazas. Hasta 30.000 pueden llegar en casos extraordinarios, otra cifra que no atrae a jugadores que en cualquier otro sitio pueden ganar lo mismo o un poco más.

Hasta ahora Manolo Molina solo ha sido capaz de convencer a Antonio López, que no tenía más alternativas sobre la mesa; o a Andrés Carrasco, que siempre había hablado que su sueño era jugar en el Real Murcia y que sabe que se ahorra dinero quedándose en casa. Pero Gurdiel y Abenza, dos de los que se quería renovar, no continuarán en NC. E incluso Iván Pérez, después de un año prácticamente sin jugar, ha sido fichado por un Sanse que estará en Primera RFEF.

Ni le han salido bien las renovaciones a Manolo Molina ni le están saliendo bien los fichajes. Cuando hay pelea entre varios clubes por un jugador, siempre sale perdedor el Real Murcia, que una vez más se conforma con la pedrea pese a que en los dos últimos años no ha salido bien esa estrategia. Y es que en el cuadro murciano no hay término medio. Ha pasado de pagar por encima del mercado en las etapas de Raúl Moro y Víctor Gálvez a no llegar a los mínimos exigidos para proyectar una plantilla que dé garantías. Y es que con un presupuesto menor a 500.000 euros poco miedo da, sobre el papel, un Real Murcia que se está autocondenando a sobrevivir en tierra de nadie.

El exgrana Sergio Escudero deja el Sevilla

El jugador del Sevilla y ex del Real Murcia Sergio Escudero se despidió ayer del que ha sido su club durante las seis últimas temporadas con mucho «orgullo» de los años vividos en el que ha sido «el mejor club del mundo» y donde ha conquistado dos Europa League. «Es un día muy difícil. Hoy digo adiós a la que ha sido mi casa en los últimos seis años, confiado que con el tiempo pueda decir que no fue un adiós, sino un hasta luego». «Ejercí de capitán con un inmenso orgullo, me coloqué el brazalete asumiendo la responsabilidad que eso conlleva», dijo.