Cuando cada curso deportivo se acaba, llega el momento de planificar el siguiente. Los jugadores y los entrenadores dejan de ser los creadores de espectáculo en la pista. Llega el momento de los directores deportivos, de las negociaciones en los despachos. En el baloncesto, las apuestas por jugadores para varios años no son muy comunes, sobre todo en los clubes de la clase media, donde la economía no está garantizada a largo plazo. A esa situación se enfrenta cada verano el UCAM Murcia CB, que volverá a tener que componer casi una plantilla completa y también decidir el inquilino de su banquillo.

Solo dos jugadores tienen contrato en vigor para la próxima temporada, al menos de forma oficial en estos momentos. El pívot hispanobrasileño Augusto César Lima firmó en 2020 por tres campañas, por lo que aún le quedan dos más, mientras que Emmanuel Cate se comprometió por dos y aún le resta una más. El resto de componentes del plantel tiene que solucionar su situación contractual, aunque hay otros dos sobre los que la entidad tiene diversas opciones para renovar, que son el base Tomás Bellas y el ala pívot Nemanja Radovic. También parece que están en la misma situación Jordan Davis y James Webb, aunque sin confirmar por parte del club. Una de las situaciones positivas este próximo ejercicio en caso de quedarse Bellas, quien ha demostrado pese a su veteranía tener capacidad para jugar a un alto nivel, es que estarían cubiertas dos plazas de cupo, el gran caballo de batalla del club todos los veranos.

Conner Frankamp, quien ya maneja importantes ofertas económicas, Isaiah Taylor, DJ Strawberry, Sadiel Rojas, Peter Jok, Kostas Vasileiadis, Rinalds Malmanis y Davi DiLeo son libres, aunque la intención es negociar la renovación con algunos de ellos. En muchos casos se esperará a otros movimientos en el mercado para decidir.

El entrenador, Sito Alonso, también acaba el contrato que firmó por dos temporadas. Tanto la entidad, en palabras del presidente, José Luis Mendoza, como el madrileño están en sintonía para llegar a un acuerdo pese a que como el propio técnico admitió en la rueda de prensa del pasado domingo, no se han alcanzado los objetivos marcados. El equipo no se ha metido entre los ocho primeros ni jugado la Copa del Rey. Tampoco ha obtenido plaza directa para competición europea al acabar en el duodécimo puesto pese a tener una plantilla con potencial para ello, pero el club sí que ha enviado ya toda la documentación a la FIBA para optar a una plaza en la Champions League. Conseguirla dependerá de muchos factores, como el reparto que hará en el baloncesto español de las plazas en Eurocup y también las posibles renuncias de equipos del continente derivadas por la crisis económica propiciada por el coronavirus. Este último factor puede ser determinante en la confección de la tercera competición continental. En cualquier caso, es indudable que el equipo tendría que pasar por una fase previa, como ya ocurrió en su última participación.

El presidente, José Luis Mendoza, despidió a los jugadores en el Palacio de los Deportes y volvió a lanzar un mensaje positivo, como hace casi todos los veranos, aunque luego la realidad económica no suele dictar lo mismo que los deseos: «Vamos a apostar más fuerte este año e intentar en la medida que podamos reforzar el equipo al máximo y mantener la base de esta temporada», fue la carta de intenciones que expuso públicamente a los medios de comunicación el máximo mandatario. En su intervención también se mostró satisfecho con el trabajo del entrenador y dejó clara la predisposición del club para que continúe una campaña más al frente del banquillo universitario.