El 7 de marzo de 2020 fue la última vez que el UCAM Murcia CB jugaba un partido en el Palacio de los Deportes con aficionados en las gradas. Hasta ayer. Catorce meses y 16 días más tarde el pabellón murciano recuperó prácticamente su aspecto habitual con unos dos mil aficionados disfrutando -y respetando las medidas de seguridad y restricciones contra el coronavirus- con todas y cada una de las acciones que permitieron a su equipo lograr una brillante victoria frente al Casademont Zaragoza para cerrar la temporada (91-68).

Eran ‘los héroes del silencio’. No pudieron estar en los diecisiete partidos anteriores sentados en su butaca de un Palacio mudo y deshabitado, pero siempre estaban ahí. Al otro lado del televisor, de la tablet o del móvil siguiendo a su equipo. La gran mayoría de los que estuvieron presentes habían renovado prácticamente a ciegas su compromiso este verano, sin saber ni siquiera si iban a poder ver un solo partido esta temporada. Muchos de los integrantes de la plantilla del UCAM Murcia no los conocían, nunca habían vivido un partido con algo parecido a lo de ayer, pero ellos sí que conocían todo sobre sus jugadores. Desde la distancia habían disfrutado con las quince victorias y sufrido con las otras veinte derrotas. Menos con el decimosexto triunfo que se conquistó ayer, donde pudieron expresar todos sus sentimientos desde sus asientos.

Una energía que conectó con la plantilla del UCAM prácticamente desde el calentamiento. Quedaba poco más de una hora para que arrancase el partido y varios aficionados ya estaban ubicados en sus localidades esperando a vivir un momento que estaban imaginando desde hace más de un año. La primera ovación llegó cuando el equipo saltó a calentar, la siguiente fue para los colegiados y el temperatura se fue elevando con las presentaciones oficiales. A partir de ahí, el UCAM se convirtió en una fábrica de adrenalina. El sentimiento era recíproco y esa retroalimentación permitió un arranque de partido en el que los jugadores se divirtieron más de lo habitual en la pista ante un Casademont Zaragoza que ante el rival que tenía enfrente se desplomó demasiado pronto de la pelea por una duodécima plaza que ha quedado en manos del UCAM Murcia. Un puesto que, a día de hoy, no asegura que el equipo universitario pueda regresar de nuevo a disputar una competición europea. Pero sí que le coloca en una buena posición ante cualquier inesperado cambio. Por lo que estará pendiente del teléfono en las próximas semanas por si el reparto oficial de las plazas, invitaciones o posibles renuncias permiten devolver el baloncesto entre semana a la capital del Segura.

Jordan Davis y Emanuel Cate, con 21 puntos cada uno, fueron los que más destacaron en la ‘fiesta’ de fin de curso del UCAM Murcia. Las diabluras del escolta norteamericano fueron las que encendieron a la grada del Palacio nada más comenzar. Dos mates espectaculares, otros dos ‘alley oop’ y varias canastas de calidad de un Jordan Davis siempre incisivo maravillaron a los aficionados y dejaron KO a un Casademont Zaragoza a las primeras de cambio. Con el 29-19 se llegó al término de un primer cuarto en el que Conner Frankamp también enganchó a una afición que, por lo que escribió en su cuenta personal de Twitter, parece que lo de ayer fue una despedida. «Año tres en el extranjero. Fue interesante... Muchos altibajos, pero en general un gran año con grandes compañeros de equipo y entrenadores. Emocionado por ver lo que el futuro depara», publicó en la conocida red social.

Tanto Davis como el base norteamericano siguieron marcando el camino en el segundo cuarto para que el Casademont Zaragoza no se escapase en el marcador. A ellos se sumó Nemanja Radovic, a quien los aficionados vieron por primera vez en su segunda etapa en el UCAM tras su regreso este verano, para no perder la barrera psicológica de los diez puntos sobre su rival (44-33).

Tras el paso por vestuarios llegó el momento de Cate. El jugador rumano, al igual que en los dos anteriores partidos, era el único pívot natural de la plantilla tras la ausencia de un Augusto Lima que no pudo saltar a la pista ayer por lesión. Por lo que estuvo más de 35 minutos sobre el parqué, ya que al contrario que otros días supo gestionar mejor las faltas. Emanuel Cate dio un recital a la hora de capturar rebotes, con 13 en su cuenta particular, y castigó en la zona al Casedemont Zaragoza en un tercer cuarto en el que el UCAM prácticamente selló la victoria (66-50).

Sin embargo, todos los sentimientos de Cate explotaron en el tramo final, cuando después de una jugada universitaria con varios intentos por anotar acabó cerrando con un triple frontal, algo que ha añadido como recurso en la segunda vuelta del campeonato. El pívot lo celebró con rabia con la grada, incluso llegó a levantarse durante el tiempo muerto de Sito Alonso. La conexión grada-equipo fue total y eso llevó a muchos de ellos a hacerse varias preguntas. ¿Qué hubiera pasado con público en la grada el día del Iberostar Tenerife? ¿O la noche ante el Bilbao Basket? Nadie lo sabe. Lo mismo, si esos resultados, no se hubiera llegado a este final. Lo cierto es que el UCAM Murcia CB se ha quedado con ganas de más. Y contará con otra oportunidad para volver a intentarlo, si aprende de los errores y mantiene sus aciertos (91-68).

«Nos ha faltado esa pizca de suerte para conseguir más cosas»

El UCAM Murcia CB puso el broche de oro ayer a la temporada con una brillante victoria frente al Casademont Zaragoza en el regreso del público al Palacio de los Deportes. El conjunto universitario ha finalizado en duodécima posición este curso de la Liga Endesa debido a sus dieciséis victorias, aunque no le aseguran a día de hoy que pueda regresar a una competición europea el próximo año. «Siento alegría porque se ha jugado de manera excelsa durante muchos minutos, y nostalgia por bastantes otras cosas. Ha sido un premio merecido para Cate hoy, porque lo ha pasado bastante mal. Detrás de cada jugador ha y una historia que nadie sabe y muchos de ellos lo han pasado mal. También me alegro porque Radovic y Lima han podido celebrar cosas con los aficionados después de su vuelta», explicaba Sito Alonso y añadió que «el equipo ha hecho una gran temporada en momentos de terminados, y podía haber conseguido muchas más cosas. Pero no hemos tenido a veces esa pizca de suerte en forma de lo que sea, de lesiones o de lo que lo quieras llamar».

El técnico madrileño, tras completar por primera vez una temporada completa con el UCAM tras su llegada en 2019, finaliza contrato este verano y deberá sentarse a negociar en los próximos día con el club si ambas partes quieren darle continuidad al proyecto. «A nivel de energía, fuerza, ambición... estoy preparado para lo que sea. Pero no es una decisión que tenga que tomar ahora. Tenemos que hablar cosas que siempre hablo con Alejandro Gómez justo cuando acaba la liga, y me siento sobrado de fuerzas», insistió el técnico madrileño.

En este mismo sentido, Sito Alonso, preguntado por los aplausos de la grada en la despedida tras el partido, el entrenador deslizó la posibilidad de continuar en el club. «Me siento querido, pero me gustaría sentirme más querido todavía por conseguir juntos todas esas cosas que quisiéramos para el UCAM Murcia», afirmaba.

«Nos gustaría jugar la próxima semana, pero ya no puede ser. Los aficionados y los jugadores nos han regalado un final del que nos tenemos que sentir orgullosos y hay que pensar en seguir siendo ambiciosos y llevar al UCAM donde todo el mundo quiere, empezar a trabajar desde ya para hacer la próxima temporada un buen año», concluyó Sito Alonso en la última rueda de prensa de la temporada.