El brillante estreno de Italia en la Eurocopa, con una goleada 3-0 a Turquía en el estadio Olímpico de Roma, reavivó la pasión de la afición «azzurra», que volvió a soñar con unas «noches mágicas» tras vivir cinco años de profunda involución.

El Olímpico volvió a abrir sus puertas a los aficionados, un total de 16.000 espectadores, y fue el teatro de una gran noche internacional en la que la selección de Roberto Mancini disparó el entusiasmo del país con un juego atractivo, ofensivo y, sobre todo, ganador.

Volvieron las «noches mágicas», como las que Italia vivió en el Mundial de 1990, organizado en casa y en el que el grupo entrenado por Azeglio Vicini acabó tercero, tras perder en las semifinales contra Argentina.

El ritmo de esa Copa del Mundo fue marcado por la canción «Verano italiano», pero mucho más conocida como «Noches Mágicas», interpretada por Gianna Nannini y Edoardo Bennato.