El Mar Menor consigue el ansiado ascenso de categoría que tanto tiempo llevaba buscando. Tras cinco intentos fallidos por subir a Segunda División B, el conjunto marmenorense logra por fin ascender, esta vez a Segunda RFEF, y lo ha hecho tras superar en la final al Cartagena B. Acabar la fase regular de la competición en mejor posición que su rival le ha permitido salir victorioso pese al empate en el marcador (1-1).

Los primeros quince minutos del encuentro reflejó una igualdad férrea en la que el respeto por parte de ambos equipos fue señal inequívoca de lo que había en juego. La primera ocasión del partido fue para los visitantes a la media hora, en botas de Teddy, que desperdició un centro de Ripoll y acabó mandando el balón alejado de la portería de Barbero. La réplica marmenorense llegó acto seguido, y fue Pedrosa quien solo ante el portero rival desperdició una clarísima oportunidad para abrir el marcador.

A partir de ese momento, el Mar Menor logró tomar el control del juego, pero sería Uri el que, a falta de un minuto para el descanso, llevaría el peligro a la meta local. Tras el paso por vestuarios, la fortuna se alió con el Mar Menor para dar un paso más hacia el ascenso. Farru cedió demasiado fuerte el balón a su portero, quien tras un extraño bote de la pelota vio cómo se acababa colando en la portería.

El filial albinegro no se vino abajo, pero los de Javi Motos querían sentenciar. Pedrosa por partida doble pudo hacer el tanto de la tranquilidad, pero la falta de acierto y más tarde una falta al borde del área no señalada por el colegiado, que también se jugaba hoy el ascenso, lo impidieron.

Cuando el partido llegaba a su final, un agarrón dentro del área local fue señalado como pena máxima que no desperdició Neskes para hacer el empate y acabar mandando el duelo a la prórroga.

Pasados los noventa minutos reglamentarios, el Cartagena B tomó la iniciativa aprovechando el cansancio de los jugadores del Mar Menor. El juego se fue trabando por momentos, y la intensidad de los dos equipos alcanzó límites poco recomendables para el espectáculo futbolístico.

El dominio del partido se acabó igualando, y ya en las postrimerías de la final, más con corazón que cabeza, los albinegros intentaron a la desesperada un gol que a punto estuvo de llegar, pero que la falta de acierto de los delanteros visitantes sobre la meta de Barbero negó. El marcador ya no se movería, llenando de júbilo a un Mar Menor que acaba sacando provecho a su buena clasificación en la tabla, y consigue así un ascenso histórico.

La nueva categoría se llena de históricos y grandes fracasos

Un total de 90 equipos son los llamados a disputar la próxima temporada lo que se ha dado a conocer como Segunda RFEF. La cuarta división del fútbol español estará dividida en cinco grupos de 18 equipos cada uno, y entre ellos se ha colado alguna que otra sorpresa que a principios de campaña no imaginaba ni en sus peores sueños recalar en esta nueva categoría.

Históricos del fútbol español, como el Racing de Santander o el Deportivo de la Coruña, que atraviesan situaciones tremendamente complicadas y muy alejadas de los años de gloria que sin duda ya dejaron atrás, hicieron los deberes a tiempo y consiguieron esquivar la bala del descenso. Pero no todos han corrido la misma suerte. El Real Murcia fue el primero de los grandes en quedarse sin opciones y consumar el fracaso. Al conjunto grana le siguió el Córdoba, que peleó hasta la última jornada; el Numancia, que descendía el año pasado a la tercera categoría y que este cae a la cuarta; y el Hércules, que también acabó confirmando su presencia el año que viene en la Segunda RFEF.

Un paseo por el más ardiente de los infiernos es lo que le espera la próxima campaña a todos estos clubes históricos del fútbol español, que no han sabido ni podido alejar el descenso a la cuarta categoría de su trayectoria, y que tendrán que observar con dolor cómo otros equipos de a priori menor nivel, como el Tamaraceite, el Marchamalo o el San Roque de Lepe comparten categoría con ellos, tras haber igualado méritos deportivos durante un año en el que el escudo y los ecos de un pasado mejor no han sido suficiente para salvar el orgullo.